Bomba sexy

| Alda Ribeiro aprende en una cárcel boliviana nuevas habilidades que le permitan sobrevivir en un mundo sin dinamita. La justicia analiza si su novio está loco o no.

Compartir esta noticia

GABRIEL SOSA

¿Qué pasó? Hechos 2006

En su celda de La Paz, Alda Ribeiro continúa alimentando la esperanza de demostrar su inocencia de los cargos que se le imputan, y que la Justicia boliviana declare que el único culpable de los atentados explosivos del 21 y 22 de marzo es ex su pareja sentimental, el estadounidense Triston Jay Amero (también conocido como Lestat Claudius de Orleans y Montevideo).

Los atentados con dinamita, que dejaron dos muertos, y la subsiguiente y veloz captura de la pareja por la Policía boliviana fueron el corolario de una curiosa historia de amor entre la uruguaya de 45 años oriunda de Tranqueras y el estadounidense de 24, quien en su paso por Fray Bentos tomó como hobby espantar pajaritos en la plaza de la ciudad tirándoles cohetes. En el medio del romance hubo escándalos maritales, amenazas a jueces, detenciones en Argentina (por tratar de hacer volar un cajero automático) y una importante dosis de delirio.

La prisión boliviana de Alda (Kitty, para los amigos y familiares) no es demasiado dura. Según Amelia Tedesco, la cónsul uruguaya en La Paz, las condiciones de encarcelamiento en el Penal de Alta Seguridad de Miraflores son correctas y humanas (más duro es el encarcelamiento de Triston en el Penal de Alta Seguridad del Altiplano, donde lo que mata es la altura).

Alda es la única uruguaya encarcelada en La Paz; los compatriotas presos más cercanos están en Santa Cruz, detenidos por causas relacionadas al tráfico de drogas. Dentro de la prisión, sus compañeras de detención (las dos que comparten su celda y las demás mujeres del Penal) la aceptan e integran. El régimen carcelario en esta prisión femenina es bastante laxo, e incluye una buena cantidad de actividades educativas y cursos realizados en puestos en el patio, varios de los cuales son seguidos por Alda.

Pero en la calle, cuenta Tedesco, hay mal ambiente contra Alda. Si bien el caso ya no aparece en la prensa, al menos mientras la causa judicial no avance, la gente la recuerda y en cada oportunidad en que es conducida a declarar o debe realizar alguna salida por motivos judiciales, en la calle se escuchan gritos en su contra. El pueblo boliviano, a pesar de tener cierta tendencia al dinamiterismo, no perdona los dos muertos.

Las actuales esperanzas de Alda se cifran en una incoherencia judicial. La uruguaya fue condenada a seis meses de prisión preventiva en espera de juicio, y ya lleva nueve sin que haya una fecha definida. Su abogada espera conseguir que se le permita esperar el juicio en libertad, claro que sin poder abandonar Bolivia. En ese caso su problema sería cómo ganarse la vida en las calles de La Paz.

Los reclamos de inocencia de Alda no despiertan muchas simpatías en Bolivia. Paradójicamente, más sencillo parece el alegato de Triston, que sólo necesita que se le declare loco (cosa que, viendo su historial, no debe ser muy difícil de demostrar).

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar