Lo hecho por Girona Fever en el Gran Premio Maroñas (G2) excede a las palabras, es difícil transmitir lo que realizó y lo que para un burrero significa. Una pinga de esas que nacen una vez cada muchos años, y el público lo sabe porque vimos algo que nunca se ve, que la gente la comenzara a aplaudir a falta de 400 metros y cuando aún era segunda en las posiciones. Un corolario perfecto a una campaña impresionante que seguramente continuará en el exterior, porque Maroñas y el turf uruguayo, le quedan chicos.

En yunta con Sócrates fue apostada con mucha fuerza, pagaba solo $1.40 pese a enfrentar a 14 rivales que representaban lo mejor de la velocidad en nuestro medio. El puesto de largada, con un par de caballos muy veloces por fuera generaba dudas. Pero su jockey Federico Piriz la llevó cinco días consecutivos a gateras y la yegua le pagó largando de forma impecable. Viajó segunda detrás de Tomsk, al pisar la recta final venía a un cuerpo pero con todo el rollo, empardó faltando 350 metros y a partir de allí brindó un espectáculo a los ojos.

Foto: Estefanía Leal.

Estableció 57’’10 para el kilómetro. Jorge Avelino Piriz la presentó con los 10 puntos mientras que Federico Piriz hizo historia al ganar su séptimo clásico de reyes.

El triunfo fue histórico por dos motivos, por un lado, porque es la primera vez desde la Reapertura que un equino gana dos veces seguidas esta carrera y además porque Federico Fabián Piriz llegó a siete triunfos en la clásicos de Reyes, extendiendo su dominio como el más ganador en esta jornada.