Un cascarudo de cinco centímetros llegó a Uruguay y amenaza con matar las grandes palmeras ornamentales que en muchos casos son símbolos de estatus pero también ya parte del patrimonio nacional. Este insecto, el picudo rojo, no es nativo del continente americano; es asiático, pero ya está haciendo estragos en otras partes del mundo, como toda la zona del Mar Mediterráneo en Europa, desde 2002.
La información que circula es tomada con precaución. Los registros oficiales que tiene el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) datan el ingreso comprobado del picudo rojo en 2022. Pero la verdad es no hay fecha cierta, ni menos razón de saber cómo este animal comenzó a arrasar con palmeras que tienen más de 100 años y que son parte del paisaje de rutas, avenidas y parques. Y que están también en muchos patios de hogares uruguayos.
Estas palmeras atacadas por el picudo son consideradas exóticas, porque las trajeron al país los inmigrantes españoles. De hecho, la variedad lleva el nombre de donde provienen: “palmera canaria”. Son las más comunes en Uruguay y, por su tamaño alto y sus hojas verdes y frutos naranjas, una de las más vistosas. El nombre científico es Phoenix canariensis.
Las alarmas se prendieron hace unas semanas, cuando el picudo rojo afectó dos variedades de palmeras nativas: Butiá y Pindó. Los especialistas señalan que no hay información para afirmar que el insecto podría atacar de forma masiva estas variedades u otras nativas. Por lo pronto saben que no son las “favoritas”, el picudo elige la variedad canaria por el gran porte de la palmera y por lo dulce de su savia. Se señala que ataca también a las palmeras más añosas, y por tanto más altas.
Para Felicia Duarte, encargada del Departamento de Vigilancia Fitosanitaria del MGAP, el insecto podría haber ingresado por el puerto. Pero tampoco está segura. “Personalmente no manejo una hipótesis de nada, porque realmente no lo sé”, dice Duarte.
Menos aún se sabe si ingresó como larva o ya el insecto adulto, que es el escarabajo rojo que vemos actuando. Pero tanto las larvas como el adulto, se alimentan del tejido blando de la palmera.
Claro, el riesgo de ingreso de plagas siempre está latente, por más que se tomen todo tipo de medidas para que no pase. “Ingresó el covid, el dengue, en este caso se trata de un insecto, que es muy difícil de manejar”, dice Duarte. Las medidas de mitigación no son suficientes.
Hay quienes afirman que el insecto ingresó antes, en 2018. Y el razonamiento tiene que ver con cómo se fue extendiendo. Alejandro Cividini, propietario del Vivero Palmeras del Este, dice que es casi imposible pensar que en menos de dos años el insecto haya logrado reproducirse tan rápido y comerse por completo centenares de palmeras. Él piensa que puede haber venido en importaciones de palmeras, aunque el MGAP no confirma esa hipótesis.
El “caso cero” es en el departamento de Canelones, uno de los más afectados. Así que si la hipótesis es que ingresó por el puerto, antes pasó por la capital.
¿Cuántos departamentos están siendo afectados? El MGAP identificó ocho: Montevideo, Canelones, San José, Colonia, Flores, Florida, Lavalleja y Maldonado. Pero hay aún algo de consuelo. “Por ahora está al sur del río Negro, pero se viene expandiendo” dice Duarte. Y tampoco ha llegado a los palmares de Rocha.
Falta de coordinación
Hace ya casi dos años el MGAP dividió las responsabilidades, tanto de tratar la plaga como de inocular a las ramas y troncos que quedan. Según un comunicado publicado en setiembre de 2022, en el caso de las palmeras que están en predios privados, debe ser el propietario el que realice la inversión. Y las que están en predios del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), como las rutas, al igual que las que están en dominios de las intendencias, son responsabilidad de cada institución. No hay de momento un plan nacional que articule los trabajos.
Varios especialistas consultados para este informe señalan que se debe de crear un protocolo interinstitucional, para que todos trabajen en conjunto. El problema son los predios particulares, porque pueden ser grandes focos de la plaga pero los propietarios no tienen por qué disponer de los recursos para hacer la inversión económica que implica curar la palmera, o talarla de forma adecuada cuando es demasiado tarde. Eso, ya veremos, es caro.
Hoy hay algunos cruce entre intendencias y el MTOP, según dicen fuentes oficiales. Se denuncia que el ministerio no realiza ningún tipo de tratamiento a las palmeras que están sobre rutas y caminos, y que solo se limita a retirar las hojas cuando están caídas. Tras varias insistencias, desde el MTOP no respondieron a El País.
En la Resolución 958/022, el MGAP da todos los detalles para los tratamientos preventivos, además de aclarar qué hacer cuando las palmeras están seriamente afectadas o muertas. Estas acciones son realizadas por empresas privadas que las intendencias y otras instituciones contratan, y además el MGAP tiene un listado público de las que están autorizadas. Quien realice el tratamiento tiene que ser idóneo en el manejo de este tipo de químicos.
Bajemos estas responsabilidades a cifras: unos 9.000 pesos al año cuestan los tratamientos que se hacen en palmeras sanas, sin afección del insecto: se les da una especie de vacuna. Está inversión no implica un 100% de efectividad; se puede hacer todo el tratamiento y la palmera igual puede morir.
¿Cuánto cuesta retirar un ejemplar de gran porte que ya está afectado en su totalidad por el picudo? Esto varía según la zona del país, pero empresas que ofrecen el servicio integral en Montevideo (que sería aplicar insecticida en la parte que queda aún con picudo, sacarla del predio, trasladar los restos vegetales y luego enterrarlos) cobran entre 50.000 y 70.000 pesos.
Este paso, el de “inocular” a las palmeras ya dadas por perdidas, es fundamental para detener la propagación del insecto que vuela hasta cinco kilómetros. Pero que también puede trasladarse en camiones con ramas de palmeras u otro tipo de transporte.
Los productores de palmeras señalan otros problemas que favorecen la expansión de la plaga. Y tiene que ver con la comercialización interna de grandes ejemplares de palmeras “canarias”, que pueden tener el picudo. O sea, particulares venden a empresas y luego estas revenden para colocar en jardines lujosos
Venta interna de palmeras en zona gris y sin controles
En plena emergencia por la presencia de este insecto nuevo, que ya es plaga nacional, productores de palmeras señalan que la variedad “preferida” y más atacada por el picudo rojo circula comercialmente sin controles sanitarios.
Los costos varían según la altura de las palmeras, pero pueden ir de los 1000 a los 3000 dólares. La operativa en realizada por pocas empresas que tienen la maquinaria para poder llevar a cabo la tarea.
Hasta el momento no hay ninguna orden ministerial que impida la comercialización de las palmeras de gran porte, que por su sistema de funcionamiento biológico pueden ser desenterradas y transplantadas en otros lugar (y es muy difícil que la planta no sobreviva).
Los productores de palmeras, como Alejandro Cividini, propietario del vivero Palmeras del Este, están preocupados por el movimiento que se da. También por la falta de coordinación. “Creo que el Estado se tiene que hacer cargo y no dejar esto en manos de particulares, porque es una plaga que se va extender”, dice Cividini, en relación a las palmeras con picudo rojo que no son tratadas y están en predios particulares.
Prueba y error
Largos caminos señoriales, con filas de palmeras canarias a los costados. Son imágenes comunes en muchos departamentos, en lo que fueron cascos de estancias o ingreso a capitales departamentales. También en las rutas, como en la 1, que en la entrada a la ciudad de Colonia tiene palmeras a ambos lados. Esos caminos creados para circular en carros tirados por caballos son hoy avenidas de asfalto con semáforos, o rutas nacionales, con las mismas palmeras que sobreviven.
El ingeniero agrónomo Daniel Berti, director departamental del MGAP en Florida, dice que las palmeras, más que un símbolo de estatus, son una marca de origen. “Más allá incluso de lo ornamental, la gente le tiene mucho aprecio porque las trajeron muchos de los que vinieron de Canarias”, afirma.
-—¿Cómo ataca el insecto?
—Hace todo el ciclo dentro de la palmera. Viene, pone los huevos, los huevos se transforman en larva, la larva se transforma en capullo y ahí nace el insecto adulto. La larva penetra en el interior de la palmera y hace galerías dentro del tejido de la palmera. Generalmente en los primeros dos metros, de arriba hacia abajo, ves eso. Cortás una palmera que esta atacada, de esas que parecen que son un paraguas seco, y vas a ver todos los canales que hizo el insecto para comer. Por eso la mata, se pudre y fermenta.
A diferencia de otro tipo de árboles, las palmeras tienen un único punto de crecimiento que está en la copa o corona y no en las raíces. Por esta razón también son fáciles de trasplantar. Y si el picudo rojo ataca esa parte, ya la planta no se puede recuperar.
En varias intendencias se realiza tratamiento de endoterapia, que es un método alternativo de tratamiento fitosanitario. Está reglamentado por el MGAP y se autoriza el uso de productos aprobados en otros países. “No existe investigación nacional sobre la efectividad para el control de esta plaga”, dicta la resolución ministerial.
Además, algunas intendencias han hecho “duchas” de químicos en las copas de las palmeras, se han puesto trampas con feromonas para que los adultos pongan ahí sus huevos, y además hay un tratamiento más avanzado, que implica limpiar físicamente y luego químicamente el área afectada de la palmera. Esto último sólo tiene sentido si el núcleo de crecimiento no fue ya comido por el picudo.
¿Cómo son los tratamientos preventivos? Se aplican por medio de orificios en la base de la palmera sana, más o menos a un metro de altura. El insecticida sube por la savia de la planta, y por sus conductos vasales, y llega a toda la palmera.
Desde Florida el ingeniero agrónomo Berti, lo explica así: “Se taladra en forma oblicua a 45 centímetros, con una broca de unos 8 milímetros, ahí se le introduce una piqueta que es parecida a una lapicera con una tapa. Se le pone una cánula y lleva unos 15 centímetros de agroquímico. Ese tratamiento se le hace al menos dos veces por año. Además se hace una ducha foliar para matar los adultos que pudieran estar en la copa”.
Cuando esta plaga llegó a Florida no pudieron hacer nada. “Detectamos la presencia en 2022, ya había más de 110 palmeras atacadas”, dice Berti. “Ahí se hablaba con Servicios Agrícolas del MGAP y en ese momento no había un producto autorizado”.
En San José la historia es similar a la de Florida. La intendencia eligió puntos claves para tratar a las palmeras, ya que es imposible realizarle tratamiento a todas: “No hay recursos, y hay otras prioridades”, explica Eduardo Scanziani de Espacio Verde de la Intendencia de San José.
Allí la primera detección fue a principios de 2023 y en ese momento, ya con la experiencia de otros departamentos y los productos autorizados, San José empezó a inocular palmeras. Se eligieron para vacunar las palmeras con mayor valor ornamental de la ciudad de San José de Mayo: la avenida de ingreso a la ciudad, el parque departamental y algunas plazas.
“La afectación no es sólo ornamental, es histórica. Vos miras fotos de 1960 y estas palmeras ya estaban con el tamaño actual, tienen más de 100 años” dice Scanziani.
Después de un año y pico con las palmeras vacunadas, en San José tienen los resultados sobre la mesa. En la avenida de ingreso a la ciudad se trataron 107 palmeras con vacuna preventiva y hoy en día más de 24 palmeras de esas están con daños totales. Y, según explica Scanziani, se espera perder más.
“Pese a ser el tratamiento autorizado, no es 100% efectivo”, dice el encargado de Áreas Verdes en San José. En esta zona, además de las vacunas, se colocaron trampas con feromonas y se aplicaron duchas en algunas hojas.
La IMM retiró 40 palmeras muertas en la vía pública
La Intendencia de Montevideo (IMM) realizó también endoterapia, que protege del ataque de la larva que mata a la palmera. Según información oficial de la IMM se ha aplicado tratamiento a 958 palmeras ubicadas en el espacio público.
Hasta la fecha se aplicaron 1800 dosis de endoterapia, a las 958 palmeras seleccionadas. La incidencia de la plaga en las tratadas da como resultado que un 3,13 % tienen síntomas de infección, mientras que un 0,84% de palmeras han muerto. En el invierno pasado y en el presente se extrajeron 42 palmeras muertas de la vía pública.
Se han colocado trampas para el control y monitoreo. Gracias a este trabajo sabe que la plaga se ha extendido a todo el departamento de Montevideo: urbano y rural.
Palmares de Rocha
Las postales del departamento en el que se supone el sol amanece primero son los médanos de Cabo Polonio, las olas de las playas de La Paloma, las arenas tranquilas de Valizas y los Palmares, como principales atractivos naturales. Pero sin la acción del picudo rojo, igual las palmeras están empezando a morir.
Según explica Juan Pablo Burla, docente e investigador del Centro Universitario Regional del Este (CURE), se está haciendo un trabajo para detectar a tiempo la presencia del picudo rojo, que ya está en Maldonado. Junto a un equipo de trabajo del CURE han colocado trampas con feromonas y sensores en palmeras para poder registrar el ingreso temprano del insecto.
En las viejas palmeras de Rocha, que tienen más de 200 años y donde no hay renovación por la acción de la ganadería, ataca el picudo negro, que es nativo, y también el llamado “picudo del tronco”, que también es americano.
De hecho, hace unas semanas el MGAP pensó que se estaba ante un ataque de picudo rojo, pero se pudo detectar que era la variedad nativa, que es mucho menos agresiva. No deja tantos huevos y va sobre palmeras que ya tienen daños y están por culminar su ciclo vital.
Por ahora la alerta de plaga del MGAP sigue vigente, varias facultades de la Universidad de la República están investigando el fenómeno que -parece- vino para quedarse. Y que necesita una acción conjunta para detener el daño y salvar a las palmeras de una muerte segura. Pero los técnicos de las intendencias y los ministerios corren de atrás. Y los particulares hacen lo que pueden. La batalla la viene ganando el picudo rojo.
El picudo negro es nativo
En Uruguay, al igual que en otras partes del continente americano, está presente el “picudo negro”. Este insecto nativo es de la misma familia que el picudo rojo. Según explicó Juan Pablo Burla, docente e investigador del Centro Universitario Regional del Este (CURE), el picudo negro ha llegado a tener efectos negativos en algunas ciudades del norte del país, pero actúa de forma mucho más lenta.
Hay otra variedad relacionada a las palmeras; es el “picudo del tronco”, su nombre científico es Rinostomus barbirostris. Para el científico del Cure, que estudia este tema en los palmares de Rocha desde 2016, el asunto está en la falta de renovación de palmeras. No hay palmeras nuevas ni de mediana edad. Este insecto las come cuando ya están por culminar su ciclo de vida.