El renacimiento del ciclismo en Uruguay: la semilla de Eric Fagúndez, la racha que se cortó y el nuevo objetivo

Los Juegos Olímpicos de París 2024 dejaron en claro que esta disciplina puede volver a posicionarse internacionalmente y dio muestras claras que ahora deberá salir a consolidar.

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Eric Fagúndez tras finalizar la competencia en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Eric Fagúndez tras finalizar la competencia en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Foto: Enrique Arrillaga.

Enviado a París - Francia
El ciclismo uruguayo dio un paso más que importante para empezar a salir del olvido. Dio muestras de que hay talento y de que si bien falta trabajo y por supuesto, recursos, la Celeste puede estar en las grandes citas y Eric Fagúndez reavivió la llama del deporte que le regaló a nuestro país la última medalla en los Juegos Olímpicos hace ya unos largos 24 años.

Pero muchos dirán de qué se trata esta afirmación cuando el competidor de 25 años nacido en Vergara (Treinta y Tres) fue 55 de 90 en la prueba de ruta que ayer se disputó con un recorrido de 273 kilómetros y que llegó a la Plaza Del Trocadero, abajo de la Torre Eiffel, con el triunfo del belga Remco Evenepoel con 6 horas, 19 minutos y 34 segundos para ser medalla de oro en esta disciplina y hacer historia ya que fue el primer ciclista en conquistar el título olímpico en la contrarreloj y también en ruta.

Fagúndez cruzó la meta a 8’57” del vencedor y la pregunta se instala de nuevo. ¿Cuál fue el logro? En primer lugar, se trata de una competencia por demás exigente con una distancia que la mayoría de los 90 ciclistas no están acostumbrados a correr.

Y eso ya dejaba planteado un objetivo para el uruguayo: poder culminar la prueba en París 2024, donde hizo su estreno olímpico con 25 años.

Es que fueron 13 los abandonos a lo largo de un recorrido que por supuesto tuvo ruta y que se cerró en un entorno y ambiente espectacular: en los pies de la Torre Eiffel y en la explanada del Trocadero, dos lugares más que emblemáticos de la capital de Francia.

Tan importante fue terminar esta prueba de ruta en París 2024 que hasta marcó un hecho histórico: hacía 32 años que un ciclista uruguayo no terminaba esta competencia en los Juegos Olímpicos.

Eric Fagúndez tras participar en los Juegos Olímpicos.
Eric Fagúndez tras participar en los Juegos Olímpicos.
Foto: Enrique Arrillaga.

La última vez fue en Barcelona 1992, evento en el que compitieron Federico Moreira y Sergio Tesitore. Los dos la culminaron pero con una particularidad, el ciclismo no era profesional como ahora.

Luego de 32 años Uruguay completo la prueba de ruta, luego de 12 volvió al ciclismo olímpico y en medio de todas las dudas que había despertado en la previa, Eric Fagúndez demostró que a pesar de ser un joven y entusiasta competidor, estuvo a la altura de las circunstancias y cumplió con una actuación que será recordada por mucho tiempo.

El sueño cumplido de Eric Fagúndez en los Juegos Olímpicos de París 2024

París se vistió de gala una vez más dentro de lo que vienen siendo unos espectaculares Juegos Olímpicos y ayer, la capital de Francia vio cómo alrededor de 500.000 personas vibraron con la prueba de ruta de ciclismo que tuvo a 90 competidores y entre ellos, un entusiasta uruguayo como Eric Fagúndez.

Cada pedaleada valió la pena para el sueño olímpico y el nacido en Vergara se vació el tanque en la competencia en la que quedó en el puesto 55.

Cerca de las 17:30 de París, Eric se bajó de la bicicleta extenuado. Algunos vómitos producto de los geles que tuvo que ingerir durante el trayecto pasaron a ser algo normal en los 90 ciclistas y unos minutos después, sin soltar la bicicleta, habló mano a mano con Ovación en el Trocadero.

“Terminar esto en París es algo muy especial, son los Juegos Olímpicos, algo que lo soñaba y siempre pensaba que iba a quedar en eso, pero hoy es una realidad y no lo puedo creer todavía”, contó.

Los 273 kilómetros fueron complicados y así lo describió el uruguayo: “El ritmo al final fue duro. Al principio fue suave para dejar que la fuga tomara un poco de distancia. Después sí pasó a ser un ritmo muy constante, duro, ventoso y te iba comiendo las piernas”.

Y no todos los días se corren 273 kilómetros en una prueba de ruta de ciclismo y Eric sabía eso. Por tal motivo, viajó a China para competir en la altura con etapas de un máximo de 210 kilómetros pero con la exigencia que requiere correr por sobre el nivel del mar. “Fue una buena preparación para llegar a París, después tuve un par de entrenamientos largos acá con la distancia y luego ya encarar todo este espectáculo”, contó.

Respecto a los objetivos que el nacido en Vergara se había planteado, no tuvo vergüenza en reconocerlos: “Sinceramente la meta era terminar la carrera porque era muy difícil, lo sabía y lo tenía en mente. Corrí antes dos Mundiales en los que no pude terminar de competir y tenía que pensar simplemente en eso: en terminar. En poder cruzar la meta y poder decir que completé la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos. Fue como una revancha. Me hubiera encantado obviamente ser un poco más protagonista y haber hecho algo más, pero es un evento muy grande en el que se juntan los mejores corredores del mundo, donde llegan con toda la preparación al cien por ciento y a mí con el poco tiempo que tengo en la categoría como profesional se me hace muy difícil. Hay gente que incluso es más joven que yo pero que ya llevan sus buenos años en el profesionalismo y el ritmo se siente, es mucho más y estando acá se nota mucho, entonces es más complicado”, remarcó el ciclista que este lunes comenzará la Vuelta a Burgos con su equipo, por lo que por estas horas ya abandonaba la Villa Olímpica para viajar hacia España.

Al cruzar la meta, Eric pensó en una cosa: “Solo se me cruzó por la cabeza el hecho de haber terminado la carrera. No me daba para pensar en mucho más. Ya venia agonizando en los últimos 20 kilómetros, deseando terminar, pero ya le dimos fin a esto y ahora la sensación es diferente. Al principio, luego de terminar la carrera, estaba un poco frustrado, pero ahora ya estoy contento ya es una fiesta, son los Juegos Olímpicos y hay que tenerlo siempre en mente. Tengo que agradecerle a mi familia, a mi gente, a mi pueblo (Vergara), al Uruguay, a mi equipo y a toda la gente que está atrás mío que sabe cómo se luchó desde abajo y que sabe todo lo que se hizo para llegar hasta acá y cumplir con una gran meta”.

Y vaya si cumplió. Dejó el alma en esos 273 kilómetros, pedaleó con el corazón. Cruzó la meta pidiendo más agua porque la garganta no le respondía de lo seca que estaba, pero se fue de París con otro sueño: volver a los Juegos Olímpicos porque el ciclismo uruguayo dio muestras de su renacimiento y ahora deberá seguir germinando la semilla que este joven de 25 años dejó plantada en Francia.

Los Ángeles 2028 será el gran objetivo. Es posible.

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