La selección uruguaya de clase optimist viene trabajando duro desde hace dos meses. Le meta: el Sudamericano de Salinas, Ecuador, que se correrá en las aguas de esa ciudad costera a partir del 6 de abril, y durante Semana Santa.
Quince niñas y niños uruguayos, pequeños navegantes de entre 11 y 15 años, defenderán la celeste en aguas ecuatorianas, lidiando con los mejores navegantes del continente.
La selección integra a los clasificados durante las competencias nacionales del 2008, y provienen de cinco clubes náuticos diferentes ubicados en Maldonado, Montevideo y Colonia.
De la mano de los profesores Néstor Trnka y Heber Ansorena, los chicos se concentran en el Yacht Club Uruguayo -sitio elegido como base del entrenamiento- y desde allí salen al agua a entrenar, cada uno con su pequeño barco clase optimist, cuyo casco pesa sólo 35 kilos.
"La carga horaria de entrenamiento durante enero y febrero fue intensa, 24 horas semanales, pero con el comienzo de clases bajó", aclaró el profesor Trnka, veterano de estas lides, que ha entrenado varias veces a la selección uruguaya de optimist, y también a la selección de Colombia. "Esta es una selección heterogénea, con chicos muy experientes, y otros con mediana experiencia. Pero todos muy completos a nivel técnico. Ello se traduce en que desarrollarán buenas estrategias de navegación, pero en el resultado final lo que pesará será la experiencia".
La "cancha" de regatas, como suelen llamar los entendidos al lugar de la competencia, no es ajena al profesor Trnka. "Salinas, en términos náuticos, es muy apacible, con vientos moderados a calmos, poco oleaje, temperaturas altas en el agua que promedian los 26 grados, y corrientes bajas, casi siempre de menos de un nudo. Es lo que en términos competitivos llamamos una cancha benévola".
El estado de la "cancha" fue fundamental para determinar el tipo de entrenamiento que se debía realizar, que el profesor llama "integral": técnica de mar, dominio del barco, táctica, estrategia, y en lo físico insistir sobre la resistencia, la fuerza y la flexibilidad.
También se están repasando los reglamentos, que los navegantes deben tener bien claro para no perder puntos durante la competencia. Y también dietas que excluyen los alimentos fritos. "Hay que tener en cuenta que son niños", aclaró Trnka. "Tiene que haber un equilibro entre la diversión y el sacrificio, entre el juego y la dedicación".
Para algunos de los chicos uruguayos (once niños y cuatro niñas), esta es la primera vez que competirán internacionalmente, mientras que para otros no.
Ahí es donde importa el trabajo de equipo, y la solidaridad explicó el profesor Trnka. "La navegación en clase optimist forma niñas y niños de una manera muy particular. Les enseña a tomar decisiones serias a temprana edad, a arreglarse solos en la adversidad, a negociar en un medio implacable como es el mar. También enseña solidaridad, y de forma muy especial: por contraste. Cuando uno está solo en el mar pasando penurias, aprende que es muy importante tener a alguien al lado".
La cifra
15 chicos uruguayos, cuatro niñas y once niños, integran la selección de la clase optimist.
Van a navegar con barcos alquilados
La operativa de la selección es sostenida y apoyada tanto por los clubes como por los padres de los chicos seleccionados, que se encuentran nucleados en Asociación Uruguaya de Optimist (AUDO).
Además, se decidió que la delegación uruguaya que participará del Sudamericano no llevará los barcos a Ecuador, sino que los alquilará allá. "Desde Uruguay los chicos sólo llevarán su equipo de flotación personal, y sus velas. Allá se alquilan a precios convenientes barcos cero kilómetro, a estrenar", explicó a Ovación el profesor que dirige a Uruguay, Néstor Trnka.