TOKIO
El atleta japonés de 19 años se convirtió en el campeón olímpico más joven en la gimnasia individual.
Estaba destinado. No es casualidad. Y más allá de todo el trabajo que sin duda ha realizado en su carrera, Daiki Hashimoto lo tenía en su propio nombre. Y es que Daiki en japonés significa “el que brilla grande”.
En las últimas horas, Hashimoto fue noticia ya que se convirtió en el campeón olímpico de gimnasia más joven en la historia de los Juegos Olímpicos.
El nacido en Narita tiene apenas 19 años y sucede en la lista de campeones olímpicos a su compatriota Kohei Uchimura, oro en Londres 2012 y en Río 2016, el gimnasta con mejores resultados que ha habido y que solo ha competido en Tokio en el ejercicio de barra.
El nuevo campeón ganó con 88,465 puntos, por delante del chino Xiao Ruoteng (88,065) y del ruso Nikita Nigornyy (88,031), vigente campeón mundial y desde hace dos días también campeón olímpico por equipos.
Hashimoto, gimnasta desde los seis años, se convierte en el probable dominador de la gimnasia mundial en el próximo decenio. Sus compañeros de podio le sacan cinco y seis años.
Hashimoto empezó dominando la final, atravesó un bache tras una nota que consideró injusta y fue capaz, pese a que sus rivales no le dieron facilidades, de asegurarse el oro en el último ejercicio del último aparato, en la barra.
La barra era la última esperanza de Hashimoto de alcanzar un oro que había rozado durante muchos minutos.
Xiao estuvo imperial: en las sueltas, en los giros, en los cambios de presa y en la salida. Su 14,066, con dificultad 6, fue recibido con asombro.
Hashimoto salió por último, sabiendo lo que necesitaba para ser campeón: 14,533. Con una dificultad de 6,5, fue por todo y todo obtuvo: cinco sueltas vertiginosas y una salida perfecta merecieron un 14,933 que le puso en órbita. Antes de conocer la nota ya se sabía campeón y lo celebró con entusiasmo.
Hashimoto se convirtió en el gran emblema de Japón para la gimnasia y ser el sucesor de Uchimura no hace más que agigantar su imagen.
Para el atleta significó una revancha luego de haber quedado en el segundo lugar en la competencia por equipos que se terminó adjudicando Rusia.
Su gran ambición es reunir tres títulos individuales seguidos en los Juegos, algo que no logró el ‘rey’ Uchimura. Tiene edad y talento para conseguirlo, pero no le será sencillo con una competencia de tanto valor como la que afrontaba en Tokio.
De todas maneras, conoce cuál es el camino y tras coronarse aseguró que su deseo es “seguir con la confianza fuerte y mirar siempre hacia delante como un campeón”.
Tras lo ocurrido en Tokio, le cita de París 2024 es el próximo gran objetivo de Hashimoto quien ya hizo historia, pero la quiere seguir reescribiendo y quedó claro que pese a su juventud tiene con qué hacerlo. Trabajo, cualidades y sobre todo un nombre que lo avala para ser “el que brilla grande”.