Hay millones de frases que dicen que luego de un mal momento llegará uno bueno pero es mejor dar un ejemplo como el de Camilo García Barreto, a quien luego de un año difícil, le llegó la suerte de cumplir su sueño al ser convocado por la selección uruguaya de fútbol sala para la Liga Evolución de futsal.
Es verdad que contó con mucha fortuna, pero a la suerte hay que acompañarla y lo hizo con gran rendimiento jugando para SECLA, su club, que está segundo en la Primera de Argentina.
El próximo 9 de agosto, Uruguay viajará con su selección absoluta y Sub 20 a Quillacollo, a 15 kilómetros de Cochabamba, Bolivia, para enfrentar a la selección local, Argentina, Chile y Paraguay en la edición del torneo para la zona sur.
Es un desafío para la Celeste por la forma de disputa, por haber terminado primera en mayores en la edición anterior y porque es la oportunidad de medirse internacionalmente antes del gran objetivo: la Copa América 2024 y eliminatoria para el próximo Mundial.
“Nos veo bien. La base de jugadores ya hace un tiempo grande que viene trabajando y cada vez está mejor respecto al modelo de juego. Desde la Copa América 2022 hemos crecido y mejorado, se han sumado más jugadores y eso aumenta la competitividad. Vamos por un buen camino”, confía el entrenador de la Celeste Gabriel De Simone que entiende que la altura dificulta aún más el torneo.
“Es una dificultad más. Es un torneo muy demandante, se juega todos los días con un plantel muy corto de 10 jugadores a disposición y dos sub 20 que vienen de un partido anterior. El médico y la parte de sanidad han tomado recaudos y esperemos adaptarnos de la mejor manera posible”, comentó quien está ilusionado de contar con García Barreto, al que empezaron a seguir cuando se enteraron de que sus padres eran uruguayos.
“Es un uruguayo más. Compite en buen nivel en la liga argentina y las características que tiene son diferentes a los jugadores que tenemos. Tiene buen uno para uno, es zurdo, buena calidad de pase y, a sus 22 años, tiene mucho para crecer. Es una gran oportunidad para integrarlo al grupo, conocerlo y esperamos lo mejor”, dijo sobre el jugador de SECLA.
Y ese club se convirtió en una especie de refugio para Camilo. “Es más que eso, es una familia. Son muy buenos chicos, que dejan los problemas afuera y nos ponemos a entrenar”, confesó.
La manera curiosa en la que llegó a la selección uruguaya
El contacto de Camilo García Barreto con la selección uruguaya se dio de la forma más fortuita y sus “ojeadores” fueron sus propios compañeros de selección Yhordi Segui y Nicolás Martínez. Amigos, muchas veces enfrentados entre Nacional y Peñarol y que ahora juegan juntos en Independiente.
“Ellos me veían con la campera de Nacional porque yo iba a ver futsal y una vez jugaron en nuestra cancha”. “Fue algo muy loco. En el partido que nos enfrentamos hubo disturbios cuando se paró el juego, nos pusimos a hablar con Yhordi -ex capitán de Nacional- y me preguntó. Le dije que el 90% de mi familia es uruguaya y a la mayoría los tengo presentes, me hablo con ellos y tengo amigos en Uruguay. A la semana ya tenía el mensaje de Gabi. Obviamente acepté, renuncié al trabajo, dejé todo y viajé. Fue un sueño para mí”.
El 2022 fue un año muy duro para García Barreto, que llegó a SECLA tras jugar en Boca Juniors. Sufrió la pérdida de su sobrino Bautista a poco de haber nacido y dos lesiones, una en su trabajo como peón de carga y descarga, lo tuvieron a maltraer. “Ver a mi madre mal me superó”, cuenta, al mismo tiempo que le agradece al ‘Profe Juan’ y a ‘Coco’ Mareco en su club que lo ayudaron a salir adelante como además lo hizo Juan, su hermano, que es su “ejemplo en todo”.
Y Camilo también lo es: de resiliencia. “No tendría este año si no hubiese tenido el que pasé”, dice quien ya tiene su foto de perfil en Instagram con la camiseta de Uruguay y añadió: “Todavía no la vestí pero ponerme la Celeste en el entrenamiento era un anhelo para mí y toda mi familia y esto me permitió estar más cerca de los que no veía hace mucho tiempo por las condiciones en las que está el país -Argentina-. Estoy con mucha ilusión y esperanza pidiéndole a Dios que sea todo como lo soñé”.