TENIS

Al Uruguay Open no solo se va a ver jugar a los tenistas profesionales, sino que también se pueden disfrutar de los food trucks, juegos y tiendas que bordean el Carrasco Lawn Tennis.

Mientras sus padres, hermanos, primos y abuelos conversan sentados tomando mate, en las mismas sillas que había estado sentado uno de los hermanos Cuevas un par de horas antes, los niños, algunos con uniformes de colegios y otros no, participan de juegos que consisten en arrojar la pelota lo más rápido que se puede, acertar al blanco o derribar cosas.

La gente pasea por la calle Eduardo Couture, cortada entre Arocena y Divina Comedia, lo cual facilita el ingreso a pie al torneo que está cumpliendo sus 20 años en Montevideo.

La indumentaria cambia conforme pasa el día, y los que llegaron con gorro y lentes para el sol, muy fuerte por cierto, terminan optando por irse a causa del frío o poniéndose todo lo que tengan a mano de abrigo.

Durante los duelos en las tres canchas se puede escuchar música en vivo de fondo, que llegaba hasta los oídos de los presentes desde el pequeño escenario junto a los food trucks. Desde Zombie de The Cranberries hasta Me imaginaba tú y yo en París de Ingratrax musicalizaban la tarde fría del miércoles. Cuando ya nadie canta, el sonido de las pelotas en otras canchas acompañaba el soplido del viento, como alguna que otra queja del frío que al parecer estaban pasando cerca de 150 personas.

Raquetas, pelotas de tenis, cervezas y chivitos son algunas de las compras más populares, casi tanto como las encuestas con las que juega la gente: “¿Cuánto duró el partido más largo de tenis?”, decía una de las preguntas. “Fue uno que se paró y arrancó al otro día. Once horas”, respondió uno.