Uruguay tuvo su segunda presentación en el Mundial de rugby 2023 y se saldó con derrota ante Italia en un partido donde Los Teros hicieron una gran primera parte, pero donde terminaron sufriendo el complemento. Así lo analizó Daniel Herrera, exhead coach de la selección, para Ovación.

No es fácil analizar un partido con dos tiempos tan distintos y más para quienes no son asiduos seguidores del rugby, a quienes les será más difícil entender qué cambió de un tiempo al otro. Pero hay diversas razones que explican el resultado de ayer en Niza.

En primer lugar, y quedo demostrado en el segundo tiempo, Italia está hoy en una de sus mejores épocas en dos o tres décadas. Es un equipo muy técnico y potente, con una destreza en el juego desplegado que obligó a Uruguay a un gran esfuerzo defensivo en la primera etapa para recuperar pelotas para jugar, lo que generó desgaste y un cansancio que se notó mucho en el segundo tiempo.

Así y todo, Los Teros jugaron de igual a igual los 40’ iniciales y esa confianza hizo que pasaran de ser dominados a dominadores para apoyar dos tries e irse 17-7 arriba al descanso. Pero ahora vienen dos puntos más que hay que considerar. Uruguay solamente tiene acceso a jugar partidos de este nivel en un Mundial, o sea, cada cuatro años. Además, casi nunca juega dos partidos a este nivel en menos de seis días, pero si a eso le agregamos que el equipo en ambos casos fue casi el mismo, permite entender el por qué de la caída física del segundo tiempo, acentuado por la amarilla dudosa al capitán Andrés Vilaseca, el cansancio y desgaste del partido ante Francia se potencian.

A Uruguay no le da para disimular una amarilla como lo pueden hacer Francia o Italia, que también las sufrieron. Esos 10’ fueron letales ya que por el centro del campo los azzurri, ante la ausencia del candado celeste, lograron vulnerar varias veces nuestra heroica defensa y sacar una diferencia ya indescontable.

Hay que respetar y entender lo decidido por Meneses y su staff. Se optó por ir con todo contra los locales aún a sabiendas que el cansancio iba a pesar, pero el gran partido jugado lo justificó. Tal vez los primeros cambios pudieron ser 10’ antes para refrescar la energía. Creemos que cuando entraron, Italia ya era un aluvión y no dio para generar una reacción.

Un capítulo aparte para Manuel Ardao, el corazón del equipo, el que con sus tackles y pescas de pelota permitió que se generara la expectativa de la primera mitad. Se perdió con dignidad y con momentos de muy buen juego, pero Los Teros son seres humanos y también pueden tener un rato de bajo rendimiento.

*Ex head coach de Los Teros.