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Contra los pronósticos médicos el entrenador de Peñarol volvió a dirigir y se juega todo ante Nacional en la final de los playoff de Fútbol Sala el próximo sábado.
El próximo sábado no será uno más para Gustavo Sánchez: su Peñarol, que ganó en la ida, enfrentará a Nacional y si gana será campeón uruguayo; algo que ya sabe el entrenador aurinegro, pero esta vez será diferente.
“Yo lo siento muy especial para mí”, dice Sánchez y es que tras luchar contra el cáncer los médicos no le dieron el mejor pronóstico. “Hace dos años me estaban diciendo que no vivía más de dos años”. Pero los “mimos al alma”, como él les dice, lo sacaron adelante. Y el primero fue una foto.
“Yo estaba en el hospital, pesaba 50 kilos, me desmayaba en la cama y me traen esa foto. ¿¡Sabes cómo lloré!? Hacía diez días había salido del coma, con muchos problemas, complicado, complicado y me trajeron esa publicación. Me puse a llorar como loco, no podía creerlo. En la imagen estaban los planteles de Dolores -que él dirigía en ese momento- y el de Peñarol, los dos mezclados y abrazados sosteniendo una pancarta que decía ‘Fuerza Gustavo’.
"Cuando me dijeron que no podía dirigir yo había pasado por tanta cosa, tanto sufrimiento, dos meses en coma, me desperté todo lleno de caños; fue muy duro todo. Y la verdad yo dije: ‘no, no voy a entregarme’"
Y el vigor nunca le faltó, ni siquiera cuando le dijeron que se olvidara del deporte porque no podía estar tanto tiempo parado al lado de la cancha y con ese nivel de estrés.
“Cuando me dijeron que no podía dirigir yo había pasado por tanta cosa, tanto sufrimiento, dos meses en coma, me desperté todo lleno de caños; fue muy duro todo. Y la verdad yo dije: ‘no, no voy a entregarme’”.
Y otra vez esos mimos al alma le marcaron la cancha. “No salí solo”, dice Gustavo, que siempre tuvo gente a su lado, y reconoce que “en los momentos cuando la cabeza te genera dudas ellos te fortalecen. Mis hijos, mi pareja, los que están siempre, los que se comen los garrones, los que sufren contigo. Y así fui saliendo. Me ayudó mucho que mi hija estaba esperando un nene y yo quería verlo crecer”.
“Mi viejo antes de fallecer me había dicho: ‘Te voy a estar mirando desde arriba, te quiero ver salir campeón con Peñarol’"
Y el mismo deporte del que le aconsejaron alejarse le comenzó a dar alegrías, a pesar de que no fue nada fácil al principio. “El primer partido que dirijo a Dolores, no iba al vestuario porque no podía bajar la escalera”, recuerda el entrenador, que en la temporada pasada se metió en la definición del Campeonato Uruguayo con Boston River y, aunque cayó ante Nacional, este año tendrá revancha.
“Lo de Boston fue único, un equipo por el que nadie daba nada y llegó a la final y ganó los playoff”. “Peñarol es distinto, otra responsabilidad, otro presupuesto”, y además Sánchez tendrá la chance de darle el gusto a su padre.
“Mi viejo antes de fallecer me había dicho: ‘Te voy a estar mirando desde arriba, te quiero ver salir campeón con Peñarol’. Lo voy a vivir muy intenso el sábado por todo lo que traigo encima”, se imagina Gustavo, que ya se dio el gusto de salir campeón dirigiendo a su hijo Valentín en la Sub 20 aurinegra.
"Fue emotivo salir campeón con mi hijo en la cancha y ver que crece y ama este deporte igual que yo"
“Fue emotivo salir campeón con mi hijo en la cancha y ver que crece y ama este deporte igual que yo. Es impagable. Lo había hecho con el más grande y quería hacerlo con él. Lloré muchísimo”, confiesa.
El sábado tendrá la chance de repetir el título de campeón uruguayo pero en Primera División. Al aurinegro le alcanza con empatar y Nacional deberá ganar para forzar un tercer partido. Se miden desde las 19:30 en el Polideportivo de Las Piedras, la entrada será un juguete para donar al Pereira Rossell y solo podrán asistir quienes integren las listas de invitados de los equipos.
Sánchez ve más fuerte a Peñarol aunque reconoce que por algo Nacional es el bi-campeón y puede complicar. “Hoy lo disfruto por mí, porque me demostré que se puede y no hay nada más lindo que sentir el orgullo de no solo luchar por tu vida sino también por tus sueños”.