Sofía Balut Páez & Bettina Gariglio

Cruce de caminos: Arte y moda. Moda y arte. Los caminos de las personas más creativas se cruzan, más cuando los sostiene el talento y el trabajo. Dos uruguayas, una radicada en Barcelona desde hace una década, y la otra desde hace veinte años, se encontraron un día en esas calles de la vida y comenzaron a transitarlas juntas. El resultado de ese encuentro: una amistad que las potencia e impulsa a desarrollar, cada una en lo suyo, proyectos que hacen comunidad.

Sofía Balut Páez trae en la sangre tradición artística. Nieta de Carlos Páez y sobrina de Agó Páez, creció entre lienzos, bocetos y obras plásticas. En ese ambiente cultivó su pasión y desarrolló las primeras técnicas pictóricas que luego perfeccionó hasta encontrar su propio trazo. Aunque explora distintas técnicas y movimientos, el cubismo es su fuente de inspiración. “Empecé a pintar desde que era muy chiquitita. Toda la vida me ha gustado crear. Recuerdo que iba siempre a Casa Pueblo a mirar cómo pintaba mi abuelo y también tuve el honor de contar con la guía de mi tía, Agó. Ella siempre me ayudaba. Yo iba a su casa y me encerraba con ella y pintábamos juntas. Tengo muchos recuerdos así. Después fui creciendo y también estudié actuación. Me fui muy pronto de mi casa, primero a vivir a Buenos Aires, tenía 17 años, y después a Estados Unidos. Luego regresé a Argentina y más tarde me vine a Barcelona. Soy como una paloma viajera”, compartió Sofía.

En ese tiempo fue buscando una definición para su carrera, siempre moviéndose alrededor de la creación. Así fue que dirigió una galería de arte en Punta del Este y tres restaurantes. También fue madre y mientras pudo, alternó estancias largas en España con periodos más cortos en Uruguay, particularmente en temporada alta. Ahora que su hija tiene siete años, ya son cada vez más acotadas las vueltas al país. Además, sus propios proyectos en Europa le demandan dedicación completa. Ocurre que recientemente, Sofía instaló su atelier en la capital catalana y este mes de mayo una de sus obras es la imagen oficial de Juno Fashion Day, un evento de moda y diseño que organiza Bettina Gariglio, directora de Fashion Lab Productions, en el espacio catalán conocido como Juno House, un club privado que nuclea a mujeres influyentes de la ciudad condal.

Juno Fashion Day propone reunir a lo largo de todo un día a aficionados y profesionales para conversar sobre temas como la fotografía en moda con Cristian Oliva o la inteligencia artificial aplicada a la moda; una charla a cargo de Sarah Iglesias, directora creativa y de AI en Mango Teen. También será una ocasión para conocer el trabajo de diseñadores emergentes o las nuevas propuestas de consagrados, entre estos últimos: Guillermina Baeza, Unión Suiza, Lola Casademunt, Jeffrey Campbell, Sita Murt; o para apreciar las mejores piezas de la última edición del Barcelona Fashion Film Festival, o conocer las tendencias editoriales de arte y moda con News & Coffee Kiosco. “En todo lo que hago siempre intento comunicar, cuando estoy vistiendo a una modelo, cuando creo una campaña de publicidad para una marca de moda y también cuando organizó un evento. Para mí es muy importante que siempre alguna de las manifestaciones del arte esté presente en lo que hago, y trato de darle un sentido que englobe toda la propuesta. Fue así que invité a Sofía a ser parte de esta edición”, contó por su parte, Bettina.

Curiosa y en continuo movimiento, organiza este encuentro desde hace cuatro años. Su trayectoria como directora y productora de moda la ha llevado a trabajar en destinos tan distantes como Asia y Escandinavia, siempre con base en Barcelona. Comunicadora antes que todo, conoció el trabajo de Sofía y no dudó en levantar el teléfono para conocerla y conversar con ella. De aquel primer encuentro nació una amistad que hoy es complicidad y admiración mutua en ese terreno híbrido en el que las artes y la moda son una.

La obra elegida como imagen oficial de este encuentro se titula Juego y pertenece a la serie Las señoritas de Aviñón, compuesta por varios cuadros inspirados en el homónimo que pintó Pablo Picasso en 1907. En Juego se muestra a una mujer elegante, cosmopolita y sugerente que a diferencia de las del maestro cubista, que van desnudas, luce una chaqueta con hombreras y un sombrero de ala ancha en tonos pastel. La obra original se encuentra en Uruguay, y actualmente forma parte de una muestra colectiva en Imperiale Art Gallery (Punta del Este), abierta hasta setiembre de 2024.

Bruno Lacassie - Un charrúa londinense

Hay combinaciones que a primera vista podrían parecer improbables, como por ejemplo encontrar a un charrúa londinense. Pero basta con remover un ingrediente de aquí, y ponerlo más allá, para que suceda la magia de que surja algo como eso. Así pasó con la Parrilla Charrúa de Bruno Lacassie, un lugar con todo lo que define a un buen asado criollo, solo que se prepara a un océano de distancia, en Gran Bretaña.
Este uruguayo de 30 años nació en Malvín Alto, y se mudó a Inglaterra en 2003, donde vive desde entonces. Allí creció prácticamente, pasó su adolescencia, se enamoró, formó una familia y eligió su profesión, la de chef, o cocinero. Primero ganó experiencia en restaurantes de hoteles cinco estrellas, como el Hilton de Londres, o el Gaucho, Argentinian Steak Restaurant en la misma ciudad. Hace un año tomó aliento, y confiado en sí mismo decidió emprender por cuenta propia. Bautizó a su empresa como Parrilla Charrúa. Desde entonces participa en eventos, con un servicio de catering a medida de cada cliente. También trabaja como chef privado y presenta un showcooking (con degustación incluida por supuesto) de la parrilla uruguaya. “Siempre me ha gustado ser cocinero. Es algo que elegí porque forma parte de los mejores recuerdos que tengo de niño. En ellos está la familia reunida, unos preparando el asado, otros tomando mate, todos alrededor de una mesa y de la parrilla. Acá en Londres la vida es otra. Por eso, cuando llegamos a una casa, armamos la parrilla, encendemos el fuego, preparamos las brasas, mostramos las carnes y las asamos. Todo eso atrae la atención”, cuenta Bruno en un español con acento mezclado al colombiano, contagiado por su esposa.

Los asados reúnen a la gente en Uruguay, y cuando los prepara en Londres también consigue esa suerte de comunión entre gente de otros países y diferentes costumbres. “Les cuento cosas del quehacer uruguayo, muchas veces compartidas en el Río de la Plata”. Con Parrilla Charrúa ofrece carnes, en sus distintos cortes y puntos de cocción, quesos, verduras, chorizos, empanadas, y en ocasiones, abre el abanico de la carta y presenta jamón ibérico, gambas y recientemente, paella. El boca a boca y la experiencia adquirida en más de una década lo han ido consolidando como un maestro parrillero de pura ley.
Actualmente cocina, entre otros, para jugadores de la Premier League. “Soy cocinero privado de futbolistas del Chelsea, y fue gracias a ellos que me ayudaron a conocer más personas, que me lancé a realizar estos asados”.
Desde que asumió la responsabilidad de ser su propio jefe, debe gestionar otros desafíos, pero ninguno es tan complicado como lidiar con el clima londinense. Ese, aseguró, es su principal reto: “si tuviéramos un clima más mediterráneo, estaríamos todos los días organizando asados. Ahora mismo, hace apenas unos minutos, estaba lloviendo con tormenta. Después paró y salió el sol, y en una hora no sé qué va a pasar. Eso hace difícil la planificación. Lo que hago es llevar siempre una carpa y en función del tiempo, a último momento defino qué voy a hacer”.

Pese al éxito y al trabajo que lo sostiene, Bruno reafirma sus orígenes y se muestra orgulloso de lo que ha logrado gracias al esfuerzo de toda su familia. Así recuerda el tiempo previo a la emigración: “en Uruguay, cuando estábamos allá, atravesamos momentos difíciles. Mi padre trabajaba muchísimo, vendíamos comida en el barrio para poder ganar un ingreso. Por eso, cuando mis padres tuvieron la oportunidad de darnos una vida mejor no lo dudaron. El primero en llegar fue mi padre. Estuvo varios años trabajando antes de poder traernos a mi mamá y a mis dos hermanos”.
Aunque hoy es bilingüe, al llegar, la primera barrera que sorteó fue el idioma, y luego acoplarse a una cultura y una sociedad completamente nueva. “Nos costó bastante aprender. Es un mundo diferente, con mucha diversidad.

Aquellos primeros años fueron difíciles en nuestra vida, pero nos ajustamos bien a la nueva realidad que teníamos por delante. La batalla que pasó mi familia para poder estar bien me llena de orgullo. Mis padres han trabajado los dos muchas horas para ayudarnos. Al ver de dónde venimos y dónde estamos, hoy en día es algo que me levanta, me motiva y me da más ganas de seguir adelante todos los días". Para conocer más sobre el “asador de jugadores de la Premier League” se puede visitar su perfil en Instagram | Parrilla.Charrua