La Celeste con el sello del Tornado: intensidad y un equipo que te come los talones en cada pelota dividida

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Diego Alonso. Foto: Nicolás Pereyra.

SELECCIÓN

Pese a las urgencias que mostraba la situación en la tabla y el poco tiempo de trabajo, rápidamente ya se pudo ver a la selección uruguaya con el sello de Diego Alonso.

Dos partidos, apenas seis prácticas y algunos días de convivencia le alcanzaron a Diego Alonso para dejarle grabada a fuego su impronta a esta selección uruguaya.

No solo lo hizo con poco tiempo de trabajo, también lo consiguió en una situación crítica: con una Celeste fuera de los puestos de clasificación a Catar 2022 y sin margen para las equivocaciones.

En esta ventana de Eliminatorias obtuvo los seis puntos y a falta de dos fechas, con Perú (local) y Chile (visitante) como próximos objetivos, depende de sí mismo para conseguir la clasificación al Mundial.

Lo cierto es que en cancha ya se ve un equipo que transmite lo que el Tornado quiere. No será su versión ideal, claro está, pero muestra señales innegociables de lo que pretende el flamante entrenador Celeste.

Diego Alonso, DT de la selección uruguaya, en la victoria ante Venezuela. Foto: Nicolás Pereyra.
Diego Alonso. Foto: Nicolás Pereyra.

Esta selección, a pesar de las formas, busca siempre darle intensidad al partido. En Asunción lo hizo esperando un poco más atrás los primeros minutos y ayer en el Centenario parándose unos cuantos metros más adelante desde el arranque, pero siempre con la misma intención de sostener esa agresividad a la hora de avanzar con y sin pelota.

En ese sentido, otro aspecto que destaca de este nuevo proceso es la importancia que le da el DT a ganar las pelotas divididas. En Paraguay festejó cada quite más que el gol de Luis Suárez y ayer se rompió las manos celebrando cada anticipo y robo de un jugador celeste.

Después hay otros aspectos a analizar como la importancia que le da a los extremos para ensanchar la cancha o la posibilidad de que en un mismo partido el equipo cambie de sistema táctico como en Paraguay que terminó cerrando el encuentro con tres defensores y dos carrileros.

Lo que está claro es que pese a las urgencias que mostraba la situación en la tabla, rápidamente ya se pudo ver a la Celeste con el sello del Tornado. El tiempo, luego, le permitirá agregar y solidificar ideas.

Selección de Uruguay. Foto: Nicolás Pereyra.
Selección de Uruguay. Foto: Nicolás Pereyra.

Rochet le trae un problema a futuro

Ante la lesión de Fernando Muslera, el nuevo DT tuvo que elegir arquero y lo hizo con un debutante: Sergio Rochet. El Chino respondió muy bien los dos partidos, no tuvo responsabilidad en el gol de Venezuela y demostró que puede calzarse los guantes de Uruguay. Alonso deberá resolver qué hacer en marzo cuando Muslera tenga el alta.

La defensa sale de memoria

Ronald Araújo, Diego Godín, Josema Giménez y Mathías Olivera fueron titulares los dos partidos. Todos con buenos rendimientos. Damián Suárez y Martín Cáceres entraron bien.

Un mediocampo totalmente de lujo

El covid-19 no le dejó usar a Lucas Torreira, pero armó una mitad de la cancha de lujo impulsada por las mejores versiones de Federico Valverde y Rodrigo Bentancur. Matías Vecino fue importante en Asunción y ayer Giorgian De Arrascaeta lo hizo muy bien en su ingreso agregándole profundidad al equipo. Facundo Pellistri, primero sorpresivamente titular y luego figura, un acierto 100% del DT.

Un equipo alrededor del Pistolero

Luis Suárez fue determinante en los dos partidos y también fuera de la cancha por su ascendencia en el grupo. El acompañante podrá varias, Darwin Núñez o Edi Cavani, pero él es una fija para Alonso.

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