Luis Barbé

Sonarte, un proyecto de vida

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Mathias Escotto Gadea
Luis Barbé
Pablo Rivara

Una tarde, hace años ya, Luis Barbé estaba en su casa reunido con amigos, cuando su madre se acercó para contarles que había una audición para ocupar vacantes en la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de Florida. Luis, el menor de cinco hermanos en una familia muy unida, siempre se había considerado muy curioso. Le gustaba hacer de todo, desde natación hasta pulseras. La única contra era que lo que usualmente empezaba, casi nunca lo terminaba. Pese a que al principio pensó que aquello sería un poco más de lo mismo, con el transcurso del tiempo descubrió que no. Mientras esperaba para auditar, dudó: “podría tocar el violín, la trompeta, o el clarinete…”. Eran los tres únicos instrumentos que
conocía de una orquesta. Al llegar su turno en la audición, ya no quedaban plazas, pero los maestros le dijeron: “te vemos cara de cornista”. Lo primero que hizo al regresar a casa fue buscar en Internet qué era un corno.
Hoy Luis Barbé es Primer Corno de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena y en la Synchron Stage Orchestra, dedicada a grabar bandas sonoras para películas de Marvel y HBO.

Después de aquel inicio en 2012, Luis Barbé se incorporó a la Orquesta Juvenil del Sodre, luego se mudó a Buenos Aires, se perfeccionó
en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, y se incorporó a la Orquesta Juvenil Nacional Libertador de San Martín. En 2019 fue uno de los tres finalistas en la audición de la Karajan Akademie de la Filarmónica de Berlín, y obtuvo una beca para estudiar con el cornista Stefan Jezierski. No sabía hablar bien inglés y menos alemán, pero hizo las valijas y cruzó el océano para cumplir una nueva etapa hacia el destino de sus sueños: Austria.

En 2021 se graduó con mención especial de la Licenciatura de Música en la Hochschule für Musik und Darstellende Kunst Stuttgart, en
Alemania. En 2023 volvió a Uruguay de visita y organizó un concierto en Florida. Decidió que quería destinar lo recaudado a la creación de una beca de formación para que otros jóvenes pudieran seguir sus pasos. Con ese gesto, puso el cimiento para hacer realidad la Fundación Sonarte, una idea que trae consigo desde hace años: ser mentor de las nuevas
generaciones de músicos. “Detrás de un músico, y de sus objetivos, hay muchas horas de estudio y mucho llanto. Son cosas de las que todavía se habla muy poco. Sigue habiendo ese tabú, un intento de ocultar. Todos nos ponemos nerviosos si tenemos que tocar frente a tres mil personas. Y en un concierto en Viena, donde hay un público que te abuchea si no tocás bien, ¿cómo no ponerme nervioso? Además, este camino es competitivo. Por ejemplo, hay ocho puestos en todo el mundo para corno en orquestas, habiendo un montón de cornistas. El recorrido es difícil y para todos es distinto, pero hay que estar preparado. Me siento motivado a
incentivar a los músicos más jóvenes”.

Sonarte ofrecerá becas de formación, además de asistencia en asuntos burocráticos, por ejemplo, para visas y otros permisos de residencia, y también en lo psicológico, para aprender a gestionar la ansiedad, el pánico
escénico o el inevitable choque cultural que implica emigrar y dejar atrás a la familia y amigos. En junio se realizó en Viena la primera Residencia Académica impulsada por Sonarte con el apoyo de varias entidades, entre otras, la Orquesta Juvenil Nacional del Sodre, y sus directores, Ariel Britos y Claudia Rieiro. El trabajo que desde hace décadas llevan delante
estos maestros, es lo que posibilita todas estas experiencias. Por orden natural, las primeras becadas provienen de la orquesta uruguaya. Se trata de Lehia Osorio y Alessandra Suárez, integrantes activas de la Orquesta Nacional Juvenil del Sodre, y Rocío Britos, miembro de la Orquesta Sinfónica del Sodre. Durante una semana asistieron a clases magistrales y a conciertos en vivo, empapándose en la vida y la cultura que se respira en la mítica cuna de la música clásica. “Hay partes que fueron realmente desafiantes, como la experiencia de conocer a otros profesores con estándares muy altos. Fue bueno tocar con ellos y también escucharlos, porque imitando también se aprende”, comentó Rocío.

Alessandra por su parte destacó que fue un sueño pisar el suelo donde antes estuvieron Beethoven y Mozart. "Para nosotros, ellos son
personas lejanas como dioses. A eso se suma el aprendizaje, poder escuchar en vivo a músicos tan prestigiosos, te rompe la cabeza. Ahora hay mucho trabajo por hacer”.

El cierre de la experiencia ocurrió en Madrid, con la presentación del Ensamble Cornos Sur, en Casa de América, integrado por las becadas, bajo la dirección de Luis Barbé. En una búsqueda por explorar las posibilidades
técnicas e interpretativas del corno francés, presentaron un repertorio mayoritariamente latinoamericano. “Para nosotros –comentó
por su parte Ariel Britos–, que trabajamos de una manera piramidal con una base muy ancha desde lo social y lo musical, estas son experiencias súper importantes. Sirven para empujar hacia arriba a los que vienen de abajo. Estos jóvenes se representan a sí mismos, y a otros miles que trabajan por ser cada día mejores”. El encuentro contó con el apoyo de la Embajada de Uruguay en España. Más información en Instagram: sonarte.uy | luisbarbe23

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