Fernanda Rodríguez: la emoción detrás de su reacción al ganar el clásico en Maroñas y el ser mujer en el turf

La rochense, que hizo historia al ser la primera joven uruguaya en ganar la carrera de grupos, habló sobre el cuestionamiento a las corridas de caballos y la posibilidad de vivir de este deporte.

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Fernanda Rodriguez
Nota a Fernanda Rodriguez, jocketa uruguaya, en el Hipodromo de Maroñas de Montevideo, turf, ND 20240201, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

Con una mano agarra la copa y con la otra, utilizando un guante blanco impoluto, se seca las lágrimas de emoción. La imagen quedó retrata por uno de los fotógrafos presentes y es una de las tantas fotos que compartió Fernanda Rodríguez en sus redes sociales sobre un sueño del que aún parece no despertar. Ya hizo historia con 22 años, porque el domingo se convirtió en la primera jocketa uruguaya en ganar un clásico desde la reapertura de Maroñas.

“Hasta yo quedé asombrada de lo tranquila que estaba en la carrera. Estuve muy enfocada porque era mi primera carrera de grupo, pero fue como si ya la hubiese corrido”, confiesa Fernanda a Ovación tras imponerse en el Gran Premio Estímulo (G2), una de las carreras preparatorias más importantes para el Gran Premio Ciudad de Montevideo, que se corre el 6 de enero, al igual que el Gran Premio Ramírez.

“Lo presentía, tenía mucha confianza en la yegua, la veía pronta para ganar”, añade la rochense sobre una de las mejores tardes de la norteña Queen Of Clubs, que doblegó por 1/4 de cuerpo a su compatriota Los Angeles.

Fernando Rodríguez, jocketa rochense de 22 años.
Fernando Rodríguez, jocketa rochense de 22 años que compite en Maroñas.

“Cuando me entrevistaban se me llegaban los ojos de lágrimas”, comenta Fernanda, y habla por muchas más. “Por lograr este clásico y por ser mujer. Me emocioné no solo por mí, porque es una manera de que vean que le pueden dar oportunidades a las mujeres, ojalá pueda ayudar a que nos den más oportunidades”, añade, y, consultada por cómo es ser mujer en el turf, asegura que se perciben mejoras. “Es un ambiente medio machista, pero de un tiempo a esta parte la mujer ha abierto un camino y ya no es tan así”.

Fernanda se “imaginaba” poder llevarse este reconocimiento, ya que no hay muchas mujeres de su edad que corran en el máximo escenario del turf. “Lo imaginaba, jocketas jóvenes en este momento no hay muchas, están Oriana Bica (21) y Luciana Fraser (30). De mi edad hay algunas que corren en el interior, que aún están completando carreras”, explica.

Las jocketas deben correr al menos 30 carreras y ganar tres (en tiempo indefinido) para ingresar en Maroñas. Mientras tanto se entrenan en la escuela de jockey y si les falta, corren en los hipódromos de Colonia, Melo, Florida o Paysandú.

¿Se puede vivir de ser jocketa? La rochense que se mudó a Montevideo sin su familia para seguir su sueño afirma que sí. No está estudiando, pero el año pasado hizo inglés y aspira a terminar el liceo en 2025. Lo que le puede interferir con este pendiente es su salida de Uruguay para “seguir creciendo”. “Podría quedarme si me dieran más apoyo y caballos, pero siento que si me voy, voy a tener más oportunidades. En Estados Unidos, por ejemplo, hay muchas”, dijo, agregando que “desde muy chiquita” estuvo con los caballos porque “eran con los que más conectaba”.

Fernanda Rodriguez
Nota a Fernanda Rodriguez, jocketa uruguaya, en el Hipodromo de Maroñas de Montevideo, turf, ND 20240201, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

“No sé cómo explicarlo, pero desde que nací mi corazoncito está con los caballos”, dice Fernanda y a eso le atribuye que la conexión con Queen Of Clubs haya sido inmediata. “Su jockey se lastimó y el entrenador resolvió que me iban a dar la oportunidad a mí. Yo nunca la había montado y la conocí 30 días antes de la carrera. Conectamos al toque, es una maestra. Yo trato de darles amor, para mí sienten como una persona, son muy inteligentes”, dice Rodríguez, y no escapa a la cuestión que hace sombra a las carreras de caballos. “Mucha gente está en contra, pero si vieran cómo viven los caballos, cómo se los trata, entenderían un poco más. Los bañan, les dan la mejor comida, las camas están siempre limpias, los cepillan. Lo único que a veces están dentro de una pieza, pero tranquilos y cuidados”, sostiene.

Ahora, Fernanda espera las anotaciones para saber dónde le tocará correr el 6 de enero, día en el que aspira a tener la oportunidad de seguir haciendo historia.

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