ENVIADO / LILLE, FRANCIA
El Mundial de Rugby 2023 es centro de atracción de mucha gente. Fanáticos de la ovalada se dan cita en Francia, pero también referentes de otros deportes viajaron a Europa y tal es el caso de Rodolfo D'Onofrio (74 años), el expresidente de River Plate de Argentina.

Hombre de rugby por su pasado en Belgrano Athletic, club al que sigue permanentemente, D'Onofrio compartió hotel con Los Teros en Lille, se encontró con dirigentes y autoridades uruguayas y disfruta de la Copa del Mundo alentando a Los Pumas junto a su familia, pero también haciendo fuerza por sus países vecinos como Uruguay y Chile.

En entrevista con Ovación, D'Onofrio contó cómo vive este evento, qué chances le ve a la selección uruguaya, qué cosas llevó del rugby al fútbol y también habló de dónde debe jugarse el Mundial 2030.

— ¿Estás disfrutando el Mundial de rugby?
— Sí. La verdad que sí. Me gusta mucho el rugby, desde chico. Hijos con rugby, nietos con rugby y un montón de personas allegadas. Siempre sigo permanentemente a Belgrano Athletic, mi club. Pero también me fui al fútbol. Como socio de River me metí en ese deporte, pero ahora estoy disfrutando de esta Copa del Mundo, contento, feliz de compartir hotel con Los Teros y deseando que les vaya muy bien. Tengo mucho entusiasmo.

— ¿Qué te dejó el debut de Los Pumas con Inglaterra?
— Mirá, yo también estuve en el debut de Argentina en el Mundial de fútbol de Qatar 2022 y perdimos el primer partido con Arabia Saudita. Y después salimos campeones del mundo. Así que a veces te conviene perder el primer partido porque si perdés en cuartos, te vas, pero si perdés uno en fase de grupos, tenés tiempo para recuperarte. Y yo creo que Los Pumas tienen jugadores, equipo y grupo como para poder lograr esa recuperación. Después, esto es deporte, hay que jugar y ver qué es lo que pasa luego.

— ¿Cómo ves el crecimiento del rugby en la región?
— Actualmente veo una evolución muy linda en el rugby de toda Sudamérica y es algo muy bueno para este deporte, porque a los que lo hemos practicado y a los que lo vamos a ver nos gusta mucho que eso pase. En 2007 fui a ver Francia y Argentina, el partido inaugural, pensando que los franceses nos ganaban, pero tuvimos la sorpresa de ganarles y luego hacer una campaña como la que se hizo en ese momento, con jugadores que se destacaban y con un grupo unido que tenía la decisión de enfrentar las cosas. Eso lo aprendí mucho en el fútbol con River porque cuando vos tenés un grupo unido y están unidos los dirigentes, los jugadores, el cuerpo técnico, falta que después la gente lo siga. Y yo creo que en Uruguay, a medida que el equipo vaya evolucionando, como lo está haciendo, los chicos se van a ir tentando de jugar a este deporte que es tan lindo, que realmente no es ni mejor ni peor que el fútbol, sino que es otro deporte más en el cual los chicos pueden salir del ocio no creativo e ir hacia el ocio creativo, hacia el ocio deportista.

Foto: Enrique Arrillaga.

— ¿Llevaste al fútbol muchas cosas de las que aprendiste en el rugby?
— Sí, claro. Desde cosas pequeñas a grandes. Por ejemplo en el rugby, para los que no conocen, hay un almuerzo antes de los partidos en el que nos juntamos exjugadores, dirigentes y los que van a la cancha por más que al rato seamos rivales. En el fútbol no lo podía hacer un domingo, pero lo empecé a hacer los jueves. Invitaba a los clubes que jugaban contra River el fin de semana de local a comer a la noche. Venían ocho, 10 dirigentes del otro equipo y empezamos a hacer contacto. Ese hábito pequeño lo pude introducir.

— ¿Qué otras cosas lograste introducir?
— Las otras cosas tienen que ver más con el grupo humano, con darle a la gente del club algunos libros sobre la vida, como por ejemplo el de los All Blacks y el ejemplo en el que se transformaron no solamente dentro de la cancha por la alta competición sino cómo forman el grupo de qué manera lo hacen, qué hábitos tienen. Yo creo que el rugby es algo que le sirve al fútbol en algunas cosas.

— ¿El fútbol también te enseñó algunas cosas que se pueden aplicar al rugby?
— El fútbol también me enseñó un montón de cosas que sirven para el rugby porque este deporte se está profesionalizando cada día más y a medida que eso pasa, hay más exigencias y es otro mundo. Tenés que pasar a tener equipos más grandes de colaboradores, de staff. Empieza a ser otra cosa muy diferente si es que pretendés pasar a la alta competencia. Y es un proceso lógico que se va a ir dando. Argentina ya hace un tiempo que lo vienen haciendo, Uruguay también está evolucionando. Así que me imagino que en unos años nos vamos a encontrar en un Mundial y vamos a decir ‘¿te acordás?’, tal como le debe estar pasando a los uruguayos que miran para atrás y se acuerdan del primer Mundial de Los Teros.

Foto: Enrique Arrillaga.

— ¿Creés que Los Teros pueden lograr el objetivo de ganarle a Italia y Namibia en este Mundial?
— Yo creo que sí. ¿Por qué no? Primero que nada, en los deportes, salvo casos excepcionales como pueden ser los All Blacks, Sudáfrica o Australia que son los del Hemisferio Sur, y luego los irlandeses y algunos equipos que son muy fuertes, ninguno gana antes de jugar. Así que todo es posible. Creo que Uruguay tiene hoy la capacidad y cantidad de jugadores como para poder lograr los objetivos que se está planteando. Después es deporte y ya le pasó a Los Pumas, que en un partido que se suponía podía ser parejo, y que Argentina tenía posibilidades, ocurrió lo que ocurrió y perdió con Inglaterra.

— ¿Se terminó tu etapa en el fútbol ya?
— La decisión que tomé cuando dejé de ser presidente de River es que había un dicho que tenía Felipe González, presidente de España, que decía que un expresidente es como un jarrón chino en una casa: nadie sabe qué hacer con él. Y yo no quiero ser un jarrón chino, entonces me retiré. Hoy el equipo de dirigentes que está en River, estuvo conmigo los ocho años. Y ahora le está dando una continuidad a todo, y yo sé que institucionalmente está muy bien, y deportivamente, se gana y se pierde, pero también anda muy bien. Así que ya pasó. Le dediqué 85% de mi día a River, con la cabeza puesta ahí. River tiene más de 50 deportes, un colegio de 1.200 alumnos, una Universidad, y después tiene el fútbol, que como pasa Uruguay con Nacional y Peñarol, River y Boca en la Argentina, entre los dos se llevan casi el 60% de la gente que realmente le gusta el fútbol, con lo cual tenés millones de personas que están pendientes. Nosotros llegamos con un club fundido, llevamos un proyecto, un equipo de gente, y lo pudimos sacar adelante.

— Estamos en el Mundial de rugby, pero se habla mucho del de fútbol de 2030. ¿Ves viable que se juegue en Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay?
— Sí. ¿Por qué no? Tenemos todas las razones para que así sea. La primera es que el primer Mundial fue en Uruguay, en el Estadio Centenario, y después de 100 años, ¿dónde hay que hacerlo? ¿Dónde hay que festejarlo? En el lugar donde nació el Mundial. Después, ¿qué lugar del mundo tiene la pasión que tenemos los argentinos, los uruguayos, los chilenos y los paraguayos por el fútbol? La pasión es tremenda, estadios llenos, emoción. Y eso lo ves cuando festejamos, cuando hacemos cosas. Yo creo que eso también le sirve mucho al fútbol como espectáculo y también a los países con todo el turismo que pueden tener y las comodidades que pueden ofrecer. Ahora, posibilidades tenemos, pero después juegan más los gobiernos que las asociaciones de fútbol, porque los que tienen el compromiso son los estados de Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile. Podrán colaborar las federaciones, pero los que realmente tienen la responsabilidad de organizarlo y hacerlo son ellos.