La fachada se divisa a lo lejos: es un tetris blanco con piezas que no encajan entre sí. Pero lo primero que uno ve cuando se acerca al Hospital del Cerroes un grupo de policías. Charlan, caminan, van hasta la esquina a fumar un cigarrillo o se apoyan en la baranda de aluminio que da hacia la avenida Santín Carlos Rossi. Suelen ser dos, pero de a ratos aparecen algunos más que dan la vuelta a la manzana o se suben a la camioneta policial.
El hospital que está detrás de ellos se inauguró hace menos de dos semanas y se encuentra en el centro de una de las zonas con mayor índice de homicidios de Montevideo. Pero esa no es la única razón por la que hay policías en este lugar. Su tarea principal es la de prohibir el ingreso al centro de salud, a pesar de que ya hubo un acto inaugural.
El lunes 6 de noviembre se hizo la ceremonia de apertura con la presencia de las principales caras del gobierno. Ministros, subsecretarios y parlamentarios de la coalición asistieron al lugar para aplaudir la realización de una de las promesas de campaña que tenía pendiente el presidente Luis Lacalle Pou. “No hay nada más lindo que mirar a los ojos, empeñar la palabra y cumplirla”, dijo Lacalle con el inmenso tetris blanco detrás. Además de los aplausos, hubo abucheos y algunos militantes frenteamplistas le gritaron “corrupto”, entre otras cosas. Es que la inauguración del centro ocurrió en medio de un clima de tensión, porque 48 horas antes Lacalle Pou había dado una conferencia de prensa informando la renuncia de dos ministros, un subsecretario y un asesor personal, después de un ya conocido enredo político en torno a la entrega del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset.
A pesar de que las autoridades lo han desmentido, hay quienes creen que la inauguración del Hospital del Cerro fue algo apurada y sirvió para que el gobierno recibiera los aplausos que en ese momento le hacían falta.
Más de una semana después de cortar la cinta ya hay pacientes internados, pero los policías siguen prohibiendo el ingreso en la puerta. “El acceso para el público general no está habilitado” es la frase que repiten los funcionarios de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) que están en los alrededores del flamante hospital. De todos modos, El País consiguió acceder al edificio y cuenta aquí qué se encontró tras pasar la puerta de ingreso.
Radiografía.
En la recepción hay dos funcionarias administrativas que atienden tras una mampara. Luego empieza el piso vinílico, el mismo para el resto del edificio. Ambientes espaciosos, varios ventanales y techo de hormigón. Se trata de un hospital moderno. Al estar vacío, todas las palabras se escuchan con eco y cada tanto se siente el ruido de los trabajadores de la empresa Teyma, encargada de la construcción, que siguen ahí cargando algún tacho de pintura o moviendo los muebles que faltan colocar.
La mayoría del Hospital del Cerro hoy está desierto. La excepción es el subsuelo, en donde están las salas de internación. Para llegar se puede ir por escalera o ascensor, pero los funcionarios que están habilitados a estar allí prefieren las escaleras “porque todavía no se sabe si funcionan bien” los ascensores, dicen. Antes de llegar a las instalaciones en donde el martes había tres pacientes internados, se ven escritorios que siguen embalados y cartones en el piso que evidencian que las obras no terminaron.
En la inauguración el presidente de ASSE, Leonardo Cipriani, dijo que es “normal” que un hospital cuando empieza “de cero” lleve un proceso de testeo antes de habilitar las instalaciones al público para que su apertura sea “segura” y eso es lo que está pasando en el Cerro.
El País informó el martes que el hospital nuevo aún no cuenta con la habilitación del Ministerio de Salud Pública (MSP), algo que por el momento está en trámite y no impide que este comience a funcionar. En estos días habrá fiscalizadores de la cartera de salud visitando el lugar sin aviso previo a ASSE para eventualmente contar con la habilitación.
A pesar de que sigue sin abrir y todavía no está la habilitación formal, el centro recibió a los primeros pacientes internados el sábado pasado. Aquellos tres primeros no tuvieron una intervención quirúrgica programada allí, sino que se trató de personas que fueron a la emergencia -que está en la misma manzana que el hospital- y por algún motivo debieron permanecer internados. Una auxiliar de limpieza que fuma un cigarrillo en la puerta del centro algunos días después de eso relata con humor: “Todas las chiquilinas de enfermería hicieron una fila y aplaudían mientras se los llevaban a internar porque iban a ser los primeros. Y los pacientes iban chochos a internarse. Yo nunca había visto un festejo por estar internado”.
Todavía no están todas ocupadas, pero el Hospital del Cerro tiene 30 camas en total distribuidas en cuartos de a dos con baño privado. Inicialmente se planteó el centro con la idea de poder descomprimir los traslados hacia el Hospital Maciel, que es el centro de ASSE que suele recibir a buena parte de los pacientes del Cerro. Pero, como el hospital no tendrá CTI, es posible que buena parte de los internados sigan siendo derivados allí.
En sus 2.471 metros cuadrados, el Hospital del Cerro incluye la emergencia y una policlínica que funciona desde hace décadas. A pesar de que los vecinos están acostumbrados a ir a la policlínica y esta sigue estando en el mismo lugar, también fue reformada y la “sensación de nuevo” es “evidente” para Laura, que está esperando que su hija salga de la consulta con el ginecólogo. Mientras espera, ve cómo tres obreros colocan un andamio a pocos metros y uno de ellos se sube para terminar de instalar las luces. “Claro que es una buena cosa que haya un edificio nuevo, eso lo tenemos que festejar”, asegura y luego lamenta: “Pero hoy vine a las ocho de la mañana y recién la hicieron pasar a las 11:30, entonces hay cosas que siguen sin cambiar”.
Recursos humanos.
Jorge Bentancur preside la Organización de Usuarios de la Salud del Oeste y asegura que “la gente asocia la idea de salud con tener un hospital en la puerta de la casa”, pero “quizá tiene más sentido tener policlínicas que atiendan en tiempo y forma” porque “llegaría menos gente a los hospitales”. Bentancur asegura que un estudio local evidencia que el 54% de los vecinos del Cerro que dicen tener problemas vinculados a su salud mental nunca visitaron a un especialista para obtener el diagnóstico. “No hay psiquiatras en la zona y falta eso en el primer nivel de atención”, relata.
Más allá de los aplausos por las obras, dentro del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) hubo “diferentes posturas” acerca de la realización del Hospital del Cerro, según dice el presidente del gremio, José Minarrieta. “Jamás vamos a estar en contra de una inversión en infraestructura para la salud y menos para un lugar en donde vive gente vulnerable, por la zona de Montevideo. Tenemos una tendencia a polarizar los temas y encasillar a favor o en contra de las cosas y no es tan así. Por supuesto que el hospital es bienvenido”, asegura Minarrieta y agrega: “El problema es que no se dio a conocer ningún estudio técnico que demuestre en qué había que invertir en esa zona y que un hospital era la mejor inversión”.
Las cifras de homicidios en el Cerro
Durante los primeros cinco meses del año, el Cerro estuvo entre los cinco barrios en donde se registraron más homicidios, según los datos oficiales. Ocurrieron cinco en esos meses. La Paloma, barrio vecino, ocupó el primer lugar con ocho. No se sabe si el Cerro sigue ocupando ese puesto porque en las últimas cifras no se incluye la diferencia por barrios de Montevideo.
La inversión que realizó ASSE en el lugar incluyó la remodelación de la policlínica y cinco nuevas ambulancias del Same 105: en total fue de 16 millones de dólares. El País intentó contactarse con Guillermo Avellanal, director del Hospital del Cerro, para conocer más detalles de la inversión, pero desde ASSE informaron que se tomó unos días libres con motivo de su casamiento.
En una entrevista en el programa Desayunos Informales de canal 12, Cipriani dijo que “este es un hospital muy importante en el sentido de que está en una zona que lo necesita por el número de usuarios”. Al respecto, el presidente del SMU cree que “ya es tarde” para discutir si el hospital debía o no estar allí porque ya fue construido, “pero sí es el momento de evaluar la política de recursos humanos de ASSE para contratar personal médico y no médico para el lugar”.
Minarrieta hace referencia a un convenio firmado entre el prestador público y el gremio médico que señala que todos los cargos nuevos que se generen en ASSE deben ser Cargos de Alta Dedicación (CAD), es decir, con sueldos elevados para especialistas. A pesar de que “no se suele cumplir a rajatabla”, según Minarrieta, en el caso del Hospital del Cerro “es demasiado evidente” porque inicialmente no se hizo ningún llamado para Cargos de Alta Dedicación “teniendo en cuenta que se inauguró un hospital nuevo en donde son nuevos hasta los enchufes”. “Si no se generan ese tipo de cargos, entendemos que va a pasar lo mismo que en el resto de ASSE que son problemas de cobertura para usuarios. Así pasa en el Vilardebó y el Pereira Rossell”, asegura el dirigente sindical. Según supo El País, este jueves el SMU mantuvo una reunión con ASSE y acordaron realizar un llamado (CAD) para pediatría y uno para medicina interna en el Hospital del Cerro. Minarrieta cree que todavía es insuficiente y la negociación tuvo un “mal resultado”.
Para cumplir con la demanda de recursos humanos que tendrá el hospital, ASSE debe contratar a 229 funcionarios, entre ellos medio centenar de médicos; a los que se suman los 128 trabajadores de la policlínica que ya funcionaba allí.
Son las contrataciones de anestesistas y cirujanos las que generaron el mayor dolor de cabeza para las autoridades de la salud pública en los últimos días. En el caso de los anestesistas, el llamado inicialmente quedó desierto y ASSE consideró traer especialistas de Argentina para trabajar allí. Sin embargo, este miércoles se hicieron las primeras intervenciones quirúrgicas en los block del centro gracias a la “colaboración” de la mutualista Casmu, según indican fuentes de ASSE.
Hay un cirujano que fue “cedido” de forma “gratuita” por el Casmu hasta el 20 de noviembre, y un segundo experto en cirugía será del prestador público. Si bien se presentaron 14 cirujanos al llamado, se recurrió a un privado porque no se firmaron los contratos con los convocados por diferencias salariales. La urgencia por comenzar a operar era tal, que según fuentes vinculadas a ASSE, se consideró que el gerente general del prestador, Eduardo Henderson, que es especialista en cirugía, esté de guardia algunos días.
En cuanto a los anestesistas, comenzarán a trabajar dos por día, que los brindará el Casmu hasta el 30 de noviembre. El 1º de diciembre iniciarán sus tareas aquellos contratados por ASSE.
Entre el apuro evidente por comenzar a funcionar y discusiones sobre las formas es que el Hospital del Cerro se inauguró, a pesar de que sus puertas todavía no están abiertas del todo. Eso llevará algunas semanas más.
“Pretenden que esto sea como el Pasteur o el Maciel y no será”
A pesar de que inicialmente se planteó la construcción del Hospital del Cerro para atender a heridos por accidentes de tránsito o a causa de la delincuencia en la zona y así descomprimir al Hospital Maciel, la secretaria general de la comisión interna del Cerro de la Federación de Funcionarios de Salud Pública, Lorena Luján, asegura que eso es “una equivocación” . “Hay usuarios que pretenden que el hospital nuevo sea lo que encuentran en el Pasteur o el Maciel y esa no es la realidad”, explica y agrega: “Se seguirán derivando y este será un hospital más transitorio”.