Los años pasan y las rodillas ya casi no quedan. Después de tanto desgaste mental y físico, el cuerpo -ahora más que nunca- parece cada día pasarle mayor factura a Rafael Nadal, que va camino a cumplir 37 años en junio y, a medida que avanza el tiempo, se va acercando a la puerta del retiro.
Lejos de rendirse, y como un legado de lo que ha sido su carrera, el español no bajará los brazos hasta que llegue el último día. Lo cierto es que en la actualidad arrastra una serie de molestias musculares que dejan en duda su presencia en Roland Garros, a falta de 10 días.
La gran cita en la capital francesa, donde ya se consagró campeón en 14 de las 14 finales que jugó allí, fue su siguiente gran desafío desde que cantó baja del Abierto de Australia en segunda ronda al perder sorpresivamente en sets corridos ante el estadounidense Mc Donalds. Tras el partido, jugado el 18 de enero, se supo que sufrió una "lesión grado dos en el psoas ilíaco” de la pierna izquierda.
Desde entonces, Nadal se preparó día y noche para llegar a la competencia en polvo de ladrillo, pero el tiempo le jugó una mala pasada. Fue así que anunció a través de las redes sociales su baja del ATP de Roma antes del comienzo del torneo.
“Siento mucho anunciar que no voy a poder estar en Roma. Todos saben cuánto me duele perderme otro de los torneos que han marcado mi carrera profesional y personal por todo el cariño y apoyo de los tifosi italianos. A pesar de haber notado una mejoría estos últimos días, son muchos meses sin haber podido entrenar a un nivel alto y el proceso de readaptación tiene sus tiempos y no me queda más remedio que aceptarlos y seguir trabajando", expresó.
En las últimas horas, se hizo viral un video en el que se lo ve primero recostado contra una columna y luego tomándose sus rodillas durante varios segundos dejando en evidencia su muestras de dolor. Todo sucedió durante un entrenamiento en polvo de ladrillo en el que también aparece a su lado el entrenador Carlos Moyá.