Ya van ocho días desde que el pelotón de la carrera por etapas más vieja de América partió desde el centro de Montevideo escapando del temporal. Pasó por Canelones, Rocha, Maldonado, Melo, Tacuarembó, Paysandú y Mercedes, y decenas de pueblos del interior más en el medio. Quedan 91 ciclistas de los 143 que largaron. Ahora descansan en Carmelo (Colonia) y el esfuerzo físico y mental de recorrer el Uruguay "desde un extremo al otro" subido a una bicicleta ya se empezó a sentir. Esto es la Vuelta Ciclista del Uruguay.

La semana empezó con el típico tire y afloje entre los favoritos locales, como midiéndose a ver quién llegó a punto y quién cansado al final de la temporada, con más de 20.000 kilómetros en las piernas.

Mientras que los extranjeros —Maní Zabala de Argentina, Sindicato Argentino de Televisión, pero principalmente el UniFunvic-Pindamonhangaba de Brasil— estudiaban el pelotón y se entraban en ritmo. Porque como dijo a Ovación el tres veces ganador de la VCU (2012, 2017 y 2018), Magno Nazaret: los brasileños llegaron al país 12 horas antes de la largada y para su segunda carrera de la temporada, que termina recién en octubre, pero para ser protagonistas.

Foto: Miguel Gutiérrez

Y no defraudaron: el Funvic agarró la malla oro en la segunda etapa con Kleber Ramos, un embalador nato que en las llegadas en grupo parecía ser el único que competía de igual a igual con Leonel Rodríguez, el mejor uruguayo en esa especialidad que igual le ganó dos etapas y ya tiene tres en el bolsillo.

Pero el séptimo día —el más esperado por lo que podía definir la contrarreloj— se desvirtuó todo: los brasileños y demás equipos extranjeros se vieron obligados a abandonar la carrera por un cuadro de gastroenteritis que afectó a varios ciclistas del pelotón, previo a la crono en Paysandú.

La contrarreloj se aplazó de las 8 a las 12 del mediodía, fue victoria para Agustín Alonso del Náutico de Boca del Cufré —el vigente campeón nacional de crono— y Roderyck Asconeguy del Audax de Flores se vistió de líder. Virtualmente, porque no se la dieron hasta después de la otra subetapa "corta" del día, de 125 km de Paysandú hasta Mercedes, donde ganó Mateo Mascarañas, el hijo de Richard, un doble campeón de la VCU.

Foto: Miguel Gutiérrez

Ese fue el día más largo y estresante de la Vuelta, y como entre los ciclistas no hay ningún robot, evidentemente pasó factura.

Por si fuera poco, ayer jueves tenían por delante la etapa más larga de la carrera, 195 kilómetros entre Mercedes y Carmelo con el viento pegando de todos lados por el zigzag que hicieron entre las rutas 21, 12, 55 y 19.

Cuando iban apenas 10 km de carrera, un grupo de 19 hombres se despegó del pelotón luego del embalaje sorpresa del día. Como había más o menos uno de cada equipo, hubo acuerdo entre todos y trabajaron parejo para seguir adelante. Sin embargo, no fue igual en el pelotón, donde se quedaron los hasta ayer máximos candidatos a ganar la Vuelta: Roderyck Asconeguy (Audax de Flores), Agustín Alonso (Boca del Cufré) y Agustín Moreira (Cerro Largo).

Además de Matías Presa, Alejandro Quilci, Sebastián Trillini, Ignacio Maldonado, Anderson Maldonado, Mateo Mascarañas y otros que tampoco se colaron en la fuga del día.

Todos tenían algún representante adelante y el malla oro un equipo diezmado, por lo que el pelotón perdió pisada y terminó llegando a casi 16 minutos de los 19 corredores que definieron la carrera, entre los que en Carmelo volvió a ganar en el sprint final Leonel Rodríguez.

Foto: Cortesía

Contra todo pronóstico, Juan Caorsi del Armonía Cycles se vistió de líder con tres etapas por delante. Detrás suyo tiene al Cerro Largo al acecho: están Camilo Pimentel a 28'' y Leonel Rodríguez a 37''. Mientras que Asconeguy, Alonso, Moreira, Presa y todos los que anteayer encabezaban la clasificación, quedaron a más de 13 minutos. Es decir: sin chances.

El equipo que salió mejor parado es por lejos el Cerro Largo, que busca el doblete luego de que el argentino Jorge Giacinti ganara la edición 2023 de la Vuelta.

Caorsi y su equipo deberán esperar los ataques del segundo y tercero en la general, que tendrán de peones a los que comenzaron la semana como líderes del equipo. Y visto que el campeón nacional de ruta ya demostró que no hay nadie del pelotón que le gane embalando, el malla oro también deberá cuidar las bonificaciones.

La estrategia lo es todo en estos tres días que faltan y que pueden deparar cualquier cosa: 164 km de Carmelo a Trinidad, 146 km de Trinidad a Durazno y 153 de Florida a Montevideo. Una eternidad para el líder y su equipo, algo poco para los que tienen que salir a buscarla.

Foto: Miguel Gutiérrez