Redacción El País
Edinson Cavani es tan grande dentro como fuera de la cancha. Al Matador le sobran pergaminos, es la estrella del plantel de Boca Juniors, todos quieren una foto con él o un autógrafo y aún así el uruguayo siempre tiene tiempo para todos; sobre todo para historias especiales como la de Yuthiel.

El Xeneize quedó eliminado de la Copa Sudamericana ante Cruzeiro y, aunque tiene un difícil compromiso ante Talleres por Copa Argentina, el gran objetivo del equipo que dirige Diego Martínez es el superclásico del próximo 21 de setiembre ante River Plate.

Ese también es el objetivo de Cavani, que se está recuperando de un desgarro y tiene en la mira el partido ante el Millonario en La Bombonera.

"Yo ahora voy al gimnasio, que voy a estirar un poco y después vengo y nos ponemos a jugar un picado. ¿Me esperan acá", les dijo el Matador a tres niños que se acercaron a saludarlo en Boca Predio, el complejo de entrenamiento del club en Ezeiza.

Uno de esos chicos era Yuthiel que, a sus seis años, atraviesa un difícil momento. Con solo un año de vida tuvo que pelear contra un tumor maligno grado 4 y, a pesar de que entró en remisión a los cuatro años luego de varios tratamientos, la enfermedad regresó y el pequeño tiene que volver a luchar.

Su gran motivación es Boca Juniors. Ya pudo ingresar a la cancha junto con Marcos Rojo, el Xeneize es su pasión y compartir momentos con el plantel le dan gran fortaleza.

Luego del gimnasio, Edinson Cavani cumplió. Armó una pequeña cancha con dos arcos chicos y se puso a jugar al fútbol con los tres niños. El goleador uruguayo les hizo de asistidor a cada uno para que hicieran sus goles y luego, no podía faltar, les enseñó cómo hacer su clásico festejo con la flecha.