Elegir entre inequidades

En Estados Unidos quieren más igualdad, como en Suecia.

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Si fuera por los deseos de la mayoría de estadounidenses, el país en el que viven sería mucho más parecido a Suecia. Al menos en lo que respecta a la distribución de la riqueza. A esa conclusión llegó un equipo de investigadores comandado por el escritor y docente universitario de psicología y economía aplicada de la Universidad de Duke Dan Ariely y Mike Norton, su socio. En una encuesta realizada a 5.522 personas -cuyos resultados fueron publicados por la revista The Atlantic- los investigadores dividieron a la población estadounidense en cinco partes iguales -quintiles- y los ubicaron en una escala de acuerdo a los ingresos percibidos. Las dos preguntas iniciales fueron: "¿Cuánto cree usted que los dos quintiles más bajos, o sea el 40% inferior, percibe en términos porcentuales? ¿Y el quintil superior?". Las respuestas dieron un promedio general que estimaba que los dos quintiles inferiores percibían 9% de la riqueza generada en Estados Unidos, mientras que se creía que el 20% superior recibía 59% de la riqueza. La realidad es aún más desigual que la imaginación de los más de 5.000 encuestados: los dos quintiles inferiores perciben 0,3% de la riqueza generada, mientras que el quintil superior posee 84%. En términos económicos se trata de una disparidad significativa, pero Ariely y Norton quisieron ir un poco más allá y le preguntaron a los consultados cómo les gustaría que la distribución de la riqueza fuera. En otras palabras: ¿cuál es el nivel de inequiedad tolerable? Los promedios arrojaron que la diferencia entre el quintil de la cima y el del fondo era apenas 22%. "Dejar que la gente distribuya la riqueza puede ser un premisa complicada, por eso quisimos simplificarle un poco las cosas a los encuestados y le dimos opciones", escribió Ariely sobre el estudio. Luego de que los consultados supieron la disparidad real en su país, fueron consultados acerca de qué preferían, si la distribución de riqueza vigente en Estados Unidos o si, por el contrario, preferían un reparto como el del país imaginario "Equalden", en el cual el quintil más bajo posee 11% de la riqueza nacional y el más alto, 18% (el quintil que se queda con el pedazo más grande de la torta en "Equalden" es el cuarto contando desde abajo, que tiene 36%). La preferencia por Equalden fue abrumadora: 92% de los consultados prefirieron esa repartición que la existe actualmente en Estados Unidos. Lo que los encuestadores no le dijeron a los encuestados es que "Equalden" en realidad existe y se llama Suecia. "Hay algunas lecciones en este estudio", concluyó Ariely. "Una es que subestimamos enormemente el nivel de inequidad que existe en este país. Otra es que queremos más igualdad que la que tenemos y también más que la que creemos tener". Pero tal vez la conclusión más importante es que los encuestadores no descubrieron diferencias significativas en lo expresado en el estudio según género, ingreso o preferencia partidaria.

Medir la inequidad

El indicador más conocido para dar cuenta de la inequidad es el coeficiente Gini: 0 equivale a la igualdad total y 1 a su opuesto. En Uruguay, el dato oficial más reciente es de 2011: 0.402. En comparación con 2010 fue la baja más pronunciada de la desigualdad.

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