Son varios los que esperan en las oficinas de la Fiscalía General de la Nación para reunirse con el fiscal de Corte, Juan Gómez, un miércoles al mediodía. De golpe se abre la puerta, Gómez sale de una sala de reuniones y pide disculpas por la demora. Se arregla la corbata y advierte al resto de los que quieren reunirse que “ya habrá tiempo para todos”. Al agradecerle por la entrevista en medio de tanto caos, Gómez responde con seriedad: “Esto no es ningún caos”.

Tanto la sala de reuniones que está en la planta baja de la Fiscalía como el despacho principal del fiscal de Corte son espacios que Gómez demoró en adueñarse. Es que la renuncia repentina del polémico fiscal de Corte Jorge Díaz lo tomó por sorpresa y el 5 de octubre de 2021 se enteró que debía asumir el rol.

-¿Qué recuerda de ese día?

-Son días tristes en el sentido de que hubo un cambio en la vida de la institución. Tal es así que yo durante un tiempo no ocupé nunca el despacho del fiscal de Corte. Me parecía que mi rol era el de adjunto. Sentía que esto era una cosa que se iba a decantar en poco tiempo y por eso no me quería instalar ahí. Después naturalmente lo ocupé y terminó siendo necesario para recibir personas todos los días.

Juan Manuel Ramos

La “cosa que se iba a decantar en poco tiempo” ya tiene más de dos años. Cuando en 2017 se implementó el nuevo Código del Proceso Penal (CPP) y los fiscales adquirieron mayor notoriedad pública por su nuevo rol, Gómez estaba al frente de la fiscalía de homicidios y verlo en televisión se convirtió en algo habitual. Siempre de saco y corbata, con su pelo blanco con raya al costado y un bigote que deja al resto de su cara en segundo plano, él pasó a ser la imagen de la justicia en los casos más sangrientos. En abril de 2021 Jorge Díaz lo nombró fiscal adjunto de Corte, algo que él consideró “una distinción” y que “no tenía ninguna razón para no aceptar”. “Hoy creo que fue una imprevisión de mi parte en el sentido de que nunca tuve en cuenta esta situación”, dice con cierto lamento.

La salida de Díaz significó que Gómez quedara al frente de la Fiscalía hasta que el Parlamento acordara la designación de un nuevo fiscal de Corte. El problema es que los legisladores todavía no se han puesto de acuerdo en un nombre. Según la ley, el fiscal de Corte debe ser designado por el Poder Ejecutivo, con venia de la Cámara de Senadores “otorgada siempre por tres quintos del total de los componentes”. Los tres quintos solo se logran con votos del Frente Amplio pero el consenso entre los legisladores oficialistas y los de la oposición está muy lejos.

Mientras tanto, Gómez trabaja al frente de una fiscalía que enfrenta una tormenta: hay críticas, sobre todo desde filas oficialistas, casi todos los días. Desde el periodista Ignacio Álvarez que le pide que aparte del cargo a la fiscal Alicia Ghione por su vínculo con Romina Celeste, hasta la polémica salida de la fiscal Gabriela Fossatti tras el caso Astesiano.

-¿Cómo recibe las críticas hacia su gestión?

-Con hidalguía. Algunas son algo miserables. Eso me causa dolor, ya no por mí sino por la propia sociedad en la que vivimos. A veces cuando veo que algunas personas utilizan la mentira o algún artilugio para atribuirme cosas que no tienen nada que ver con mi persona me causa un mínimo de desazón y tristeza, pero lo venzo en cada mañana de estos ya largos dos años.

-¿Se siente cómodo o incómodo en este rol?

-Me siento bien. Sé que hago mi mayor esfuerzo para cumplir con la ley y la Constitución. Cumpliendo con eso solo me puedo sentir bien. Tengo la absoluta tranquilidad de saber que intento hacer todo lo correcto. No quiere decir que lo logre siempre, pero ese es mi objetivo y mi norte.

Leonardo Maine/Archivo El Pais

En los últimos dos años Gómez no se tomó un solo día de licencia. Ni siquiera cuando se operó. Parece mucho pero eso entra en la lógica de lo que él entiende es “cumplir con la ley y la Constitución”. El fiscal de Corte asegura: “Se me podrá decir que soy un obsesivo, pero yo soy un obsesivo con cumplir con las responsabilidades que se me impusieron”.

-¿Es cierto que tampoco se pidió licencia para operarse del corazón?

-Infelizmente tuve que hacerme un doble cateterismo y un transesofágico. Los médicos me lo fijaron para un martes y yo conseguí que fuera un viernes para así recuperarme el fin de semana y estar el lunes acá. Al principio toda mi idea chocó con la realidad porque cuando pasaban los efectos de la anestesia en un primer momento no podía ni siquiera incorporarme de la cama, pero cumplí y el lunes estuve acá, incluso fue un día de mucho trabajo y terminé a las nueve de la noche con una reunión en el Colegio de Abogados.

-¿Eso es porque está atado a este trabajo y no quiere dejar a otro al frente de la Fiscalía?

-No es porque esté atado, sino porque soy consciente de que es una responsabilidad con los ciudadanos que la Fiscalía como tal debe funcionar adecuadamente siempre. Dirán lo que se les ocurra. Dirán: “No sé por qué Gómez no se toma licencia”. Pero yo sí sé por qué. Sé muy bien por qué. No me victimizo. Lo cuento porque me lo pregunta, pero no lo ando diciendo por ahí. Es el cumplimiento estricto de una obligación legal. Si creen que me hacen daño diciendo cosas, que busquen otras.

Lo que para él es dedicación a la tarea, para algunos legisladores del oficialismo es un exceso. Incluso piden que renuncie “para irse por la puerta grande”, según sostiene la senadora nacionalista Graciela Bianchi, quien cree que “así no se puede continuar”. “Todo el mundo le perdió confianza a la Fiscalía y ya no es solamente la loca de Graciela Bianchi la que lo dice”, asegura la senadora con ironía.

En el caso de que renuncie, sería la fiscal de estupefacientes Mónica Ferrero quien asumiría como subrogante de Gómez. Ferrero quedaría en el rol debido a un artículo aprobado en la Rendición de Cuentas del año pasado, que determina que detrás del fiscal de Corte debe venir el que tenga mayor antigüedad en la Fiscalía. El propio ministro Luis Alberto Heber ha dicho que Ferrero “debería ser” la próxima fiscal de Corte y que “hay que hacerle un monumento” porque “el Uruguay le debe mucho” por sus investigaciones sobre el narcotráfico.

Foto: Estefanía Leal

Además de asumir frente a una eventual renuncia de Gómez, Ferrero también es quien hoy debería cubrir al actual fiscal de Corte en el caso de que este se tome licencia, cosa que aún no ha hecho. Algunos legisladores dicen fuera de grabador que el motivo detrás de que Gómez no descanse ni un solo día tiene que ver con que la fiscal asumiría su rol.

-¿Qué apreciación hace de la fiscal Ferrero?

-Es una excelente fiscal -responde Gómez-. Yo admiro su capacidad de trabajo. Siempre me consideré un laburante y puedo decir que ella incluso me superaba en ese sentido. Tenemos algo en común diría y es que ella es tan o más obsesiva que yo con cumplir con sus obligaciones, así que no puedo decir nada más sobre Mónica Ferrero.

-¿Debería asumir ella si usted se va?

-Mi visión es que ella me puede subrogar si hubiera un fiscal de corte designado. Al no contar con la mayoría de tres quintos en el Parlamento para por lo menos ser designada, es un problema.

-¿Entonces no es adecuado que quede hasta que se dé la votación?

-No digo que no sea adecuado. Ella puede quedar y seguramente lo haga en su momento porque confío en que el poder político lo acordará de forma pertinente. Pero creo que debemos cumplir con la mayoría que pide la Constitución, más allá del artículo sobre la antigüedad que se creó el año pasado.

Para Willian Rosa, presidente de la Asociación de Fiscales, si Gómez está en una situación crítica por falta de apoyo político “sería aún peor” que Ferrero asuma “porque estaría subrogando dos cargos, no uno como hace el actual fiscal de Corte”. Rosa asegura que es “adecuado” que el eventual sustituto de Gómez se defina a partir de la antigüedad, pero considera “peligroso” que “se manoseen nombres de fiscales como si nada” a la hora de proponer un sustituto. “Se habla de un fiscal y todo el sistema político dice que es cercano al Frente Amplio o al Partido Nacional y ese no es un mecanismo saludable porque después esa persona queda marcada a la hora de seguir haciendo su labor en la Fiscalía”, sostiene.

En el caso de Gómez, algunos lo consideran un soldado de Díaz, quien a pesar de que se apartó del cargo hace dos años todavía parece tener cierta omnipresencia en la Fiscalía: hay fiscales considerados “pro Díaz” y otros “anti Díaz”. Pero el actual fiscal de Corte dice que no mantiene “ningún contacto frecuente” con el anterior. “Tratan de decir que estoy bajo la influencia suya y eso es una falta hacia mi persona y hacia el doctor Díaz. Lo que él hizo fue proponerme por mi trayectoria en el ministerio público”, dice en la sala de reuniones mientras se acumula más gente que quiere hablar con él.

Cada legislador que es consultado da una información distinta acerca de las negociaciones para votar a un nuevo fiscal de Corte. Según el diputado colorado y exfiscal Gustavo Zubía, el Poder Ejecutivo ha estado en una “actitud prescindente” porque “parece no importarle demasiado los destinos de la Fiscalía” y “no ha habido ningún intento serio de lograr un acuerdo”.

Por su parte, Bianchi asegura: “Hemos hecho varias propuestas de nombres al Frente Amplio durante los últimos dos años, pero es claro que a ellos no les interesa demasiado sacar a Gómez de ahí”. Según la legisladora nacionalista el oficialismo ha propuesto los nombres de algunos fiscales y de “personalidades inocuas como profesionales con prestigio en el ámbito del derecho”, pero no se logra el acuerdo. En Uruguay “nunca se vivió una situación así” en donde “el prestigio que siempre tuvo el Poder Judicial y los fiscales se transforme en un caos”, sostiene Bianchi.

Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

Desde la oposición también son críticos del momento que atraviesa la Fiscalía, aunque desde otro punto de vista. Según el senador frenteamplista Enrique Rubio, existe un “deterioro de la institucionalidad democrática que es riesgoso y se debe revertir”, que ocurre a partir de “los reiterados ataques políticos de algunos sectores de la coalición en relación a la acción de la Fiscalía”.

Rubio es optimista con respecto a la aparición de un nuevo fiscal de Corte: “Este tipo de cargo representa un soporte de la institucionalidad y es difícil de llenar. Lleva mucha negociación, pero eventualmente se llega a buen puerto”. A pesar de que no se refiere al estado actual de las negociaciones, el senador asegura que el problema para llegar a una salida con el oficialismo tiene que ver con el “clima político” porque “los períodos preelectorales alientan la aparición de confrontaciones y dificultades para llegar a acuerdos en temas que son de Estado”. En este sentido, durante el año que viene “se va a complicar todavía más” y por eso “es posible que varias de estas cosas queden postergadas para más adelante”, según Rubio. El problema es que Gómez cumple 70 años en 2025 y está obligado a jubilarse, por lo tanto el nuevo fiscal de Corte debería ser designado previo a esa fecha.

-¿Cómo lee el porqué detrás de las negociaciones fallidas en el Parlamento?

-Yo confío porque creo que son avatares de la vida política. Confío en el sistema político uruguayo, que es maduro.

-¿Cuál es su vínculo con el sistema político en general?

-De mi parte el vínculo siempre ha sido respetuoso con todos. Con quienes no están de acuerdo con mi gestión o han creado fábulas de que defiendo a alguien particular también. Mi posición es muy clara y honesta. Es muy decente. Yo no estoy acá para hacer favores políticos a nadie.

-¿Ha tenido presiones de algún tipo?

-Ninguna.

En medio de la falta de consenso político para suplantar a Gómez, el proyecto que planteó Zubía en 2020 para crear un triunvirato dentro de la Fiscalía adquirió mayor notoriedad. Se trata de la conformación de una junta especial con tres miembros que respondan a la representación política del Parlamento. El triunvirato tendría a su cargo funciones administrativas y logísticas de la Fiscalía, dejando al fiscal de Corte únicamente con la función jurisdiccional frente a la Suprema Corte de Justicia.

La oposición planteó su disconformidad con el proyecto de Zubía desde un primer momento, haciendo referencia a que posiblemente haya dos integrantes de la coalición y uno del Frente Amplio, por lo tanto el oficialismo tendría la mayoría para tomar decisiones vinculadas a la Fiscalía. El senador frenteamplista Charles Carrera dijo hace algunos meses que la idea de crear un triunvirato es consecuencia de una posición política que “nace de un cuestionamiento muy peligroso y profundamente antirrepublicano”.

Foto: Archivo El País

Desde el gobierno ha habido dudas con respecto a si apoyar o no el proyecto y, a pesar de que inicialmente el presidente Luis Lacalle Pou se había manifestado en contra, en febrero de este año el secretario de la Presidencia Álvaro Delgado le manifestó a Bianchi el respaldo del Poder Ejecutivo al triunvirato para que la bancada nacionalista vote a favor.

Sin embargo, Zubía cree que ahora volvió a “trancarse” el apoyo a su proyecto, que ya cuenta con el visto bueno del Partido Colorado y Cabildo Abierto. “Ahora está todo frenado por la bancada blanca en Diputados y es claro que eso viene de arriba. La bancada la maneja el presidente y eso es algo lógico”, sostiene el diputado. En cambio, Bianchi asegura que los legisladores blancos “tienen el okey de ir para adelante” con el proyecto y no hay voluntad de trancarlo. La senadora dice que ni el presidente ni ella están “100% de acuerdo con el proyecto” y “no es lo ideal”, pero “así no se puede seguir porque esto está llevando a un profundo desprestigio de las instituciones”.

Poniéndole el cuerpo a la situación y en medio de una crisis política para designar a su sucesor es que Juan Gómez sigue al frente a la Fiscalía, un cargo que pensó tener por poco tiempo, pero del que es cada vez más difícil irse.