Lenguaje combativo en el Estado
El lenguaje inclusivo o no sexista es utilizado cada vez más por los jóvenes. Los sindicatos estudiantiles ya lo tienen incorporado. La ANEP lo tolera en las aulas y en las pruebas escritas, siempre que los profesores estén de acuerdo. Y el Mides enseña en los CAIF una canción para cantar "juntes".
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Salud compañeres y arriba les que luchan!", cierra un comunicado del alumnado del liceo Miranda, en el que agradece a "familiares y vecines" que apoyaron la ocupación del centro en el marco de la pelea presupuestal. "Lxs estudiantxs" del 63 invitan a una concentración en Avenida de las Leyes. Desde el 26 instan a las autoridades de la educación que se hagan presentes para negociar con "los/as" representantes del gremio. En el IAVA hablan a "xadres", y la "x" puede ser "p" o "m", a criterio de quien lea. El liceo 1 de Solymar advierte que la lucha "es para bien de todes", que se sintieron "rodeades" y "contenides" por quienes apoyaron la ocupación, y que están "fortalecides" y "más convencides que nunca".
Mientras en la Real Academia Española (RAE) y la Academia Nacional de Letras se agarran la cabeza con el lenguaje inclusivo o no sexista, los sindicatos estudiantiles dan la pelea por también utilizarlo en las aulas, incluso reclamando que este sea aceptado en pruebas escritas. Y lo están logrando. La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) no se opone y sostiene que si los profesores lo toleran no tiene razón para entrometerse, ya que lo considera parte de la libertad de cátedra. Lo mismo dicen desde el sindicato de colegios privados.
"No hay una política definida de manera explícita sobre este tema. Es parte de la libertad de cada docente, que es quien coordina con los estudiantes el enfoque de los temas que le parezcan de interés, siempre y cuando se encuadre dentro del programa. No hay prescripción ni prohibición. No hay ningún problema con el lenguaje inclusivo, y esto tiene que ver un poco con el concepto de laicidad, de respeto a la opinión de los estudiantes", señala el director de Planificación Educativa de la ANEP, Antonio Romano.
En el mismo sentido se pronuncia Zózima González, presidenta de AIDEP, Asociacion de Institutos de Enseñanza Privada: "El lenguaje inclusivo perfectamente puede darse en el aula. Si alguien pone un todes en un escrito supongo que la evaluación de eso va a depender del contexto en el cual se diga esa expresión. Digo que supongo porque en realidad es algo que está bajo la potestad de cada docente, es parte de la libertad de cátedra", explica. Agrega que el tema no ha sido tratado en la asociación y que no hay ninguna reglamentación oficial al respecto, por lo que cada centro decide por sí mismo qué línea tomar.
Pero aunque el lenguaje no sexista no se promueva o se deje de promover desde la ANEP, las instituciones educativas son un mundo aparte. Colectivo Divergente (Diversidad, Género y Transversalidad Educativa) es un grupo de profesoras que dan talleres de diversidad en el espacio educativo para estudiantes, docentes, alumnos de profesorado y demás trabajadores de la educación. Usan la "x" en sustitución de la "o" y de la "a" en sus documentos, y evitan también las palabras: alumno, profesor, maestro, vecino y niño, por considerar que estas solo representan a los varones. Las cambian por alumnado, profesorado, magisterio, vecindad e infancia. Ellas se llaman a sí mismas "profas".
Rossana Molinari, parte de este colectivo, dice que responden a un pedido del estudiantado de que se generen cambios en el lenguaje. "Ellos son los que lo reclaman. Yo no hablo con la e, como proponen algunos adolescentes, pero no digo alumnos, digo alumnos y alumnas, o digo alumnado. A veces los chiquilines me dicen profesora, ¿por qué usted no dice alumnes?, y yo les contesto que decir lo puedo decir, pero que a nivel formal no corresponde".
Pese a esto, Molinari es una de las que acepta pruebas escritas con "e", "x" y "@". "El lenguaje es una cuestión de poder. Y las reglas están para romperlas", considera. Y agrega que lo que sí pide a los estudiantes es que pongan una nota al pie aclarando que utilizaron el lenguaje inclusivo. "Si ellos lo quieren usar, yo no lo voy a corregir como incorrecto".
El Colectivo Divergente fue declarado de interés educativo por el CES en 2017. Las docentes, que son ocho y se conocieron dando clases en el Bauzá, pidieron computar su trabajo en preparación de documentos, cursos y charlas, como horas docentes, pero les fue denegado. En sus cursos, en los que se usa la dinámica de taller, también hablan de los insultos sexistas, de los diferentes tipos de acoso y de "las posturas machistas" que entienden existen y deben ser erradicadas.
Una de las primeras peleas que dieron, recuerda Molinari, fue para que las direcciones empezaran a poner en las carteleras de comunicados profesoras y profesores, y no solo profesores. "Si te ponen un cartel que dice profesores, las profesoras, que somos la mayoría, no estamos incluidas. La gente al principio se muestra un poco reticente, pero poco a poco va incorporando este lenguaje".
Niñes canten juntes.
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El eje de toda la discusión radica en el uso del masculino genérico en el idioma español, que es lo que establece que cuando se dice "alumnos", uno puede estar hablando tanto de personas del sexo masculino como del femenino. El Mides, a través del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), se sumó ya hace algunos años al lenguaje inclusivo, y en su página web señala que "el masculino genérico se usa para englobar hombres y mujeres en un mecanismo sistemático que difumina a la mujer", y añade que "el hecho que el sustantivo hombre posea la doble función de nombrar a la humanidad o al espécimen masculino facilita la confusión y favorece la invisibilidad de la mujer".
Mariella Mazzotti, directora de Inmujeres, opina que "el lenguaje construye ideas y pensamientos" y que "es a través de las palabras que nosotros nos abstraemos y nos formamos las ideas del mundo", al tiempo que advierte que la RAE debería ser "sensible a estos cambios, que modificarían la forma de hablar de todos".
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La directora del área de Formación de Inmujeres, Nancy Pena, en tanto, manifiesta que el Mides busca generar un "impacto cultural en las políticas hacia la igualdad de género", y que en este sentido han dado cursos sobre lenguaje inclusivo, que van a contrapelo de lo que "lamentablemente, históricamente el sistema académico, la RAE, el patriarcado, ha marcado". Y dice "ha" y no "han", porque para ella el sistema académico, la RAE y el patriarcado, al menos a los efectos de este asunto, conforman un solo bloque.
La cosa va más allá de cursos y documentos oficiales escritos con lenguaje inclusivo. Inmujeres realiza talleres en los centros CAIF, donde asisten niños de cero a tres años, utilizando una canción que pide a los niños que no jueguen "juntos" o "juntas", sino que lo hagan "juntes".
La canción, que se llama "Juntes hay que jugar", pertenece al grupo argentino Canticuénticos, que tienen un repertorio dirigido a los niños, y dice: "¿Quién dijo que los juguetes son de nene o nena? Si vamos a vivir juntes, juntes hay que jugar. Me gustan tanto los barcos. Lo que más quiero es viajar. Si voy a ser capitana no preciso ese disfraz de princesita rosada que me querés regalar. Estoy mirando en el mapa que voy a cruzar el mar. ¿Quién dijo que los juguetes son de nene o nena? Si vamos a vivir juntes, juntes hay que jugar. Son tan poquitos colores el celeste y rosa. Pintemos un arcoíris de color libertad". Y sigue con la historia de un niño que quiere jugar con un bebé, para cuando sea grande ser buen papá, y que dice no necesitar "pistolas ni casco de militar".
"No hay postura institucional de cambiar el lenguaje. Ojalá se pueda cambiar, pero no es nuestro objetivo; el objetivo es usar los términos más oportunos que sirvan para generar igualdad", dice Pena. Y señala que a los centros CAIF, que están por afuera del Mides, conformados por una alianza entre organizaciones civiles e intendencias municipales, "les pareció muy linda la canción" y una buena forma de "buscar la igualdad".
La directora general de Educación Inicial y Primaria, Irupé Buzzetti, encargada de la educación de los niños desde los tres años en adelante, es crítica del lenguaje inclusivo, y le parece que hay otras acciones que se pueden llevar adelante desde las palabras para conseguir mejores resultados que sirvan a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres.
"Hemos avanzado mucho en políticas de género u2014empieza Buzzettiu2014 y creo que con respecto al lenguaje hay que trabajar para que los cambios en la lengua escrita sean pensados por la gente que sabe de ello. Roy Berocay, por ejemplo, en su libro Pateando Lunas (Alfaguara, 1993), logró enganchar a los niños por dos cosas: porque sus diálogos eran en voceo y porque fue el primero que tuvo a una protagonista mujer, Maite, que jugaba al fútbol. Esas prácticas desde la escritura, desde las acciones, son más fuertes que escribir documentos oficiales con formas lingüísticas que deben y tienen que ser discutidas por la academia".
Militancia vs. academia.
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Para Virginia Bertolotti, de la Academia Nacional de Letras, creaciones como "todes", "todxs" o "tod@s" provienen de una "elite cultural" y de una "intención propagandística", que no puede siquiera calificarse como correcta o incorrecta, ya que no siguen "la morfología del español" y son "expresiones inventadas".
"Creo que hablar (y escribir de esta manera, ya que hablar es casi imposible, más que por un rato) no es muy distinto a usar una camiseta de algo. Es mera propaganda. Por ejemplo, yo soy hincha de Defensor, un cuadro chico. Podría decidir de ahora en adelante ir siempre a trabajar con esa camiseta. Puedo ir a dar clase, puedo ir a las sesiones del Consejo de mi Facultad, incluso puedo ir al CDC de la Universidad o a los plenarios de la Academia Nacional de Letras. Quizá esto aumente en algo el número de hinchas, pero no va a cambiar en nada u2014sospechou2014 las posibilidades de que Defensor gane el campeonato", ironiza Bertolotti.
La experta no se muestra para nada optimista ante la posibilidad de que las modificaciones en la forma de hablar o escribir por parte de "colectivos militantes", sirva realmente para lograr verdaderos cambios en las formas de pensar. "Conozco gente que encabeza sus correos dirigiéndose a todes, que va a la marcha del 8 de marzo, y que luego hace circular fotos de los senos y la cola de la presidenta de Croacia, mostrando su verdadero pensamiento, que es que las mujeres son objetos sexuales".
En cuanto a la redacción de documentos oficiales con lenguaje inclusivo, considera que "es algo bueno para quienes los redactan, porque les genera trabajo", pero dice no estar segura de "que sea el uso más racional para los recursos públicos, siempre escasos".
Y continúa: "No me imagino que la lectura de un texto que diga las ciudadanas y los ciudadanos deberán cruzar en las cebras, tenga un impacto sobre la psiquis enferma de quien considera que tiene derecho a la vida ajena y está dispuesto a matar por desamor".
La RAE no suele entrar en discusiones sobre el uso de la "e", la "x" y la "@", pues considera que estas no hacen más que generar palabras que no existen. Pero sí se ha pronunciado sobre los "desdoblamientos", es decir expresiones como "ciudadanos y ciudadanas", "niños y niñas", etcétera. Al respecto ha señalado que son recursos "artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto".
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España protagoniza un enérgico debate debido a la voluntad del gobierno de adecuar la Constitución del país al lenguaje inclusivo. El gobierno francés prohibió ya el año pasado el lenguaje inclusivo en sus textos oficiales. En Uruguay, en tanto, el senador del MPP, Charles Carrera, planteó en octubre pasado la utilización del lenguaje inclusivo en la cámara. Lo hizo pocos días después de que Lucía Topolansky tomara el cargo de vicepresidenta. El hecho suscitó una discusión con varios legisladores, donde el más enfático fue el colorado Pedro Bordaberry. "Vamos a pensar que no es inclusivo decir artistas, sino que deberíamos decir artistos y artistas", ironizó. La discusión se diluyó. Carrera, consultado para esta nota, dijo que no considera la posibilidad de redactar un proyecto de ley para adoptar el lenguaje inclusivo en cámara.
La pelea de los correctores.
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La correctora Maqui Dutto, que ha tenido en los últimos años que adaptar su trabajo para la corrección de documentos en los que se utiliza el lenguaje inclusivo, piensa muy parecido a Bertolotti al advertir que "aunque es cierto que el lenguaje cambia un poco la manera de ver el mundo, no se puede decir que modifica la realidad, y que va a haber más equidad de género por eso". Dutto ejemplifica esto al señalar que los niños que antes se insultaban diciéndose "retardado" o "mongólico", hoy lo hacen al grito de "tenés capacidades diferentes". "Se apropian del lenguaje, pero como la discriminación está en la mente lo único que hacen es modificar los términos", explica.
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"Nuestro trabajo depende mucho de para quién trabajemos. Si corregimos textos literarios, el lenguaje inclusivo no existe. No conozco un autor literario que use el lenguaje inclusivo. Podrá tratar de no tener un lenguaje sexista, pero eso es otra cosa. Pero ningún autor literario dice visité a mis primos y primas. No existe eso porque sería insoportable", concluye.
En cambio, Dutto sí se ha enfrentado a corregir textos de no ficción, de organismos locales o internacionales, y advierte que el trabajo es "muy incómodo". Por eso es que muchas veces trata de convencer a sus clientes de que desistan de usarlo. La mayoría de las veces pierde. Pero también ha ganado.
"Una vez me dieron para corregir un informe sobre explotación sexual infantil. Las personas que escribían, que eran dos investigadoras, querían usar lenguaje inclusivo, entonces decían los/las niños/as explotados/as. Yo traté de pelear eso y perdí. Pero después me di cuenta que decían los clientes y los proxenetas, y eso lo usaban en masculino genérico. Les pregunté si los clientes y los proxenetas eran todos hombres, y no lo eran. Hay una gran cantidad de madres y abuelas que prostituyen a sus hijos y nietos, y también hay clientas. Al plantearse ese conflicto, o incoherencia, había más espacio para negociar, y logré que adoptaran un criterio más razonable, poniendo en la primera página del libro que cuando decíamos niños, hablábamos de niños y niñas, cuando decíamos proxenetas, eran los y las proxenetas. Yo entiendo por lo que están peleando, pero hay que pensar que el lector es una persona inteligente".
Luego de que la vicepresidenta del gobierno español, Carmen Calvo, pidiera a académicos de la lengua que determinasen si la Constitución estaba redactada con un lenguaje que reflejara por igual la realidad de hombres y mujeres, y que en caso de que no sea así fuera cambiada, el escritor Arturo Pérez-Reverte amenazó con renunciar a la RAE si se hacía lugar a este reclamo. El presidente del organismo, Darío Villanueva, también se pronunció en contra de cambiar el texto hacia un lenguaje inclusivo y dijo que no cabe esperar "grandes sorpresas" en la respuesta que los académicos darán al gobierno. "La lengua no obedece a un dictamen, nosotros no elaboramos. Pensar eso es partir de un planteamiento equivocado", declaró a El País de Madrid. Por otra parte, la mayoría del parlamento también se pronunciaría en contra.
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Maestros y padres por una lengua no sexista
"Que los estudiantes se apropien del lenguaje inclusivo está buenísimo, porque ellos son mucho más creativos que nosotros, que ya estamos colonizados por el otro lenguaje", señala Rossana Molinari, docente de Literatura y parte del Colectivo Divergente.
"Las comisiones de fomento de la escuela pública también están cambiando. Ya no se dirigen más a los estimados padres, sino que hablan de las queridas familias. Las maestras y maestros también están empezando a decir queridas familias", explica.
"Los alumnos del IAVA hicieron también el año pasado unos comunicados muy interesantes, utilizaron la x adelante, entonces sería xadres, y la equis lo que marca es la inclusión. Lo bueno es que fueron económicos en el uso del lenguaje. Si es una pareja formada por dos mujeres que tienen hijos, o una pareja formada por dos hombres, no son padre y madre en realidad".
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Países que usan el "les" pero no por esto existe la igualdad
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Virginia Bertolotti en su texto "¿Discrimina el idioma español?", publicado en la revista de la Academia Nacional de Letras en 2016, dice que son muchas las sociedades en las que "no hay una relación necesaria entre género gramatical y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres".
Con respecto al género, las lenguas se dividen en cinco: las que no tienen marcas de género, las que tienen dos (como el castellano) y las que tienen tres, cuatro y cinco, "como el polaco con femenino, neutro y tres tipos de masculino", explica Bertolotti.
"Si empezamos por el finlandés, lengua sin género, podemos tener la ilusión de existencia de una correlación entre el género gramatical y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, pero rápidamente perdemos la ilusión cuando llegamos al persa o al turco, que son también lenguas sin género gramatical", expone la especialista.
En noviembre de 2014 el Ministerio del Interior publicó su "Guía de lenguaje inclusivo". Esta fue redactada por la licenciada Nancy Chenlo y se hizo llegar a todas las seccionales del país. Pero, pese al intento de la cartera, basta leer algunos documentos subidos a su página web para darse cuenta de que las recomendaciones no fueron implementadas. Por ejemplo, se les pide no hablar más de "un masculino" o "un femenino", términos que en los partes policiales se siguen utilizando. Acá, algunas de las otras recomendaciones que hizo el Ministerio del Interior y que, al menos en gran escala, no están siendo utilizadas.
Se consideran "expresiones sexistas": inspector, subinspector, concejal, abogado y juez. Y "expresiones no sexistas": inspector o inspectora, subinspector o subinspectora, concejal o consejala (lo escriben con "s"), abogado o abogada, juez o jueza.
No se recomienda escribir, por ejemplo: "ser ciudadano uruguayo o becario extranjero". Y sí se recomienda: "ser ciudadana/o uruguaya/o o becaria/o extrajera/o", o cambiar la oración directamente por "poseer ciudadanía uruguaya o beca extranjera". Piden no hablar de "el postulante", sino de "quien se postula"; ni de "ser soltero", sino "ser soltera/o".
Piden usar pronombres y determinantes que no sugieran género. Se sugiere no usar "el que" o "los que", y cambiar esto por "quien" o "quienes".
Llaman a eludir el sujeto. Por ejemplo, en un llamado a inscripciones, en vez de escribir que "el interesado debe presentar documento de identidad y certificado de antecedentes judiciales", poner: "Requisitos: presentar documento de identidad y certificado de antecedentes judiciales".
Piden utilizar términos que incluyan directamente a mujeres y varones. No son "los ciudadanos", sino "la ciudadanía". No son "los funcionarios", sino "el funcionariado". No son "los policías", sino "el cuerpo policial".
En cuanto a "femenino" y "masculino", la guía sostiene que estos términos tienen "diversas complejidades". Y explica: "Desde un lenguaje inclusivo no lo recomendamos ya que trae implícito un pre concepto acerca de cómo esperamos que sean y/o se comporten las personas de acuerdo a si son catalogadas como mujeres o varones. Esta evaluación puede ir desde el cómo hablar hasta las posturas, la vestimenta, el cabello, el uso o no de maquillaje, el aseo personal, etc. Esto no se limita a una evaluación de las personas, en clave de femenino o masculino también se catalogan las tareas, los empleos, los juegos y juguetes, los colores, y todo lo que pueda ser mezclado en ese crisol". Tras esto el texto presenta ejemplos para corregir la redacción. En vez de: "En la noche de ayer concurre a la Unidad Especializada en Violencia Doméstica una femenina A.D.B., uruguaya de 56 años", propone: "En la noche de ayer concurre a la Unidad Especializada en Violencia Doméstica A.D.B.".
No usar la expresión "fuerza hombre", porque "refuerzan la idea de que la Policía solo está conformada por varones", y cambiarlo por "fuerza efectiva".
En relación a las personas trans, también propone cambios. La guía dice que las denuncias pueden redactarse de forma inclusiva o no inclusiva. La primera sería, por ejemplo: "hombre vestido de mujer", la que cambia por "mujer trans". O "mujer vestida de hombre", que es modificado por "hombre trans". No recomiendan el uso de la expresión "chica trans", ya que consideran "chica" una palabra con connotación peyorativa o de subvaloración.