Redacción El País
Jannik Sinner (23 años) tenía todo para ser un gran esquiador, pero decidió dedicarse al tenis. Mal no le fue: en junio se convirtió en el primer italiano en llegar a la cima del ranking mundial y el pasado domingo levantó por primera vez en su carrera el trofeo del US Open. Pero, ¿qué hubiese sido de la vida de este joven si en lugar de la raqueta elegía escribir su historia sobre las montañas? Es lo que todavía se preguntan algunos...
El escenario, además de impredecible, es un tanto intrigante para las voces que recuerdan los éxitos que tuvo el italiano entre los ocho y 12 años, en los campeonatos nacionales de su país, donde era considerado uno de los mejores talentos de la categoría.
Sus dotes le hacían honor a Val Fiscalina, la zona en la que se crio, que es popularmente conocida por tener valles repletos de nieve.
Su padre -chef- y su madre -moza- hicieron que el pequeño Sinner incursionara en esa actividad cuando apenas tenía tres años. Sin embargo, una década más tarde, cuando llegó el momento de decidirse, el chico se inclinó por la pelota amarilla y se mudó a un club que le quedaba a más de 600 km de su casa.
Los éxitos lo acompañaron y con 14 años ya se había entrenado con Roger Federer, su ídolo. En uno de esos intercambios, con Massimo Sartori, entrenador de Andreas Seppi, la leyenda cuenta que lo agotó y quedó impactado: “Me hizo sudar, quedé impresionado. Llamé a Riccardo Piatti, con quien colaboraba en ese momento, y le dije que teníamos que llevar a este chico a su academia”.
![Jannick Sinner en el Miami Open 2024.](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/b4f709b/2147483647/strip/true/crop/1920x1316+0+0/resize/1440x987!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2F89%2Fff%2F8af73c4b482c95e294343c98a491%2Fca40b034e29b9f5893cd335cc63131263de483c8w.jpg)
Al poco tiempo, dio sus primeros pasos en el circuito profesional y con 16 años ganó su primer torneo. “Sueño con convertirme en el número uno del mundo y ganar los Slams”, había advertido en 2020, mucho antes de ingresar en la lista de los 100 mejores jugadores del mundo.
Hoy, junto a Carlos Alcaraz, es proyectado como el presente y futuro del tenis y a su espalda ya cuenta con dos torneos de Grand Slam: el Abierto de Australia y el US Open 2024.