Federico Waksman: cómo llegó a ser el primer uruguayo en completar la Mini Transat y su próximo proyecto

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Federico Waksman previo a contar su experiencia en la Mini Transat. Foto: Marcelo Bonjour.

HISTORIA

Con una mala largada, un choque y un hombro dislocado, el ingeniero y deportista del Yacht logró cruzar el Océano Atlántico en solitario y compartió su experiencia.

Todo comenzó cuando un amigo lo llamó para trabajar en un barco. Tres años después, otro amigo, un argentino que se había comprado un barco, se dio cuenta de que no le gustaba la competencia y le dijo: “’Yo quiero navegar, quedate con el barco’. Y me metió en ese Pogo 2”, cuenta el regatista. Corrió una temporada con él y luego cambió a un Pogo 3 (un Clase Mini de 6.5 metros de largo llamado Like Crazy). El mismo que lo llevaría a cumplir un sueño tras dos años de preparación en Francia. Había barcos mucho mejores, pero prefirió comprar uno más barato y estar seguro de que lo había hecho él, “para luego dejar todo al azar con una batería DMS China”, dice riendo.

Ahora todos recordarán a Federico Waksman (32) por haber sido el primer uruguayo en correr la Mini Transat (carrera que consiste en atravesar el Océano Atlántico en solitario), pero además lo recordarán por haber sido el primer uruguayo que comenzó la carrera con una largada un poco caótica, luego se chocó con otro barco y se dislocó el hombro en el medio de la regata.

Aún así tuvo momentos muy buenos como cuando logró mantenerse durante dos días en el top tres de su serie e incluso se colocó momentáneamente en primer lugar.

Fede Waksman en su Clase Mini. Foto: Jean Baptiste D'Enquin
Fede Waksman en su Clase Mini. Foto: Jean Baptiste D'Enquin

La Mini comenzó el 26 de septiembre con 84 veleros (60 de su serie) y tras finalizar la primera etapa (partiendo de Les Sables D’olonne en Francia con destino a Canarias) logró el puesto 20, luego de completar el viaje de casi 12 días y 2500 kilómetros, con el hombro dislocado. La segunda etapa, que larga 20 días después por cuestiones meteorológicas de la región, tenía como destino Guadalupe (Caribe) trayecto de 5000 kilómetros. Fede terminó 19 en su serie.

Trayecto de Waksman en la Mini y posición. Captura
Trayecto de Waksman en la Mini y posición. Captura

Para la travesía el ingeniero uruguayo y deportista del Yacht Club Uruguayo solo tenía permitido llevar una radio VHF, con un alcance máximo de unos 50 kilómetros, ya que no podía comunicarse a tierra de ninguna manera o sería descalificado. Y aunque tenía cartas meteorológicas de los días venideros, al quinto día de largada dejaban de ser confiables porque los vientos eran muy inciertos.

Hornalla en la que se calentaba el agua Fede y un mapa.
Hornalla en la que se calentaba el agua Fede y un mapa.

Pero esa no era la única preocupación. Hay cosas que no son fáciles de hacer de manera simultánea: manejar un velero y cocinar o dormir. Las alarmas son algo que las personas usan para despertarse, en cambio Fede las usaba para saber que tenía que ir a dormir y lo máximo eran 30 minutos, no iba a ser que terminase en Brasil. La comida la llevaba en unos sobres que se cocinaban con agua caliente y que a veces se le caían por el movimiento, y que terminaba juntando con un tupper.

Un nuevo desafío, más ambicioso

Waksman dio una charla en el Yacht para contar su experiencia tras cruzar el Atlántico. Foto: M. Bonjour.
Waksman dio una charla en el Yacht para contar su experiencia tras cruzar el Atlántico.
Foto: M. Bonjour.

Si Federico no tuvo miedo a dormir en la oscura inmensidad de la noche del Atlántico, nada lo detendrá y por eso va por más. Tras su buena actuación le llegó un ofrecimiento. Volver a competir la Mini Transat 2023, pero en otra modalidad. En lugar de en serie como esta vez, en prototipo, es decir, barcos a los que sí se los puede modificar elementos. Por lo cual, quien tenga los mejores materiales tiene más posibilidades para ganar la carrera.

La Base Mini de Barcelona junto con la Fundación Oceánica de Barcelona construyeron un prototipo moderno de carbono y le propusieron a Federico ser el capitán del proyecto y ayudar a la evolución de la nave para que esta se vuelva competitiva. “Es un desafío, hoy no es el barco que ande más rápido, pero podemos llegar a incrementar bastante la rapidez. Luego de eso queremos lograr que se despegue del agua con orzas para que el barco se despegue y vuele. Estamos en esa evolución. Dije que sí al proyecto, pero todavía estoy en la etapa de conseguir los fondos para llevar a cabo el proyecto”, explicó Waksman.

Su experiencia con el hombro dislocado

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