El universo de la moda sigue de duelo. A un mes de la muerte del gran Roberto Cavalli (falleció el pasado 12 de abril), poco se sabe de la enfermedad que lo venció. El funeral, llevado a cabo en la Basílica de San Minato, contó con la asistencia de reconocidos diseñadores y celebridades, que se acercaron a darle el último adiós. Es que el talento de Cavalli, y su genio innovador marcaron con fuerza la industria de la moda italiana, dejando un legado de recursos creativos que perdurará a través del tiempo.

Nacido el 15 de noviembre de 1940 en la inspiradora y romántica ciudad de Florencia, Italia; creció en el seno de una familia aristocrática. Cuando tenía apenas tres años, su padre fue víctima del ejército nazi, y eso marcó su infancia, en la que pasó a tener gran influencia su abuelo, el pintor impresionista Giuseppe Rossi, quien le transmitió la pasión por el arte. Hijo de una madre sastre, Cavalli se propuso fusionar los dos mundos: las telas de su madre con la pintura de su abuelo, y así fue cómo se inició en la Academia de Bellas Artes, y se perfeccionó en el estampado textil. “La moda es una forma de arte que permite expresar la individualidad y la creatividad”, definía el italiano. Su enfoque intrépido lo llevó a explorar nuevos horizontes, desde la moda hasta el diseño de interiores y la perfumería, demostrando su versatilidad y su visionaria perspectiva del rubro.

No fue hasta los años 70', que el entusiasmo de Cavalli lo llevó a fundar un pequeño taller de estampado. Allí introduce una innovadora técnica de impresión sobre prendas de punto ya confeccionadas, y sobre cuero, marcando el comienzo de una identidad emblemática que redefinió el concepto del lujo y el estilo atemporal. Esta innovación catapultó su nombre a las altas esferas de la moda, recibiendo encargos de firmas como Pierre Cardin y Hermès, entre otras. Dos años después, Cavalli presentó su primera colección en el Salon du Pret-à-Porter de París. Luego, llevó sus creaciones a las pasarelas de la Sala Bianca del Palazzo Pitti, en Florencia, y a las pasarelas de Milán. Esto signó el comienzo de su imperio en la moda, que primero fue expandiéndose hacia las ciudades que visitaba el jet set, hasta fundar su primera boutique insignia en Venecia.
En los 90' llevó su revolución al denim. En aquel escenario lleno de convenciones, su enfoque fue disruptivo, vanguardista y desafiante. Así fueron entendidos sus intrépidos jeans, que primero fueron estampados, luego gastados con arena, y finalmente elastizados. Combinados con sus blusas de seda y estampas en animal print, se convirtieron en su leit motiv y marcaron la generación de los 90'.

Roberto Cavalli.

Bella, bohemia, exóticamente elegante y atemporal, así definió el artista a la mujer Cavalli. Él entendía que no todas las féminas deseaban ser delicadas y finas, sino que había un sector que encontraba su identidad en la exuberancia de los excesos. Su estilo distintivo, aplicado a sus provocativas siluetas, fue la clave de su éxito, que no solo conquistó al mundo, sino que además encendió una llama de imaginación inagotable para generaciones enteras de diseñadores, que aún hoy reversionan sus propuestas, una y otra vez. Tanto, que su marca continúa posicionándose en el mercado del lujo, con presencia en más de 50 países, y con líneas para hombres, RC; para chicas jóvenes, Just Cavalli; para los más pequeños; colecciones de accesorios, y también para el hogar.

A lo largo de su trayectoria vistió a muchas súper modelos, como Valeria Mazza, Naomi Campbell y Gisele Bündchen, quienes elogiaron su audacia, y describieron sus creaciones como “una celebración de la femineidad y la libertad, que empodera a las mujeres”. Su nombre está fuertemente ligado a la audacia del vestir y al glamour. Celebrities como Susana Giménez, Jennifer López, Christina Aguilera, Beyoncé, Madonna, Lenny Kravitz, hasta el mismísimo Mick Jagger y la influente Brigitte Bardot, lucieron varios de sus diseños en eventos, shows y alfombras rojas. Aunque algunos de sus detractores llegaron a catalogarlo como excéntrico, vulgar o excesivamente original, por unanimidad resaltan la habilidad del diseñador para combinar el lujo con la extravagancia, y la opulencia con la provocación. Si hay algo que Cavalli mantuvo a lo largo de su prolongada carrera, fue su estilo único e inconfundible.

En 2015 decidió retirarse de la primera línea del negocio, para dar lugar a nuevos directores creativos. Desde entonces, la casa tiene el honor de mantener viva, con respeto y amor, la inspiración y el estilo de su fundador. El primero en tomar la antorcha fue Peter Dundas, quien propuso un imaginario hippie chic, sexy, aunque alejado del exceso. En 2017 lo siguió Paul Surridge quien fue sucedido por Fausto Puglisi en 2020.

Roberto Cavalli.

La fluidez creativa fue sin dudas fruto de la personalidad vibrante y apasionada del diseñador, que disfrutaba de los placeres simples de la vida, como caminar por la ciudad, relajarse en su casa, y pasar tiempo junto a su familia y amigos. Dueño de un carisma incuestionable, como buen italiano, era un fuerte devoto de Dios, además de gastrónomo por excelencia, y amante del buen vino. Su otra gran pasión fue el arte, y se lo reconocía como gran pintor, llegando a exponer su arte abstracto en diversas galerías del mundo. Solía reconocer que su mayor inspiración era la naturaleza y los paisajes de su amada Toscana. Amante de los animales, realizó grandes contribuciones a causas de cuidado medioambiental, además de fomentar la conservación de especies en peligro de extinción. Hasta en su trabajo se mostró preocupado por cuidar la sustentabilidad. En una ocasión declaró: “copio la vestimenta de un animal porque me encanta copiar a Dios. Creo que Dios es el diseñador más fantástico”.

Su vida privada estuvo marcada por tres grandes mujeres. De su primer matrimonio con Silvanella Giannoni, nacieron dos hijos, Tommaso y Cristiana; pero luego de diez años, se divorciaron. En 1980, se casó con la modelo austríaca Eva Düringer, con quien tuvo tres hijos: Robert, Sarah y Daniele. Eva también fue una socia comercial fundamental. Sin embargo, en los últimos 15 años, ha sido Sandra Bergman Nilsonn quien lo ha acompañado, y quien le dio su sexto hijo, Giorgio, de apenas un año. Es que el amor siempre fue un pilar fundamental en la vida del diseñador. De hecho solía repetir a menudo “rodéate de amor, porque el amor será el faro de tu vida”.

Tras su fallecimiento, es preciso reconocer con gratitud el legado extraordinario que deja gracias a una impronta indomable y rebosante de pasión y libertad.

Roberto Cavalli.