QUÉ PASA

El ranking de los 10 personajes que marcaron la campaña electoral: quiénes son y por qué se destacaron

Sorpresas, confirmaciones, un retorno, un “pase” que hizo mucho ruido... Esta es una lista de 10 personalidades políticas que, por razones muy distintas, dieron que hablar.

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Llegó la hora de votar. Atrás quedaron meses y meses de una campaña electoral algo atípica porque faltó el entusiasmo popular de otros años. Pero igual hubo figuras que dieron que hablar y que se convirtieron en protagonistas, por razones muy distintas.

A continuación, un ranking de 10 personalidades políticas que generaron conversación. Para elaborar la lista no se tomó en cuenta ni las encuestas ni las chances de cada uno de llegar a presidente o legislador. Son personajes de los que todos hablamos y que tuvieron impacto mediático en esta campaña que terminó el jueves.

10# Gustavo Salle: El “bufón” que puede llegar al Parlamento

Salle.
Gustavo Salle el candidato por el partido Identidad Soberana.
Foto: Leonardo Mainé.

Desde la pandemia para acá la imagen de Gustavo Salle con su megáfono se ha convertido en una escena habitual. Y ahora, con su duro discurso antisistema, el polémico abogado está a punto de entrar al Parlamento junto a su partido Identidad Soberana. Si las encuestas no están erradas, Salle será diputado e incluso no se descarta que pueda ingresar al Senado.

En la elección pasada le faltaron pocos votos para ocupar una banca, con el Partido Verde Animalista. Pero el covid-19 le dio un impensado impulso y, ayudado por el discurso antivacunas, captó un electorado descreído.

Salle es a todas luces uno de los personajes de esta campaña. Le pega a todos, no se salva nadie. “Los políticos son todos una manga de coimeros: la coima de UPM, la coima de Pfizer, la coima del hidrógeno verde”, dice, en un tono muy violento que por momentos parece impostado. A veces hace acordar a Javier Milei, cuando por ejemplo habla de la “putrefacta, coimera y ladrona casta politica”, de los “vendepatria multicolores y frenteamplistas, dos asociaciones para delinquir juntas”. También combate el modelo “narco forestal”, las “corporaciones ladronas”. Y en el perfil de su cuenta de Twitter anuncia que en su opinión hay “cuatro organizaciones nefastas: el sionismo, la masonería, el jesuitismo, y el narcotráfico”.

Acto por la Declaratoria de la Independencia
Gustavo Salle en una manifestación.
Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

Salle protagonizó, quizá, el momento televisivo de la campaña cuando el panelista Alfredo García lo trató de “bufón con megáfono” en el programa de canal 12 Esta boca es mía. Entonces el abogado se levantó de la silla, le gritó que era “alcahuete de los vendepatria” y un “inmoral”, entre otros fuertes ataques, por lo que Victoria Rodríguez tuvo que intervenir, mandar una tanda y pedirle al político que se retirara del estudio de televisión.

Una de las grandes interrogantes es cuál será el papel de Salle senador o diputado. ¿Se lo terminará comiendo la burocracia y el tedio parlamentario o ganará el personaje? El tiempo dirá.

9# Gabriel Oddone: El Astori de Orsi

Gabriel Oddone
Gabriel Oddone en conferencia de prensa.
Foto: Estefanía Leal.

Su nombre se manejó durante meses, incluso antes de las elecciones internas. Se sabía que el economista Gabriel Oddone tenía altas chances de ser el elegido para ocupar el cargo de ministro de Economía de un eventual gobierno de Yamandú Orsi. Pero el candidato recién lo oficializó el 23 de setiembre en una conferencia de prensa en la sede del Frente Amplio. Una señal que precisaba dar a los mercados y a los empresarios en un momento en el que algunos analistas empezaban a alertar con mayor fuerza sobre un posible colapso económico en caso de aprobarse el plebiscito sobre la seguridad social.

Y una señal que algunos comparan, salvando las enormes diferencias, con el anuncio que Tabaré Vázquez hizo en julio de 2004 en Washington cuando comunicó que Danilo Astori sería su ministro de Economía. Claro, el contexto era otro: la izquierda nunca había gobernado el país y ese mensaje fue clave para, de alguna manera, calmar al sistema financiero y a los organismos internacionales. Y para captar algún voto más que estaba en duda y poder llegar al 50%.

Lo de Oddone no tiene tanto peso.

¿Pero quién es (o qué representa) el único ministro confirmado por Orsi?

Oddone es muchas cosas al mismo tiempo. Es el que durante años fue socio y figura clave de la consultora CPA Ferrere. El que militó en la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay y fue miembro del ejecutivo de la Juventud Socialista. El que renunció al Partido Socialista en 2015 por discrepancias sobre la línea adoptada en varios temas relevantes. El que hace unas semanas dijo que no es “el fin del mundo” si se aprueba el plebiscito de la seguridad social pero sí un “escenario complejo” y “en absoluto inocuo”. El que, a la vez, está de acuerdo con la reforma de la seguridad social emprendida por este gobierno.

Su nombre no cae del todo bien en algunos sectores del Frente Amplio, en particular en el Partido Comunista. Juan Castillo, por ejemplo, dijo al semanario Búsqueda que Oddone “no sería la mejor expresión para la conducción económica para un gobierno del Frente Amplio”. Y Constanza Moreira, en entrevista con La Diaria, lanzó que a Oddone “se lo ve como un representante del gran empresariado”.

Si le toca ser ministro, deberá negociar muchas decisiones en la interna de un gobierno de Orsi. Y no responde a ningún sector, por lo que no tiene una espalda atrás. Por eso y otras cosas, en la coalición republicana creen que Oddone estaría atado de manos. Pero por ahora es apenas uno de esos personajes que marcaron una campaña electoral fría.

8# Sebastián Da Silva: El malo de la película

Acto del Partido Nacional
El senador Sebastián Da Silva en acto del Partido Nacional.
Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

El senador nacionalista llegó al Parlamento en este período porque es segundo suplente de Javier García, pero su enfoque directo, mordaz e irónico, casi sin filtro y con frases muy polémicas lo ha posicionado como uno de los legisladores más ruidosos del gobierno. En entrevistas en la televisión, en la radio, en canales de streaming o en sus redes personales, lo que dice siempre genera algún revuelo. Pero no es de ahora. En 2015 le lanzó la frase “tupita con iPhone” a un integrante de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), Marcelo Hospitale. Ese mote marcó una época.

Y en esta campaña logró que quedara para la posteridad el nombre de “Tribilín” para referirse al candidato frenteamplista Yamandú Orsi, al que antes había bautizado como “un Daniel Martínez con peluca”. Según él “lo esconden” para que hable poco, porque es entreverado y poco consistente cuando quiere explicar un tema y por eso ha dado pocas entrevistas. “Es una humorada. Tribilín es un personaje simpático, sin demasiada profundidad, que balbucea y tartamudea”, dijo con sarcasmo en una entrevista.

En otra oportunidad, se burló de la “torpeza” de Orsi: “¿Saben por qué lo comparo con Tribilín? Fue a una reunión con una plataforma animalista con una campera de gamuza. Le faltó un cinto de yacaré y estaba completito”.

Para enfatizar su burla, llevó a un acto de la lista 40 a una persona disfrazada del personaje de Disney, que tenía la boca atada con un trozo de tela roja y el símbolo comunista de la hoz y el martillo pegado en su remera.

Puede parecer que la figura del senador blanco tiene contradicciones. Es un hombre rural, se proyecta como un líder que defiende los intereses del campo y al mismo tiempo es fanático de la cantante estadiouniese Taylor Swift. La escucha por sus hijas pero también porque cree que sus letras tienen contenido. Se considera uno de los primeros “swifties” uruguayos, porque sigue desde los primeros discos a una de las cantantes pop más exitosas del momento, que de forma pública apoya la candidatura de Kamala Harris a la presidencia de Estados Unidos.

El senador Sebastián Da Silva junto a la fórmula del Partido Nacional en un homenaje a Aparicio Saravia.
El senador Sebastián Da Silva junto a la fórmula del Partido Nacional en un homenaje a Aparicio Saravia.
Foto: Francisco Flores.

Desde X invita a los ciudadanos a ser “héroes” y votarlo. “En estas elección convertite en un héroe, votá la 40”, escribió hace unos días y cerró con su frase de cabecera: “Siempre en el camino, nunca en la posada”.

Da Silva tuitea mucho. En Twitter ha construido la imagen de ser la figura del Partido Nacional que dice lo políticamente incorrecto sin miedo a ser irreverente. Solo Graciela Bianchi le da pelea.

7# Pedro Bordaberry: El regreso de un líder

El ex senador del Partido Colorado Pedro Bordaberry en una asamblea de su sector.
El ex senador del Partido Colorado Pedro Bordaberry en una asamblea de su sector.
Foto: Ignacio Sánchez.

Volvió cuando ya casi nadie esperaba que lo hiciera. Durante buena parte de este período el nombre de Pedro Bordaberry se mencionaba como un posible salvador que desembarcaría otra vez en el Partido Colorado tras la retirada de Ernesto Talvi. Pero el exlegislador, exministro y excandidato presidencial siempre decía que no. O, peor, simplemente callaba.

Tras las elecciones internas, al final anunció que, con la lista 10, regresaba al ruedo como candidato a senador.

El Partido Colorado parece estar ahora en una interna paralela entre la fuerza nueva de Andrés Ojeda y la figura de líder de Bordaberry, que no siendo precandidato de todas formas ya salía en las encuestas espontáneas antes de las internas.

En un spot trató de fundamentar la pregunta de muchos: ¿por qué volvió? El video comienza con un Uruguay rural, muestra roles de trabajadores de varias edades, una mujer embarazada y se escucha la voz de Bordaberry, que responde: “Volví porque no vivo de la política, pero la política vive en mí”.

Los carteles de “Vamos Uruguay” y el número 10, en color celeste con muy poco del rojo de los colorados, decoran pasacalles, avisos publicitarios y materiales de redes sociales. Uno de los hechos más pintorescos pasó el día que Luis Suárez se despedía de la selección. A la entrada del Estadio Centenario se repartían folletos de “Vamos Uruguay, lista 10”: uno de ellos terminó en manos de uno de los hijos del goleador uruguayo, que con la inocencia típica de un niño lo tomó pensando que aquello hacía alusión al partido de despedida.

Conferencia por presentacion de la Lista 10 del Partido Colorado
Lanzamiento de la Lista 10 de Pedro Bordaberry, junto al candidato Andrés Ojeda.
Leonardo Maine/Archivo El Pais

En las últimas semanas ha elogiado y mucho a Ojeda, aunque al principio tuvo algunos cortocircuitos. En una reciente entrevista en En Perspectiva, por ejemplo, dijo que el candidato estaba haciendo “una campaña formidable” y “disruptiva”. También que “es el hombre para guiar al Uruguay en los próximos cinco años”.

Bordaberry seguro será senador en el próximo período. En su lista también está el expresidente de Antel Gabriel Gurméndez y el exministro de Turismo Tabaré Viera, dos precandidatos que se unen tras el líder colorado.

La campaña para llegar al Senado lo muestra como un caudillo de los de antes: recorrió el país, en un estilo bien tradicional a diferencia de Ojeda, que apostó a lo mediático. En estas recorridas se ha cruzado mano a mano con Yamanadú Orsi y Álvaro Delgado. Con Orsi estuvo en el barrio histórico de Colonia del Sacramento: se abrazaron y hablaron de fútbol. Bordaberry le preguntó cómo venía transitando la campaña. “¿Cansado?”, preguntó, a lo que Orsi le respondió: “Y sí”. “No hay que aflojar, eh”, replicó el colorado.

Yamandú Orsi y Pedro Bordaberry
Se cruzan en Colonia Yamandú Orsi con Pedro Bordaberry, se saludan y se abrazan.
Foto: Mateo Vázquez/El País.

Un día después Bordaberry se cruzó con Delgado a la entrada de una radio, en el departamento de Soriano. Y recordó que trabajaron juntos en el Senado, en la comisión investigadora de Ancap.

Volvió pisando fuerte y su rol puede ser clave en un eventual segundo gobierno de la coalición.

6# José Mujica: Las últimas puntadas

El expresidente José Mujica en el acto de lanzamiento de la lista 609.
El expresidente José Mujica en el acto de lanzamiento de la lista 609.
Foto: Ignacio Sánchez.

“Nunca ha habido tanta concentración de poder en el Frente Amplio como la de ahora con Pepe”, dijo a El País Francisco Vernazza, experto en comunicación política. Tanto poder a pesar de que la antesala de estas elecciones presentaba un desafío para el MPP, que por primera vez llevaba a sus líderes históricos —José Mujica y Lucía Topolansky— encabezando el menú de suplentes. Tanto poder, aunque Mujica esté enfermo y la mayor parte del tiempo recluido en su casa. ¿Qué pasó entonces para que, como plantea Vernazza, Mujica no solo haya impuesto sus ideas, “sino también su talante”, haciendo un Frente Amplio “a su imagen y semejanza: bonachón, sin agresividad, capaz de tolerar los diferentes modos de pensar”?

En sus últimas elecciones Mujica apela a la épica, con una retirada llena de oraciones que luego los seguidores convertirán en citas, del estilo “cuando mis brazos se vayan habrá miles de brazos en la lucha”. Se despide delegando en Yamandú Orsi la continuidad de una dirigencia con una fibra sencilla, de una izquierda urbanista pero que no olvida al medio rural. Se prepara para irse dejando el partido planificado: dándole las últimas puntadas a su proyecto.

Con la mirada en el futuro, el Mujica estratega tejió la incorporación de la figura mediática más importante y respetada del país, Blanca Rodríguez, y le soltó la mano a Charles Carrera cuando la Justicia pidió su desafuero, quedando habilitada para avanzar en su imputación por abuso de funciones. A Rodríguez, le preparó el terreno para que desembarque en el Senado —dejándole el segundo puesto en la lista 609— y de paso ya anunció que ve en ella un potencial mayor. La excomunicadora es, como Orsi, una figura conciliadora que le imprime a esta versión del Frente Amplio protagonizado por el MPP, una tónica popular, menos combativa con la oposición y más parecida a un proyecto que a una ideología.

Conferencia por presentacion de Blanca Rodriguez en lista al senado del MPP
Conferencia de prensa de lanzamiento de Blanca Rodríguez en el MPP.
Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

En una entrevista, con Búsqueda, Mujica fue el más duro y claro de la izquierda con el plebiscito de la seguridad social: dijo que, si se aprueba, sería “un caos”.

En otra entrevista, con El Observador, dijo que en caso de ser gobierno el Frente Amplio “debe darse cuenta de que no gobierna solo para sí, sino que gobierna para un paisito de tres millones”. Y expresó: “No podemos estar medio país contra medio país. Tienen que haber algunos puntos de acuerdo. Hay que dejarse de joder”.

Con una estimación de ocho senadores para el MPP, advirtió, siempre eligiendo una postura prudente, usando el condicional —“si llegáramos a ser gobierno”— que con su preponderancia el MPP deberá “ayudar a atemperar las contradicciones que van a saltar”, porque los golpes vendrán, “nos van a golpear por izquierda y nos van a golpear por derecha”.

Señaló a Alejandro “Pacha” Sánchez como su sucesor, y esbozó una nueva jugada al poner sobre la mesa el nombre de Álvaro Villar como el próximo intendente que él imagina para Montevideo y cuando Mujica imagina, se sabe, hay un aparato que se activa para complacerlo.

5# Valeria Ripoll: El peso de ser la elegida

Valeria Ripoll.
La candidata del Partido Nacional Valeria Ripoll en el acto de cierre de campaña. Leal
Foto: Estefanía Leal

“Sé que es rupturista, pero estoy convencido”, les dijo Álvaro Delgado a un selecto grupo de dirigentes a los que les anunció que Valeria Ripoll —exmilitante del Partido Comunista, conocida por dirigir durante más de una década el sindicato de los trabajadores municipales enfrentándose combativamente al entonces intendente frenteamplista Daniel Martínez, convertida en figura popular por su rol de columnista en el programa televisivo Esta boca es mía— sería su compañera de fórmula. La noticia fue inesperada, “un shock” para muchas figuras y también para la militancia acostumbrada a verla en la vereda de enfrente.

A partir de ese momento, a Ripoll se le duplicó el desafío. Si al ingresar al Partido Nacional aspiraba a captar a “los desencantados” del Frente Amplio y puntualmente a los trabajadores “que no se sienten representados por el Pit-Cnt”, ahora también debía quebrar la resistencia de los votantes blancos contra su candidatura y conseguir “la bendición” de la dirigencia nacionalista.

En este prólogo de la campaña fue mordaz contra su antiguo partido, apuntando especialmente a Carolina Cosse y Yamandú Orsi, defenestrando sus gestiones como intendentes, con una posición siempre cerrada a los matices, al mismo tiempo que arremetió contra integrantes de Adeom que iniciaron investigaciones por faltantes de dinero durante su gestión, declarándose víctima de una persecución política.

Adentrada la campaña, Ripoll se concentró en su principal tarea electoral: tender un puente con el votante montevideano que no se siente identificado con el Partido Nacional, acortar la lejanía marcando presencia en los ambientes donde la militancia blanca se sentía mal recibida. Para ello, Ripoll se usó como ejemplo. Suele hablar de sí misma en tercera persona, manifestando lo que Valeria Ripoll viene a representar para el Partido Nacional, un partido suficientemente abierto como para elegirla a ella, “una mina común” que empezó trabajando en McDonald’s, que prioriza su rol de madre, que conoce las frustraciones de las familias con un integrante en situación de discapacidad, que “vive de su salario” y como no le alcanza se enreda en préstamos, para protagonizar la candidatura que busca la continuidad en el gobierno.

En ferias, asentamientos; en barrios y organizaciones sociales de la zona metropolitana en las que suele moverse con soltura, y también en la gira junto a Delgado por el interior del país, la flamante figura blanca balancea una imagen sensible y maternal con un temperamento guerrero —radical, dicen los más críticos—, de oratoria filosa con una postura crítica que no admite cuestionamientos a su postura.

La candidata a vicepresidenta del Partido Nacional, Valeria Ripoll junto a su hijo en el acto de cierre de campaña.
La candidata a vicepresidenta del Partido Nacional, Valeria Ripoll junto a su hijo en el acto de cierre de campaña.
Foto: Estefanía Leal.

Aunque ella dice que es en este terreno en el que mide si su impronta está calando en el electorado y confía en que así es, los pronósticos de las encuestas no condicen con aquel propósito de Delgado de conformar una dupla “que enamore”. En los últimos tres meses, el Partido Nacional bajó cerca de 10% su intención de voto, según las encuestas. Sobre la figura de Ripoll en particular, Cifra difundió en setiembre que 26% del electorado la veía con simpatía y el 54% con antipatía, resultando así menos popular que Cosse (que despierta simpatía en el 36% del electorado).

A esto Ripoll responde aferrándose a su convicción de que en la urnas el resultado será otro y afilando los dardos contra el Frente Amplio, pretendiendo arrebatarle su supuesta apropiación de las causas sociales y minimizando el incómodo pifie de Delgado, quien se refirió a ella como “la frutilla de la torta” y la presentó como “un bombón”.

4# Blanca Rodríguez: El pase del año

Blanca Rodríguez en su último día al frente de Subrayado en Canal 10.
Blanca Rodríguez en su último día al frente de Subrayado en Canal 10.
Foto: Canal 10.

Tras la victoria de Yamandú Orsi en las elecciones internas, José Mujica había dejado latente el anuncio de que todavía le faltaba “una última jugada”. En agosto se supo que, después de un trabajado convencimiento por parte de Mujica y Lucía Topolansky, la más famosa de las figuras televisivas, Blanca Rodríguez, dejaba la conducción del informativo Subrayado para debutar en la política partidaria integrando la lista 609 pero sin incorporarse oficialmente al MPP.

El recibimiento fue clamoroso.

Dolorido, sin levantarse de la silla de ruedas, Mujica presidió una conferencia presentándola como la continuidad de su legado, sugiriendo una proyección para su figura todavía más ambiciosa del cargo de senadora que según todo indica ya tiene asegurado.

Su desembarco en la política despertó más claros que oscuros. Figuras de todo el espectro político saludaron su incorporación, aunque también hubo comentarios irónicos que apuntaban a que su pasaje al Frente Amplio era una “no-noticia”, aludiendo a que desde su antiguo rol dejaba entrever un sesgo inclinado hacia la izquierda. Como sea, su pasaje a la política disparó la curiosidad por el mito detrás de su figura y abrió, al menos inicialmente, la puerta a una verdadera “blancamanía”.

El primer desafío de la flamante dirigente fue mostrarse de carne y hueso para el electorado que, fascinado y pudoroso, la recibió en los primeros actos al grito de “su majestad”. Habitualmente se la ve junto a Alejandro “Pacha” Sánchez, juntos apostaron a una gira tradicional, recorriendo ciudades y en las ciudades reuniéndose en comités y barrios junto a la militancia, llevando adelante una recorrida paralela a la fórmula de Yamandú Orsi y Carolina Cosse.

Blanca Rodríguez en la caravana del Frente Amplio este domingo 20 de octubre de 2024.
Blanca Rodríguez en la caravana del Frente Amplio del domingo 20 de octubre.
Foto: Ignacio Sánchez.

Mantuvo su impronta arriba de los estrados. No levanta la voz. Apuesta a un lenguaje sencillo pero florido. En su discurso, evita las confrontaciones —incluso bloqueando en redes sociales a los usuarios que le comentan con “ordinarieces”— y se concentra en la importancia de promover viejos valores como la importancia del estudio y la cultura del trabajo, la tolerancia y solidaridad, achicando así la grieta y poniendo especial atención a las infancias vulnerables.

Su propósito viene siendo barrer con “los cucos del oficialismo” y ampliar la franja del electorado frenteamplista, poniendo la mira en un electorado que no se siente frenteamplista de tradición pero aceptaría —quizá— votar su proyecto en estas elecciones. En definitiva, les pide un voto de confianza.

Para eso, Rodríguez reparte la misión estimulando a cada militante a que “convenzan a sus vecinos”. Les dijo: “Salgan a buscar a sus amigos aunque piensen distinto y digan que los acompañen por esta vez, no para siempre, por esta vez”.

“¡Quiero conseguir los votos para ganar en primera vuelta!”, se la escucha decir en algunos actos, incluso dando un paso más que el propio Orsi, quien ha admitido que lo esperable es que haya balotaje.

Conferencia por presentacion de Blanca Rodriguez en lista al senado del MPP
Conferencia de presentación de Blanca Rodríguez en el MPP.
Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

En su primera campaña, el icono mediático paradójicamente se mostró reacia a hablar con la prensa, aceptando poquísimas entrevistas puntuales. En caso de balotaje es de esperar un cambio de estrategia, una nueva oportunidad para comprobar si en efecto está hecha de la madera política en la que Mujica deposita tanta ilusión.

3# Yamandú Orsi (y sus alter egos): El silencio parlante

Elecciones Nacionales
El candidato del Frente Amplio en el cierre de campaña.
Foto: Ignacio Sánchez

“Has logrado lo que no logró nadie, que venga y que hable”, le dijo Andrés Ojeda, el candidato por el Partido Colorado, al periodista Ignacio Álvarez durante un falso debate en Santo y Seña, en el que se recreó al candidato del Frente Amplio y sus respuestas usando inteligencia artificial. El criticado recurso coronaba la hilera de críticas hacia el comando de Yamandú Orsi, al que le reclamaban que lo tenía “escondido” y no le permitían hablar debido a una supuesta mala capacidad para comunicar.

Lo cierto es que Orsi venía de cancelar varias entrevistas a último momento y también se había bajado de distintos debates en los que los candidatos de la coalición eran mayoría. Ante el silencio, a las críticas le siguieron las parodias como el famoso apodo de “Tribilín” que le puso el senador nacionalista Sebastián Da Silva burlándose de su aparente torpeza. Después el sector que él integra le dedicó un spot en el que reunió distintos gestos titubeantes del candidato.

Pero en los últimos días hubo un cambio en la estrategia y el candidato marcó presencia en entrevistas televisivas, radiales y con algún medio escrito. En nota con La Diaria aseguró que la decisión de presentarse o no a una actividad era suya y no del comando. Dijo que los partidos de la coalición querían instalar la percepción de que él no estaba hablando, pero que no era así. “Hace 20 años que doy entrevistas, voy a los medios, hablo donde sea. En toda esta campaña hicimos para la interna 240 actividades y después, con Carolina (Cosse), 150 para esta campaña. En todas hubo conferencias de prensa, nunca nos negamos, y los periodistas del interior y de la capital nos preguntaron de todo”, dijo.

Yamandú Orsi junto a Carolina Cosse, la fórmula del Frente Amplio.
Yamandú Orsi junto a Carolina Cosse, la fórmula del Frente Amplio.
Foto: Ignacio Sánchez.

Para el candidato con mayor intención de voto, primero debe resolverse esta elección, en la que dice que se ha dado la particular situación de encontrar a los partidos que integran a la coalición unidos y bajo la figura de Luis Lacalle Pou, un escenario inédito. “Son todos parte de una misma propuesta, no tengo dudas. Primero resuelvan la interna; después de que resuelvan la interna, debatimos con quien sea”, prometió.

Hay quienes ven un punto de inflexión tras el episodio con el periodista español de extrema derecha, Javier Negre, quien lo increpó acusándolo de querer importar el kirchnerismo. Esto sucedió en medio de que Ojeda lo acusara de haber encargado publicidad falsa en su contra, justamente un asunto que afectó anteriormente a Orsi en la denuncia falsa que había orquestado Romina Papasso.

Comprometido a darle un giro a la comunicación después del domingo —si es que no gana en primera vuelta, ha aclarado—, desplegará entonces con precisión cuáles serán las políticas que aplicaría a corto plazo.

“Yo siempre digo que gobernar tiene que combinar prudencia y audacia”, lanzó el elegido de Mujica, el protagonista que no está dando “una cruzada heroica” para ganar, tal y como como señaló a El País Francisco Vernazza, experto en comunicación política; el que va confiado a sus credenciales como un longevo administrador en la Intendencia de Canelones y en la calidez que transmite como sus principales herramientas para conquistar los añorados votos.

2# Luis Lacalle Pou (y Álvaro Delgado): El sostén de la continuidad

Luis Lacalle Pou y Álvaro Delgado
El presidente Luis Lacalle Pou junto al candidato de su partido Álvaro Delgado.
Estefanía Leal.

—Estamos en vivo para Telemundo. ¿Estuvo rico el almuerzo? –preguntó la periodista, mientras Luis Lacalle Pou se sacaba selfies en la vereda.

El presidente hizo que sí con la cabeza y contó con una sonrisa:

—Y aparte lo pagó Delgado. Nos vemos, gracias.

La escena se dio el miércoles pasado al mediodía afuera del Bar Facal en el Centro de Montevideo y fue parte de una de las últimas salidas públicas de Álvaro Delgado antes del inicio de la veda. Ese día almorzó chivito al pan con papas fritas junto a Lacalle Pou en una mesa contra la ventana.

No es casualidad que se haya juntado a comer con el presidente a cuatro días de la elección y sobre todo que lo haya hecho en un reconocido bar de la principal avenida montevideana y ante las cámaras de varios medios de comunicación.

De hecho, la campaña de Delgado —que representa la línea más oficialista dentro de la coalición de gobierno y aspira a pasar al balotaje— se movió en dos planos.

Estuvo, por un lado, el propio despliegue que hizo la fórmula presidencial: en la recta final Delgado y Valeria Ripoll recorrieron las 19 capitales departamentales, con una caravana y acto de cierre en cada una. Y estuvieron los spots publicitarios, que vinculaban la candidatura al concepto de “reelegir un buen gobierno”.

Álvaro Delgado y Valeria Ripoll
Álvaro Delgado junto a Valeria Ripoll en el acto de cierre de campaña.
Foto: Estefanía Leal

Pero después estuvo lo que hizo y comunicó el gobierno, con el presidente a la cabeza. Formalmente no fue parte de la campaña electoral pero Lacalle –dentro de lo que la Constitución le permite- ha tenido una significante omnipresencia en la agenda pública durante las últimas semanas.

Para empezar, su foto con la banda presidencial está en casi todas las listas del Partido Nacional.

Y ha pautado una agenda cargada de inauguraciones a lo largo y ancho del país -desde una flota de ómnibus a una plaza de deportes, rotondas, rutas y viviendas, entre otras obras- en las que siempre reivindicó los hitos de su gestión y a veces tiró algún palo a la oposición, especialmente respecto al plebiscito por la reforma de la seguridad social, sin entrar en forma directa en la política partidaria.

Entre selfies y sonrisas, mostró que su popularidad se mantiene intacta. El gran punto es cuánta de esa popularidad le puede “transmitir” a Delgado, quien tiene como una de sus fortalezas ser un articulador político y presentarse como el sucesor de Lacalle. Es la continuidad. Pero no es necesariamente alguien con carisma, tal como él lo dice en uno de sus spots: “Yo siento que soy un candidato que ya no es el candidato que entusiasma a las masas (…) Pero creo que voy a ser un buen presidente”.

1# Andrés Ojeda: El candidato frenético

Andrés Ojeda
El candidato del Partido Colorado Andrés Ojeda en conferencia de prensa.
Fotot: Ignacio Sánchez.

“Nuestra campaña es todo dinamismo, estamos todo el tiempo generando cosas”, dice Andrés Ojeda, convencido de que el ritmo frenético que impuso es la llave del crecimiento de su candidatura, la de un “nativo coalicionista” que terminó entusiasmando al Partido Colorado y haciéndolo subir en forma notoria en la intención de voto (entre 15 y 17% según las diversas encuestas), reavivando así la adormecida puja entre los partidos asociados para gobernar.

La disputa empezó siendo una pulseada soterrada contra Álvaro Delgado. Pero, a medida que la popularidad de Ojeda fue escalando, la competencia también, mostrándose a sí mismo como el mejor heredero de Luis Lacalle Pou y cercano a él. “Yo quiero ser un candidato que invite a la gente a soñar, que le dé ganas de votar. Eso fue Lacalle Pou: un candidato que invitó a soñar y después fue un buen presidente”, dijo en una de las tantas alusiones al presidente de la República, uno de los pocos que se viene salvando de sus comentarios filosos.

Ojeda, el disruptivo. Se propuso ser un candidato que cambiara el paradigma, montando a su alrededor una estructura comunicacional al estilo reality. Llevó adelante una estrategia anclada en la “inundación mediática” buscando la omnipresencia en medios locales y últimamente también de Argentina; lanzando cotidianamente un arsenal de contenidos, apostando a la viralización de unos spots que rompen con la imagen tradicional en que se muestra un candidato y se proyecta un candidato, sin demasiado rigor al difundir las estimaciones de las encuestas más optimistas que se supone lo ubican a un punto de ganarle a Delgado, presentándose entonces como el único que puede vencer al Frente Amplio.

Ojeda, el de la selfie. “Quedaron viejos los modelos de la campaña tradicional, de la recorrida pueblo a pueblo, visitando a la militancia y hablando siempre de lo mismo”, dice el candidato rebatiendo la creencia de que la estructura es esencial para ganar una elección. “Ya no”, opina con osadía. “La gente tiene otros estímulos hoy y para llamar su atención no se puede hacer lo mismo que antes”.

Su candidatura avanzó en dos dimensiones paralelas, aunque entreveradas entre sí. Por un lado, expuso una faceta técnica, seria, para presentar sus propuestas, recordando que es abogado y académico, y que pasó el examen frente al “círculo rojo”. Por el otro, cultivó una imagen frívola, mostrando los músculos, repitiendo su ocurrencia de “muy capricornio” hasta convertirla en el latiguillo de la campaña, con un mensaje celebratorio de la juventud y de la fortaleza física. “Para que lo nuevo le gane a lo viejo”, dice su eslogan, en concordancia.

Acto de cierre de campaña presidencial del Partido Colorado.
Acto de cierre de campaña presidencial del Partido Colorado.
Foto: Francisco Flores.

Y todo parecía bajo control hasta que en los últimos días la irrupción de publicidad falsa o más bien sucia mostrando a una supuesta novia que habría cazado animales —en contradicción con la relevancia que el bienestar animal tiene en su programa de gobierno—, la referencia a una periodista como “una psicópata” —cuando otro eje de su programa es la salud mental—, la sospecha de que tuvo que ver en el desembarco de un periodista extranjero de extrema derecha que increpó a Yamandú Orsi y que contrató bots de la India o, según su defensa, suponiendo que haya sido una víctima de todo esto, el acumulado terminó por enrarecer la aplanadora que Ojeda venía imponiendo en una campaña que, aunque disguste a algunos y menosprecien otros, generó lo que todo político anhela: una conversación.

Ojeda fue el tema del momento.

Ahora habrá que ver si no pasa de moda.

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