Redacción El País
Novak Djokovic no solo gana y pide pista en el Masters 1000 de Miami, sino que también da el ejemplo y roba la atención de las cámaras con gestos simples, pero que siembran una admiración entre los jugadores.

El legendario tenista serbio, de 37 años, que el domingo en Miami venció al argentino Camilo Ugo Carabelli por 6-1 y 7-6 (7-1) y se instaló en la cuarta ronda del segundo Masters 1000 de la temporada, tuvo un gesto de profundo apoyo para Federico Gómez, otro nacido en la vecina orilla, que hace un puñado de semanas impactó con una emotiva publicación en la que confesó haber tenido pensamientos suicidas.

El tenista de 28 años, 138° del ranking, reveló haber enfrentado una de las etapas más difíciles de su vida, marcada por una profunda crisis emocional. Gómez describió los últimos seis meses como “los más duros” que le tocaron vivir “como ser humano” y admitió que contempló abandonar el tenis por completo.

A pesar de estos momentos oscuros, aseguró que compartir su historia era necesario para tratar de sanar: “Me cuesta mucho escribir esto sin llorar, pero creo que es la mejor decisión que pude haber tomado para sacarme este gran peso que siento”.

ANDREJ ISAKOVIC/AFP fotos

Tras la decisión de reconocer sus problemas en público, le llegaron muchos mensajes de apoyo y fuerza. Entre los más destacados, estuvo el que le envió Djokovic, el máximo campeón de Grand Slams, con 24, que le escribió desde su Instagram en español: “Fuerza amigo. Siempre hay luz al final del túnel”.

Djokovic y Gómez coincidieron esta semana en el Miami Open. El argentino no logró superar la primera ronda de la clasificación y perdió por un doble 7-5 con el australiano James Duckworth. Sin embargo, continuó en la Florida y se dio el gusto de tener un entrenamiento e intercambiar conceptos con Nole, con la promesa de que volverán a juntarse.

El actual número cinco del mundo volverá a estar en cancha hoy, frente al italiano Lorenzo Musetti, con el que peleará por un lugar en semifinales.