MUNDIAL DE QATAR 2022
En Qatar se juega una carrera contrarreloj para llegar a tiempo con toda la infraestructura, pero ya se vive un ambiente mundialista.
A solo una semana de que comience el Mundial 2022 en Qatar se juega una carrera contrarreloj para llegar a tiempo con toda la infraestructura, pero ya se vive un ambiente mundialista. En Doha, banderas de los países que jugarán el campeonato -entre ellas la de Uruguay- se ven en avenidas, calles y comercios, los hinchas de diversos países se distinguen entre los transeúntes, las camisetas son las estrellas en ventas y una gigantografía de Luis Suárez sobre un edificio se luce cerca del distrito financiero.
Qatar 2022 - Welcome, es lo primero que se lee ni bien uno arriba al aeropuerto de Doha, ya en la cinta para retirar el equipaje. Luego, La eeb, la mascota del Mundial, recibe a los recién llegados, junto a varios murales que también dan la bienvenida. Al salir rumbo a la zona del puerto, las banderas de los países que participarán de la Copa se repiten una y otra vez. También se ve el símbolo del campeonato, que por estas hora es colocado por centenares, uno atrás del otro, separando los carriles. Algunos son de color bordeaux, otros todavía esperan por una mano de pintura.
Los preparativos se repiten en varias zonas de Qatar, que se calcula recibirá un millón de habitantes por el Mundial, algo nada menor para un país donde viven cerca de tres millones de personas. De hecho, Corniche, tradicional paseo marítimo de Doha, se encuentra directamente cerrado al tránsito vehicular para acelerar las obras. En otras áreas sí se puede transitar pero las cuadrillas de trabajadores montando escenarios y estructuras son hoy parte del paisaje.
Lo que también se ha convertido en los últimos días en un símbolo de la ciudad son edificios con gigantografías fotográficas de las estrellas que jugarán este campeonato. En West Bay, Luis Suárez recibe a quienes llegan a esa zona, mientras quienes se acercan al puerto pueden ver a Lionel Messi -y al imponente crucero MSC Europa que se inaugura mañana y será hotel durante la contienda-, y figuras de otras selecciones como el japonés Maya Yoshida y el canadiense Alphonso Davies se observan en una rápida recorrida por la ciudad.
Ya en el Souq, mercado principal de Doha, el ambiente es mundialista. Los turistas se mezclan con los habitantes locales, y la vestimenta es, en muchos casos, de países que competirán por la Copa. Los hinchas de Argentina lideran por lejos en cantidad entre quienes están por aquí en estos días; muchos son qataríes que lucen sonrientes la camiseta de Lionel Messi y posan alegres cuando algún periodista les pide una fotografía. También hay simpatizantes de Brasil y en varias horas de recorrida de un grupo de periodistas, solo uno se cruzó con un par de hinchas de Uruguay. Lo que sí está muy presente es la bandera Celeste, colgada junto a las del resto de los países una y otra vez a lo largo del mercado.
Las camisetas, banderas y gorros son hoy lo más vendido. Conseguir la Celeste no es tarea fácil pero tampoco imposible: después de una decena de intentos, un vendedor muestra orgulloso la casaca de la selección de Uruguay. ¿El precio? 15 dólares -venden las de todos los países al mismo valor- y si es de niño, se consigue por 10, con short incluído. De todos modos, si sigue la costumbre local de regatear, es casi seguro que consiga un mejor precio.
Cuando cae el sol, sobre las 17 horas, es uno de los mejores momentos para conocer este mercado tradicional. El calor -en estos días la máxima ronda los 35 grados y la sensación térmica llega a los 40- ya no es tan intenso, y además de pasear también hay varias opciones para comer. Una pizza cuesta alrededor de ocho dólares, un plato de pasta 10 y una lasagna 11. Si la opción es ir al supermercado, puede conseguir ramen a un dólar, galletitas a dos dólares, una lata de sardinas o un bollón de anchoas a un dólar y comprarse un frasco de café que le dure buena parte de la estadía a 10.