MUNDIAL
La Celeste entró en zona de riesgo en las Eliminatorias y el Ejecutivo de la AUF analiza, otra vez, tomar una decisión fuerte; lo que puede evitar el punto final es la demora en la decisión.
Los argumentos que en octubre pasado fueron capaces de dar vuelta una historia que había quedado sentenciada tras la goleada y el baile sufrido ante Brasil, ya desparecieron. Perdieron solidez. Es más, ahora parece muy difícil que el Ejecutivo de la AUF tome la determinación de ir “espalda con espalda” con Óscar Tabárez y su equipo técnico hasta el final de las Eliminatorias.
Para ser bien precisos, la situación en la que se encuentra Uruguay en el camino hacia Catar 2022 y los defectos que el equipo sigue exponiendo partido tras partido es lo que hace que el ciclo de Tabárez en Uruguay esté tambaleando.
Lo que no va a ocurrir en esta ocasión es el circo mediático, ni el ruido fuerte antes de ser precisos a la hora de comunicar la determinación final. Ni tampoco se producirá una nueva reunión con los entrenadores del combinado. Acá lo que se resolverá entre los siete integrantes del Consejo Ejecutivo es el paso a dar y luego se buscará el camino más adecuado para comunicarlo.
En pocas palabras, lo que se pretende, si se llega a resolver que es imprescindible optar por el cambio, hacerlo de la forma más directa y sencilla posible.
Puntos clave
1 El flojo juego
El equipo muestra debilidad defensiva y poco poder de ataque. Se entiende que el DT no encontró las soluciones.
2 Sin levante
La falta de reacción en momentos complicados provoca sorpresa. Se considera que es necesario aplicar un revulsivo.
3 Sin mensajes
Volvió a sorprender la ausencia de frases fuertes y de estímulo para un grupo que quedó destrozado.
4 Sin brújula
No se observa que haya una dirección correcta y que este camino de sostenerse así evitará que se llegue al Mundial.
Lo que también está muy en claro es que, como ocurrió en el pasado reciente, hay mayoría de opiniones volcadas hacia un lado. Es que hay aceptación de que se repitieron los cuestionamientos que llevaron a encontrar en octubre que había que ejecutar un cambio en la conducción.
A diferencia de lo que se produjo en aquella ocasión, esta vez hay más certezas y menos lugar para las excusas. O si se quiere, mayor cantidad de comunicaciones de diferentes entornos.
La actuación del equipo en el estadio Hernando Siles de La Paz, hasta admitido por el propio Tabárez, dejó en evidencia que el equipo está derrumbado anímicamente. Que no hay una reacción fuerte y que cualquier impacto termina repercutiendo de la forma menos deseada.
Y este aspecto, según lo analizan algunos integrantes del Ejecutivo, también afecta la labor de los conductores, en virtud de que no hay fortaleza en la transmisión del empuje que suele provocar el repunte emocional.
Una vez más, por otra parte, chocó a los directivos de la AUF que no apareciera en ningún momento posterior al partido, ni el viaje de regreso, una palabra de aliento o un mensaje de respaldo para que el resultado negativo se enterrara lo antes posible, porque de la única manera que se sale adelante es con la recuperación del espíritu que siempre identificó a los jugadores.
Estos elementos forman parte de los cuestionamientos que están emergiendo con gran fuerza como para aceptar que es imprescindible tomar alguna determinación que evite que Uruguay se quede afuera de la Copa del Mundo.
Si bien es cierto que un cambio de timón tampoco entregará la garantía de obtener un puesto entre los 32 países que disputarán el certamen de Catar de noviembre y diciembre del próximo año, existe la sensación de que bajo las actuales condiciones se presenta ultra difícil.
Por ejemplo, se observa que el equipo no consiguió elevar su producción en aspectos básicos: ni es fuerte a la hora de defender ni consigue vulnerar los arcos rivales. La cuenta que terminar elaborando el saldo de goles es dolorosa (-7).
Preocupa que no haya ni la más mínima sensación de que esto puede ser enderezado o que haya un rumbo definido que permita darle un empujón fuerte hacia adelante al juego.
Existe también la sospecha de que los jugadores lanzaron su última bocanada de empuje frente a Argentina en el Campeón del Siglo, donde hasta se acepta que no encontraron la manera de concretar la igualdad, especialmente por deficiencias deportivas.
En este caso, lo que se visualiza también es que no es posible llevar adelante una renovación grande del plantel seleccionado porque casi la totalidad de los mejores futbolistas uruguayos que compiten por el mundo integran el combinado. Si bien se acepta que puede aparecer algún otro futbolista, que hasta ahora no fue convocado, no es viable provocar un revulsivo fuerte con la citación de 10 jugadores nuevos.
Esto lleva el terreno de la determinación final a una encrucijada. Porque no hay otro cambio posible que sacuda la estantería que no sea el de la conducción técnica.
Juega muy en contra de Tabárez el hecho de que se observa que hay cosas que ya se entiende que no se van a arreglar. Que el tiempo al final terminó conspirando en contra del DT porque los argumentos que generaron las grandes dudas siguen estando muy sólidos arriba de la mesa.
A favor de Tabárez puede pesar el tiempo que se tome para resolver el tema. Si la atención se deposita en las finales continentales y se posterga la decisión, quizás el DT pueda conservar su lugar.