Enviado a París - Francia
Dejó de jugar al rugby a los 21 por una lesión y decidió tomar el camino del arbitraje. Debutó como referee en 2011 y dos años después pasó a Primera División. Hoy, ya como internacional desde 2014, Francisco González está dentro de los más destacados de Wolrd Rugby, organismo que lo seleccionó para ser parte de los Juegos Olímpicos de París 2024 en lo que fue su segunda gran cita tras haber estado en Tokio 2020.
El uruguayo oriundo del Montevideo Cricket Club que arbitró dos partidos como referee principal (Argentina-Samoa y Estados Unidos-Irlanda) y siete como asistente, habló en entrevista con Ovación en París acerca de cómo vivió su segunda experiencia olímpica, del crecimiento del Seven y de qué tan importante es esto para el referato uruguayo, y también sobre sus objetivos en este deporte.
¿Qué te dejó haber arbitrado en un torneo que tuvo los tres días 80.000 personas en el Stade de France?
Por suerte tuve la oportunidad de estar en Tokio y cuando me sumé al panel de Seven fue muy cercano a la competencia de los Juegos Olímpicos. Empecé en el 2019 en el Circuito Mundial y tuve la chance por buena performance y porque otros árbitros se bajaron del panel porque hacían su carrera en el XV y pude ir. Era un referee muy joven en ese momento, tenía la primera cantidad de partidos en el Seven y más allá de que fue una gran experiencia obviamente, el covid-19 hizo de que fuera algo diferente a lo que se vivió este torneo porque ahí llegamos muy cerca de la competencia, no tuvimos tanto tiempo en la ciudad, el estadio estaba vacío. Esto fue totalmente distinto, fue una experiencia increíble, tuvimos la oportunidad de estar siete días previos en Brown, un centro de alto rendimiento en Faro, Portugal, donde nos preparamos durante cinco días con reuniones, entrenamientos y haciendo un poco de “team building” entre los árbitros, creando grupo para lo que iba a ser acá. Después llegamos a París y fue una locura. Desde el primer día el recibimiento en el hotel, la ida a buscar el equipamiento con toda la gente que estaba trabajando para el torneo fue increíble y obviamente arbitrar con 80.000 personas fue algo realmente increíble que nos pasa poco seguido en el Seven porque si bien hay muchas etapas en las que hay mucho público, como la de Hong Kong o Dubai, no es un deporte que llene tantos estadios como lo llenó el XV, pero acá la verdad el público acompañó, estaba lleno de franceses, pero también de gente de todo el mundo viendo a sus selecciones. Se hacía sentir el ambiente y el público muy característico del rugby de Francia.
¿Fue como una etapa del Circuito Mundial de Seven en los Juegos Olímpicos?
Sí, sin duda. El Circuito Mundial de Seven ha cambiado en los últimos años, se achicó la cantidad de equipos pensando en cómo es la competencia de los Juegos Olímpicos. Entonces se redujo a 12, hay una competencia para subir y bajar en la que participó Uruguay y sin duda creo que eso fue amoldando el Circuito y adaptándose a lo que es son Juegos Olímpicos. Pero creo que París 2024 fue como el cierre del año para el Seven y si bien estuvo la final en Madrid como etapa, luego vinieron los Repechajes y después los Juegos, entonces fue como una temporada completa de nueve etapas con el Repechaje y París.
¿Qué significó para vos arbitrar en los Juegos Olímpicos?
Un honor y un orgullo tremendo por poder representar a Uruguay y a Sudamérica Rugby. La vez pasada en Tokio estaban Damián Schneider y Nehuén Jauri Rivero de Argentina y éramos tres sudamericanos, pero acá en París me tocó estar a mí solo representar a Sudamérica y Uruguay. Entonces es una responsabilidad grande, enorme y también un orgullo enorme que haya además de los equipos sudamericanos que vinieron a competir como Argentina y Uruguay en el masculino y Brasil en el femenino, un referee que esté representando a la región. Me parece muy importante. Después en lo personal era algo que quería conseguir en estos últimos años en el Seven, pero también es importante para la región y para los árbitros que están empezando y que están involucrándose en el referato ya que es como mostrar que hay un camino, que hay un 'pathway', porque yo hace 10 años que me dedico al arbitraje y creo que se puede llegar y que hay oportunidades si se trabaja para eso.
¿Pensás que podés llegar a ser un referente para los jóvenes árbitros uruguayos al estar en este tipo de eventos?
Yo creo que hay una apertura diferente a lo que eran antes las oportunidades en el rugby. Hoy sin duda hay cada vez más árbitros de distintas uniones porque también está creciendo la competencia. Sudamérica está haciendo las cosas muy bien en lo que es el XV con el Super Rugby Americas y con distintas competencias. Sin ir más lejos ahora en la ventana de julio me tocó arbitrar un partido antes de viajar a Francia, pero hubo un montón de partidos más, entonces muchos árbitros pudieron tener la oportunidad de arbitrar una ventana de julio, pero sí creo que tenemos esa responsabilidad los de esta generación, y acá sumo a Damián Schneider que está en el XV y estuvo en el Seven, y a algunos más que están en la región, de liderar el grupo, de mostrar hacia dónde hay que ir, de cómo se hacen las cosas y creo que es una buena vidriera y es un buen ejemplo de que se puede alcanzar algo y que aquellos que dejaron de jugar o que simplemente les gusta el arbitraje puedan sumarse. Siempre se habla de que solo si dejaste de jugar de joven podés arbitrar y no es así, puede arbitrar cualquiera, el que haya jugado o el que no haya jugado. Obviamente el haber jugado te da muchas herramientas, pero creo que el referato es un lugar donde si te querés dedicar a eso con tiempo y con dedicación y constancia, podés llegar a distintos torneos que capaz que como jugador hubiera sido muy difícil. Por eso la idea es invitar siempre a que haya más árbitros para mostrarles de que se pueden lograr cosas y hay cosas para alcanzar si se lo proponen.
¿Qué diferencias más marcadas hay entre arbitrar un partido de Seven y uno de XV?
Si bien el reglamento es básicamente el mismo, son deportes totalmente distintos. En el XV el árbitro maneja mucho más el partido, lo va llevando de una manera y obviamente en relación a los jugadores. En el Seven no hay mucho tiempo, son dos tiempos de siete minutos, las decisiones tienen que ser muy rápidas respecto al XV, donde el referee se puede tomar un tiempo más para tomar una decisión porque son 40 minutos y el manejo de la cantidad de infracciones es diferente. En el Seven al ser menos jugadores en la misma cancha y con menos tiempo, nosotros lo que hacemos siempre es que si hay una situación de contacto tenés que tomar una decisión: o es juego o es penal. Y si bien se juegan algunas ventajas, es mucho más ventajoso para el equipo no infractor tener la infracción rápido y que el equipo infractor tenga que retroceder a 10 metros. Entonces creo que las herramientas que te da el Seven pensando en un referee que empieza y que quiere arbitrar XV, son las de mucha lectura en la toma de decisiones en el breakdown, y en la disputa del tackle y el post tackle, que es lo que más pasa en un partido de rugby, en el Seven o el XV. Y creo que esas herramientas de tener la lucidez de llegar e identificar y decidir te las da el Seven y son muy aplicables para el XV después. Obviamente la velocidad y el estado físico es muy demandante. Si bien en el XV es más largo y tienes que tener más resistencia, en el Seven es muy explosivo, tienes que estar al lado. Es un deporte muy rápido, entonces esa velocidad de decisión y física, pensar y procesar con las pulsaciones muy altas y sin oxígeno creo que son herramientas que después te sirven para aplicarlas en la disciplina del XV por ejemplo.
¿Y a vos te gusta arbitrar más en Seven o en XV?
A mí me gusta arbitrar las dos cosas. Entiendo que me divierto mucho más en el Seven, por lo menos en lo que es el nivel de competencia en el que me ha tocado estar. He tenido la oportunidad de arbitrar muchos torneos de Tier 2 como la Nations Cup, el Americas Rugby Championship, Pacific Challenge, todos los que más o menos Uruguay siempre disputó, o la Superliga Americana de Rugby, algunas ventanas de julio o el Mundial Juvenil, el Trophy, pero creo que no alcancé en el XV todavía el nivel máximo de competencia y sí en el Seven, entonces ese nivel de competencia y desafío técnico y físico que me toca hoy en la competencia que tengo es en el Seven y sin duda es donde más me divierto, donde más desafiante es y donde me gusta más estar.
¿Es un objetivo llegar a alcanzar ese nivel en el XV?
Sí, es un objetivo personal y es un objetivo también de la Unión de buscar tener cada vez un mejor nivel de competencia. Creo que el tener la oportunidad de estar a nivel y generar esas competencias hace que después sea más fácil para alguien que venga atrás. Sin duda, previo a que yo haya logrado estas cosas, hubo otros árbitros. Entonces es empujar la puerta hasta donde se pueda llegar para que después para el que venga atrás sea más fácil seguir porque ya hubo antecedentes. Pero sí, sin duda, me gustaría en los próximos años buscar el 'passboy' en el XV, ver qué tipo de competencias puedo alcanzar y seguir subiendo la vara hasta donde me dé o hasta donde pueda llegar.
¿Te tocó alguna situación particular arbitrando en estos Juegos Olímpicos?
Por suerte no tuve ninguna jugada o situación como rara o fuera de lo común. Lo que más me llevo como impactante fue la presión en el buen sentido del público y la ebullición que había en el estadio que te dejaba sordo de los gritos en cada toma de decisiones. Me tocó justo arbitrar Argentina y Samoa, donde el público local estaba muy en contra de Argentina por su rivalidad claramente con el fútbol o con lo que sea y cada decisión que era a favor de Argentina era un abucheo gigante del estadio. Pero no solamente con ellos sino con los árbitros que tomábamos decisiones que de cierta manera habían beneficiado por el juego a Argentina. Entonces esa presión o esa sensación se sentía y fue increíble. La verdad que nunca había arbitrado en un marco así en ninguna de mis experiencias ni en ninguno de los torneos ya sea de XV o de Seven y eso es algo que me llevo para siempre.
¿Pensás que hay un antes y un después del rugby olímpico post París 2024?
Yo creo que sí, sin duda. Se subió la vara de lo que era el Seven olímpico porque el Seven como Circuito ya venía mejorando, pero lo que pasó acá en París fue algo totalmente distinto a lo que fue Tokio sin público por la pandemia, pero previo a eso estuvo Río y si bien creo que había sido una buena convocatoria, no era un Stade de France con 80 mil personas y con el mejor jugador del mundo (el francés Antoine Dupont) decidiendo venir a jugar con el Seven. El Seven siempre fue, tanto para los árbitros como para los jugadores como una plataforma de mostrarse para poder llegar a al rugby de XV y creo que hoy el Seven está consolidado como un deporte en sí mismo donde jugadores del XV deciden venir a jugar el Seven. Nos pasa también en Los Teros con jugadores que estuvieron en mundiales y que quieren jugar en el Seven. Eso lo quiso hacer Antoine Dupont, en Australia también pasó y creo que lo que se logró en este torneo es que tanto en el masculino como en el femenino el público acompañó en todas las jornadas y que Francia haya ganado obviamente ayudó mucho a la difusión. Todo esto sin duda va a ayudar a que el Seven siga en exposición y que siga creciendo como deporte.
¿Cómo fue el día a día en París sin ser parte de la Villa Olímpica?
Desde que llegamos estuvimos en un hotel designado para los oficiales y además acá hubo oficiales de otras disciplinas. A diferencia de los jugadores o atletas, no nos quedamos en la Villa Olímpica porque estamos considerados como oficiales y si bien yo creo que el árbitro de rugby o de fútbol tiene otro desgaste físico, tiene otra participación en el juego más cercana al atleta, diferente con a lo que capaz es la función de otros oficiales que tiene actividades más estáticas. Me imagino un árbitro de tiro con arco o de básquetbol que tienen menos desplazamiento, pero somos todos considerados oficiales y entonces estamos aparte de lo que son los atletas. Pero fue increíble todo, desde la llegada, el recibimiento en el hotel, la gente. Incluso en la ceremonia inaugural tuvimos un lugar especial, no en los barcos, pero si en las tribunas y había oficiales de distintos deportes. Encontrarte con banderas de Uruguay o de Argentina o de la región, estuvo muy bueno.
¿Te gustó la ceremonia inaugural? ¿Te pareció divertida?
Me pareció sí. Estuvo buena. Me pareció diferente. Nosotros justo estuvimos delante de la parte que se hizo con la Revolución Francesa con un edificio como que explota y tiene como muchos efectos. Creo que la parte de más efectos de toda la ceremonia justo fue adelante nuestro, pero estuvo muy bueno y fue muy lindo ver pasar a las delegaciones en los barcos. Esperé bajo la lluvia hasta que viniera Uruguay para poder filmarlo y poder verlos. Creo que la lluvia no ayudó. Si bien hacía calor, quedarte mojado bajo la lluvia mucho rato no está bueno, pero desde donde lo vimos nosotros los árbitros nos pareció que estuvo muy bueno. El cierre ya lo vimos en el hotel, pero creo que se hizo muy bien.
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