Por Redacción El País
"Querido Liverpool, ayúdenme a darle las gracias a Alex. Si no fuera por él, hoy no estaría aquí", fueron las palabra que leyó Virgil van Dijk en una carta que John le escribió al equipo del que es hincha.
Como muchos fanáticos del fútbol, John juega en un equipo amateur los domingos y una mañana se descompensó durante un partido.
"Salté a cabecear una pelota y unos pocos minutos después colapsé y terminé con un paro cardíaco. Por suerte, uno de los defensores rivales era un chico llamado Alex", también hincha del Liverpool.
Enfermero avanzado, se hizo cargo de la situación y le hizo maniobras de reanimación a John mientras llegaban el desfibrilador y la ambulancia. A la familia le dijeron que esperan lo peor pero ambos se llevaron lo mejor de esa experiencia: una gran amistad.
Sin el tratamiento de Alex, John no habría tenido posibilidades de sobrevivir luego de estar "fuera" más de 20 minutos. "Fue aterrador, dijo el enfermero, que pensó que estaban discutiendo hasta que se dio cuenta de lo que ocurría.
"Pareció una eternidad y en un momento me largué a llorar por la impotencia. En el hospital tenemos máquinas y drogas pero ahí no", dijo el profesional.
Por suerte para los dos, les acercaron un desfibrilador que una fundación se encargó de llevar a esa cancha de fútbol y tiene como objetivo equipar a todos los complejos deportivos de la zona.
"Para ti puede parecer normal lo que hiciste, pero no lo fue", le dijo van Dijk a Alex y el defensor del Liverpool se mostró orgulloso de participar e incluso ofreció donar dinero a la fundación al igual que el club y uno de sus sponsors.