OCTAVOS DE FINAL

Argentina venció a Australia por 2-1 en el Ahmad Bin Ali Stadium de Doha y se metió entre las ocho mejores del Mundial de Qatar 2022. El conjunto albiceleste dio otro paso más hacia el sueño de repetir lo hecho en 1978 y 1986.

La albiceleste tiene dos cosas a favor en este Mundial: la gente, es local en todos los partidos, y a Lionel Messi, el mejor jugador del torneo hasta el torneo por algunos cuerpos de diferencia.

El crack rosarino destrabó este sábado el encuentro ante Australia con una genialidad a los 34’: pared con Nicolás Otamendi para entrar al área y definición al segundo palo con una sutil caricia abriendo todo su botín zurdo.

Antes de eso, la albiceleste había tenido la pelota pero sin la profundidad necesaria para quebrar la última línea rival. De hecho, hasta el gol, Messi había perdido varios pases y algunos duelos individuales.

Eso sí, el equipo viene en crecimiento en algunos aspectos. Con Enzo Fernández ya afirmado como titular en la mitad de la cancha, Argentina encontró el socio que Messi había perdido con la lesión de Gio Lo Celso que lo obligó a bajarse de la Copa del Mundo. En ofensiva, además, el ingreso de Julián Álvarez le dio mayor movilidad y sorpresa. Es un delantero espectacular que por momentos es nueve de área y por otros se mueve con total facilidad por todo el frente de ataque.

Justamente por esa picardía que tiene el actual punta del Manchester City llegó el segundo tanto a los 56’ para comenzar a abrochar la clasificación. El arquero australiano se durmió y Álvarez apareció por atrás para robarle la pelota en el área chica y sentenciar el encuentro. Un blooper insólito e imperdonable en una instancia como esta.

De ahí en adelante, Argentina administró la ventaja y tuvo opciones Colli para ampliar el tanteador; pero falló en la definición.

En el final Australia le puso un poco de suspenso al encuentro. Goodwin remató desde afuera del área, la pelota dio en Fernández y descolocó a Dibu Martínez. Demasiado premio para un equipo que había atacado poco.

Argentina pasó un poco de zozobra en los últimos minutos, de forma innecesaria, pero mantuvo el triunfo y la clasificación.

El debut con sorpresiva derrota ante Arabia Saudita parece que le vino como anillo al dedo. Fue como un baño de humildad para un equipo que claramente es favorito a quedarse con el título y que en el último Mundial de Messi buscará la gloria máxima. En cuartos de final, el próximo 9 de diciembre, Argentina chocará contra un rival de otra exigencia: Países Bajos. Será la primera gran prueba para este equipo que dirige Lionel Scaloni que viene con viento en la camiseta.

El equipo de Lionel Scaloni salió a la cancha a buscar el partido desde el minuto cero con una variante en la ofensiva: salió Di María por precaución e ingresó el Papu Gómez, que desde el inició se recostó por izquierda y luego fue alternando su lugar en el campo. 

Ante un bloque australiano corto e intenso en la marca, que dejó pocos espacios entre las líneas y salió a presionar en la salida para intentar no dejar jugar a la albiceleste, Argentina respondió con variedad de pases y asociaciones, pero le costó encontrar ocasiones de gol en la primera media hora. 

Lo más cercano fue un remate desde afuera del área de Gómez, que inició de izquierda a derecha, remató y la mandó muy por encima. 

Desde allí en adelante el rival tomó la posesión y durante cinco minutos no la cedió, pero sin generar demasiado peligro. 

Pero a los 35 minutos apareció la magia de Lionel Messi, que tras una asociación con Mac Allister y Otamendi terminó colocando la ventaja con un tiro cruzado, luego de hacer su habitual carrera de derecha a izquierda. 

En el inicio del complemento, Scaloni reemplazó al Papu Gómez por Lisandro Martínez y pasó a jugar con línea de cinco futbolistas. El jugador del Sevilla salió algo dolorido en su pie izquierdo, pero la idea del DT fue pasar a jugar con un defensor más para liberar a Enzo Fernández en el centro del campo, que ya no debía ir a buscar la pelota entre los centrales y ganó libertad. 

Y luego llegó el gol de la tranquilidad albiceleste: De Paul presionó al arquero rival en la salida y Álvarez lo acompañó. Cuando le quedó la pelota al Rey de América, definió con un toque sutil a la red para poner el 2-0 del equipo de Scaloni. 

A los 77 minutos llegó el descuento de Australia en una jugada que parecía de menor peligro: Goodwin remató y la pelota se iba a ir lejos, pero el rebote en Enzo Fernández terminó metiéndola en el arco de Dibu Martínez.