Para algunos es el partido de la temporada y para otros puede ser solo un encuentro más. Los jugadores de Centro Español, de Primera D y última categoría del fútbol argentino, demostraron que podía ser el partido de sus carreras. Le ganaron a Tigre, de Primera División, y dieron el primer gran batacazo de esta edición de la Copa Argentina.

Es la segunda vez que un equipo de la última categoría elimina a uno de primera ya que, en la edición 2019, Real Pilar dejó por el camino a Vélez Sarsfield.

Centro Español marcó un hito en su historia. Por primera vez se metió en el cuadro final de la Copa y, envalentonado por una enérgica arenga de su capitán, le hizo frente a un equipo de la élite del fútbol argentino.

Pablo Ocampo se dirigió a su compañeros antes de saltar a la cancha del estadio de Deportivo Morón. "No venimos de onda, no venimos a participar, hicimos un sacrificio enorme", comenzó diciendo el capitán, dejando en claro que no era un partido más para el humilde equipo de la localidad de Villa Sarmiento.

Enseguida apeló a los más profundo del corazón de cada uno de sus compañeros. "El fútbol es por guita, por plata y lo sabemos muy bien. Justo este partido es por un cheque por un montón de plata, pero ¿saben que?. Hay algo que no se puede comprar con nada, es la gloria. La gloria no la podés comprar con nada, es la que te llevás para toda la vida grabada a fuego acá adentro. Van a pasar los años y te lo vas a acordar toda la vida".

"Hoy es el momento de dejar todo por el que te dio plata para la Sube, el que te dio para los botines, acordate de cuando eras chico. Estamos viviendo el momento futbolístico más grande de todos, jugar contra un equipo de Primera División por los porotos, por la Copa". Y llegó el momento de la fe, de la confianza: "Los vamos a dejar afuera. Confío en mí, en vos y en todos", gritó Ocampo al tiempo que golpeó el pecho de varios de sus compañeros.

A ciencia cierta no sabemos qué efecto causó la arenga del capitán de Centro Español porque el equipo gallego caía 1-0 en menos de dos minutos de partido.

Pero los de Villa Sarmiento no se dejaron intimidar y, con su arquero Tabaré Benítez como una de las figuras, llevaron el partido a los penales tras el gol de Felipe Senn para el empate.

El golero le tapó el primer penal a la figura y goleador de Tigre, Mateo Retegui, y aunque falló el suyo, sus compañeros patearon de manera impecable.

Centro Español hizo historia y uno de sus jugadores, Leo Espinoza, festejó como un verdadero campeón pero con el cheque que entrega el torneo al avanzar de fase.