GRUPO B

La primera fecha del Grupo B del Mundial de Qatar 2022 cerró con el primer empate del torneo, que protagonizaron las selecciones de Estados Unidos y Gales en el Estadio Al Rayyan.

Los norteamericanos regresaron a la máxima cita del fútbol luego de haberse ausentado en la Copa del Mundo de Rusia 2018 y lo hicieron bajo la conducción de Gregg Berhalter y abanderados futbolísticamente por Christian Pulisic, atacante del Chelsea.

Pero si de retornos se habla, el de Gales marcó una vuelta luego de 64 años. La última Copa del Mundo que disputaron fue la de Suecia en 1958.

El gol número 13 de la Copa del Mundo -y el primero para Estados Unidos- fue obra y arte de Timothy Weah. El puntero picó en diagonal a toda velocidad y aprovechó una asistencia deluxe de Christian Pulisic, que lo dejó mano a mano frente al arco.

35 minutos duraron las buenas actuaciones del arquero Wayne Hennessey, que a la tercera chance de los estadounidenses, perdió el invicto en su valla. Antes, sobre el minuto 9, había tenido una rápida reacción para evitar un gol en contra de Joe Rodon y en el cierre de la jugada el palo estuvo de su lado tras un cabezazo de Josh Sargent.

A lo largo de toda la primera mitad, Estados Unidos fue superior. Tuvo un 67% de posesión de pelota e incluso hizo méritos para irse al descanso con una mayor diferencia en el resultado.

Lo preocupante en Gales fue la profundidad. El equipo liderado por Gareth Bale jugó con las líneas muy juntas en campo propio.

Con un solo cambio, pero con una propuesta totalmente diferente, los galeses equilibraron el partido y en el arranque de la segunda mitad empezaron a inquietar a la defensa estadounidense.

La selección europea adelantó las líneas, presionó más arriba y acorraló a su rival durante los primeros 20 minutos. Así fue que al 64' llegó la primera situación clara de gol: palomita de Ben Davies, que sacó por arriba del travesaño Matt Turner, y en la siguiente, también producto de un cabezazo y una mala salida del arquero, se salvó de milagro Estados Unidos. 

Tanta insistencia tuvo su premio: a falta de nueve para el cierre, Gareth Bale, que había estado desconectado durante gran parte del partido, provocó un penal y lo ejecutó con clase para establecer el 1-1.

Gales estuvo cerca de ganarlo en el tiempo de adición, que superó los 10 minutos. A los 88 minutos, Sean Johnson llegó hasta el fondo de la línea y sacó un tiro que contuvo muy bien y sin dejar rebote el arquero Turner.

De ahí en más, el partido se hizo de ida y vuelta y en una de las últimas el mediocampista Kellyn Acosta pagó con amarilla lo que pudo ser el segundo de Gales. Bale la agarró en mitad de cancha y buscó el arco, aprovechando la salida del golero de Estados Unidos, pero justo en el momento que estaba a punto de rematar, el volante lo cortó y se ganó la amarilla.