Federico Waskman (34) logró una hazaña que lo coloca en la cima de los deportes náuticos de Uruguay (y el mundo). Ganó la regata transatlántica Mini Transat de 2023 y ahora un cuadrante del Océano Atlántico llevará su nombre.

La aventura de Federico Waskman comenzó con una idea loca en Barcelona. “Trabajo en náutica desde 2014, me recibí de ingeniero y me fui a trabajar a Barcelona como capitán. Un amigo que trabajaba en otro barco se compró un mini transat. Yo no sabía ni que existía este barco que está diseñado para hacer la transatlántica”, contó a Ovación.

En ese entonces se dispuso a colaborar con su amigo hasta que en un momento dejó de participar en regatas: “Aunque es muy buen navegante, no le gustaba la competencia. Le compré el barco de él, se lo fui pagando muy de a poco. Me entusiasmé y compré un barco un poco más competitivo”, confesó.

Entonces arrancó la preparación para la Mini Transat de 2021 en la que se convertiría en el primer uruguayo en correr la mini transat en solitario. Pero no todo fue color de rosas: “Hice la transatlántica 2021 y en el proceso de llegar a la transatlántica hay un montón de regatas que te exigen para llegar y me fue como gustando, me iba cada vez mejor, entonces aspiraba a un buen resultado en la de 2021, pero no me fue muy bien. Para 2023 conseguí mejor barco, armé mejor la logística y por suerte ganamos la regata”, relató con orgullo.

El relato de Waskman es extraordinario, desde su preparación en el puerto francés de Les Sables D’Olonne desde donde largó, pasando por el complicado golfo de Vizcaya hasta conseguir llegar a Santa Cruz (Islas Canarias) para concretar la primera parte de la travesía. La segunda, una que lo encontró con una buena estrategia y con los vientos a favor, también tuvo su épica cuando una de las velas se rompió y provocó daños en el barco. “En aquel momento creía que iba a llegar, aunque sea nadando”, confesó. Y llegó.

“Una vez que lograste un buen nivel técnico, estás trabajando bien y has hecho una buena estrategia, lo único que falta es que no pierdas con la cabeza y creo que en esta regata pude conseguir las herramientas para que la cabeza no me juegue en contra y me ayude”, aseguró.

Entre aquella regata de 2021 y esta de 2023 hay muchas diferencias pero una que Waskman recuerda particularmente es cómo fueron las llegadas a la isla de Guadalupe: “Es muy emblemática porque la organización te pide que digas con qué canción querés llegar y en todo el puerto suena esa canción. Yo pedí ‘Cielo de un solo color’ de No te va gustar. Cuando llegué en 2021, cuando me remolcaban entrando al puerto cometieron un error, se metieron en los corales y me rompieron el barco. Tuve que tirarme al agua a tratar de levantar el barco para no romperlo, estaba llorando, después de 16 días de navegación, a las puteadas, literalmente. Cuando logramos sacar el barco de los corales estaba todo roto y entré a la amarra súper triste, con un resultado que yo no quería”, recordó.

Sin embargo, esta temporada le dio revancha: “Fue increíble. Con la misma canción pero adelante, primero, muy contento”, relató.

Otros recuerdos quedarán grabados a fuego en la memoria: desde encuentros con orcas hasta la compañía de ballenas y delfines e incluso peces voladores que casi le “arrancan un ojo”.

Aunque la navegación oceánica no es muy conocida en Uruguay, Waskman quiere seguir participando en regatas, incluso se plantea volver a cruzar el Océano Atlántico y dar la vuelta al mundo.

“El proyecto que tenemos armado del vínculo de Uruguay con la navegación oceánica se mantendrá e intentaré seguir apoyando emprendimientos y ONG como ‘Viento en popa’”, destacó.