Redacción El País
Pasaron 10 días de carrera desde que el pelotón de la Vuelta Ciclista del Uruguaysalió desde Montevideo a recorrer el país, para que finalmente en la mañana de este Domingo de Pascua los corredores partieran desde Florida para completar los últimos 153 kilómetros de los 1.700 totales) y volvieran hacia la capital, para finalizar frente a la rambla del Kibón.

El flamante ganador fue Juan Caorsi del Armonía Cycles, que se empoderó de la general individual en la octava etapa y la defendió hasta el final.

En tanto, la última etapa fue toda del Audax de Flores, porque ganó Mariano De Fino —que atacó sobre la rambla y le dio para llegar unos metros delante del pelotón— y segundo fue Roderyck Asconeguy, que se impuso en el embalaje sobre Héctor "Cabeza" Aguilar (Alas Rojas de Santa Lucía), que completó el podio del día.

La etapa que puso patas arriba la general individual fue la octava, cuando la fuga de 19 pedalistas llegó 16 minutos adelante del pelotón del malla oro (hasta entonces Asconeguy). Allí, en Carmelo, Caorsi tomó ventaja y pocos segundos atrás suyo quedaron Camilo Pimentel y Leonel Rodríguez del Club Ciclista Cerro Largo, y Pablo Anchieri del Náutico de Boca del Cufré.

Con tres etapas por delante, se prevía que un equipo fuerte como el arachán tendría con qué arrebatarle el liderazgo a Caorsi, pero la novena y décima pasaron, y las bonificaciones las robó Roderyck Asconeguy. Con cuatro victorias de etapa, el trinitario fue el ciclista más fuerte de esta Vuelta a pesar de haber quedado sin chances en la general individual, luego de esa octava etapa.

La noticia de este domingo fue que el segundo en la general —Pimentel del Cerro Largo— abandonó la carrera a causa de una molestia muscular. Los únicos capaces que eran capaces de ganarle la Vuelta a Caorsi eran Leonel Rodríguez y Pablo Anchieri, pero finalmente no pudieron desplazarlo.

Más de 2.000 personas esperaron el arribo del pelotón frente a las letras de Montevideo sobre Kibón, donde los corredores se empezaron a divisar a lo lejos mientras sufrían el viento de frente por la rambla de Pocitos.