PARIS
El alemán había quedado mal parado luego de un revés y cuando volvió tras sus pasos para pegar una drive, se dobló el tobillo y cayó.
Rafael Nadal avanzó a su decimocuarta final en Roland Garros, todo un hito, pero lo hizo de la forma menos esperada: por el retiro de su rival en semifinales, Alexander Zverev, luego de caer lesionado en pleno partido.
Durante tres horas habían luchado por dos sets. Rafa se había llevado el primero en tie-break por 7-6 y con el marcador 6-5 en favor del alemán y el marcador 40-30 para el español, que buscaba el punto para igualar el parcial a 6, llegó la jugada crucial.
Rafa puso un tiro profundo forzando el revés de Sasha, éste devolvió pero quedó mal parado. Nadal tiró abierto a la derecha de su rival y éste, al volver tras sus pasos, no se pudo parar bien, apoyó todo su cuerpo en el pie derecho para trasladar toda la fuerza a la mano diestra en el drive, pero no le dio para plantarse y terminó torciéndose el tobillo.
Los gestos y gritos de dolor rompieron el silencio en el estadio. Zverev fue atendido de inmediato, incluso Nadal se acercó a ver su condición, pero no hubo caso. Salió en silla de ruedas y volvió en muletas para anunciar el retiro.