CAMINO A LA NORMALIDAD
Unos dicen que el fin de la pandemia aún está lejos; otros aseguran que el COVID-19 en Uruguay ya está empezando a ser un virus endémico como es la gripe.
El año pasado, durante estas fechas, vivíamos en una relativa calma que precedió la tormenta: la primera ola de casos de COVID-19 en Uruguay. Se acercaba el verano y los científicos alertaban del peligro de mezclar burbujas. Después llegó el famoso “blindar abril”. Y justamente en ese abril que nunca fue blindado la pandemia mostró su peor cara con un promedio de 55 decesos diarios por coronavirus. La escalada de muertes y la campaña de vacunación sucedían en simultáneo. La población uruguaya no tenía la inmunidad necesaria, todavía, para enfrentar a la variante P1. Hace solo medio año se temía por la saturación de los hospitales. Hoy, el gobierno evalúa el cese de la emergencia sanitaria. ¿Cómo llegamos hasta acá?
“Lo que ocurre con elementos como las vacunas o gracias a la propia inmunidad adquirida naturalmente es que en un momento lo esperable, y este es un tema del cual tenemos que empezar a hablar, es que la epidemia pase a otro estado epidemiológico que se denomina endemia”, dijo la semana pasada a El País el director general de Salud, Miguel Asqueta. “Probablemente vayamos a eso. Pero siempre hay que hablar en condicional”. El jerarca agregó que, si se mantiene el curso sanitario de estos últimos 90 días, sumado a los índices de vacunación, “en los próximos tiempos” Uruguay transitaría rumbo a una situación de “endemoepidemia”.
Los datos son alentadores. El R actual —que básicamente indica a cuánta gente puede contagiar una persona infectada— estuvo debajo de 1 durante julio y agosto. El ideal es que no supere el 1. En setiembre hubo un pequeño salto, pero ahora está en el entorno del 1,03. La positividad —la relación entre los casos detectados sobre los casos testeados—, que supo ser de dos cifras durante lo peor de la pandemia, no sube del 5% desde julio pasado. Y quizá lo más importante: no hubo ningún día durante las últimas dos semanas, excepto el 6 de octubre, en el que se registrara más de una muerte por COVID-19.
Nicolás Nin —coordinador en el CTI del Hospital Español y actualmente en el centro COVID 2, el Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología— cuenta que, al 7 de octubre, no había ningún paciente en ese centro y que en el Español solo había dos personas internadas por el virus. “Supimos tener más de 40 en el Español”, dice. Nin afirma con alegría que se siente “optimista” respecto a lo que viene. Que hay secuelas, sí, tanto de quienes padecieron la enfermedad como del personal sanitario, cuyo estado físico y emocional sigue pagando el precio de lo que vivieron en abril y mayo.
Según los expertos, esos números son a los que hay que prestarle más atención para tener una idea de dónde estamos parados; más que a los casos activos, hay que mirar los ingresos a terapia intensiva.
En ese sentido, el intensivista y presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva, Julio Pontet, sostiene que “entre julio y agosto se hizo a transición la endemia en CTI”, y para el bimestre de setiembre y octubre “vimos un comportamiento tendiente a endemizarse a nivel de la población general”, dice, dado el promedio de 150 casos nuevos por día de estos últimos dos meses.
Otra vez: no caben dudas de que los datos son alentadores. No obstante, entre los científicos hay discrepancias acerca de cuándo se terminará la pandemia. Muchos dicen que no se puede precipitar el fin porque, justamente, una pandemia se decreta a nivel global. Por eso, debe ser vista desde una “óptica internacional”, puntualizan. Aún así, reconocen que la situación de Uruguay es “privilegiada” y no hay ninguno que no atribuya eso a las vacunas. Más aún: a las dosis de refuerzo.
Casi dos años después de decretada la emergencia sanitaria nos preguntamos si se acerca el final de la pandemia. “En 2019 encontramos cuál era el agente etiológico que causa la enfermedad y hoy estemos hablando si se ha terminado la pandemia. Eso es la primera vez que ocurre”, enfatiza Juan Cristina, prorrector de Enseñanza en la Universidad de la República y profesor titular de Virología.
Entonces, ¿qué opinan los que saben? ¿Qué tan lejos estamos del fin de lo que nos tuvo en vilo durante casi dos años?
Tres preguntas a 10 expertos
1. ¿Podemos decir que se acerca el fin de la pandemia? ¿Vamos rumbo a qué y en qué plazo?
2. ¿Es probable que haya una nueva ola de casos en Uruguay, como pasó en varios países de Europa?
3. En 2020 el horizonte era la inmunidad de rebaño. ¿Este ideal es posible? ¿O tenemos que replantearnos la inmunidad de rebaño como sinónimo de "volver a la normalidad"?
1. Pienso que no. Estamos en una etapa de control en algunas regiones del mundo, luego de las primeras olas más intensas de circulación. Pero hay regiones en las que todavía no ha ocurrido la circulación más intensa, y coincidentemente son las zonas en las que hay menos vacunación, por ejemplo África. Vamos a una etapa de circulación más restringida, probablemente limitada a áreas más concretas y a una circulación de baja intensidad, en subgrupos de no vacunados y sub-respondedores a las vacunas. Y se mantiene el riesgo de emergencias de variantes que puedan tener un comportamiento exitoso y generar nuevas olas de circulación más dispersas si esa variante logra escapar a la inmunidad de las vacunas. Los plazos son difíciles de determinar, pero es posible un año más de episodios de recirculación controlada, para luego disminuir progresivamente.
2. Es posible, aunque no es esperable una ola de la intensidad de la anterior. Las olas subsiguientes en general son menos intensas. El riesgo está dado fundamentalmente por la introducción de nuevas variantes que escapen a la inmunidad de las vacunas; hablamos de introducción porque es menos probable la emergencia de una variante exitosa en Uruguay por la baja población y baja circulación actual. En la medida en que Uruguay mantenga una alta proporción de la población con alto nivel de inmunidad, esa posibilidad es baja. Por eso es importante la tercera dosis y, eventualmente, futuras dosis si se demuestra que la inmunidad baja a lo largo del tiempo.
3. La inmunidad de rebaño es alcanzar una proporción de inmunizados suficientemente alto que actúe como una barrera para la circulación del virus en la comunidad; esto se puede alcanzar a través de la inmunidad natural por la infección o la inmunidad generada por las vacunas. Esa proporción es probable que sea variable según qué variante circule; para las nuevas variantes que emerjan, es probable que esa proporción sea mayor al 80%. Por lo tanto, el concepto de volver a la normalidad, será dinámico dependiendo de la circulación viral en la comunidad.
1. Una cosa es el momento en el que estamos en Uruguay. Una pandemia no se puede mirar a nivel nacional, menos en un país tan pequeño como el nuestro. La respuesta es no, porque la región no está bien, no tienen ni cerca la cobertura de vacunación que hay en Uruguay y en el resto del mundo siguen los problemas. Lo que sí sabemos es que la pandemia va a pasar, porque las pandemias pasan. De viruela murieron 250 millones de personas y la pudimos erradicar gracias a las vacunas. Mi opinión es que ahora estamos en un momento bueno, pero habría que tener la bola de cristal para saber cuándo se termina. Hay que continuar con el seguimiento, la tercera dosis es importantísima para que no emerjan variantes virales. Hay países como Estados Unidos, por ejemplo, en los que empieza a haber un mayor porcentaje de casos en niños. Esto no quiere decir mortalidad en niños; pero sí que los niños se enferman. Para mí, la pandemia tiene un rato más todavía. No creo que haya alguien que pueda asegurar que la pandemia se está terminando sobre bases científicas.
2. Mucho va a depender de que convenzamos a nuestros compatriotas de que la tercera dosis es necesaria. Es una de las primeras pandemias que tenés en tiempo real; es un milagro que nosotros en diciembre de 2019 encontráramos cuál era el agente etiológico que causa la enfermedad y hoy estemos hablando de si se ha terminado. Eso es la primera vez que ocurre. Israel venía muy bien, pero entró la (variante) Delta y emergió. Ellos fueron de los primeros de todo el mundo que habían vacunado, pero los anticuerpos en la población venían decayendo un poco. Entonces, volvieron a dar lo que nosotros estamos haciendo con la tercera dosis y ahora ya están bien. Creo que Uruguay está bien, pero hay que estar atentos, eso es fundamental.
3. Yo creo que es posible llegar a la inmunidad de rebaño, pero ahora la meta tiene que ser mantener lo más alto posible los títulos de anticuerpos que neutralizan el virus. Tener las defensas del organismo lo más alto posible y mirar no solo los casos activos, sino cuántas personas están hospitalizadas y cuántas en CTI. Una persona vacunada tiene una probabilidad bajísima de terminar en CTI. Y sabemos, por los datos a nivel internacional, que la Delta es sumamente peligrosa para las personas que no se han vacunado. Acá empezás a tener el problema de los ciudadanos a los que no hemos podido convencer. Las metas ahora son esas: mantener los títulos de inmunidad lo más alto posible y, como siempre, convencer de que las vacunas hacen la diferencia. Incluso Uruguay tendrá que colaborar con los vecinos en todo lo que pueda, facilitar todo el seguimiento, la vacunación de las personas que estén en el territorio nacional.
"No creo que haya alguien que pueda asegurar que la pandemia se está terminando sobre bases científicas"
1. No está claro hacia dónde vamos y con un virus como el Sars-Cov-2 es difícil adelantarse y tener una perspectiva segura. No vamos a pasar al fin de la pandemia de un día para el otro. Es importante destacar la aparición de nuevas cepas, y para nuestro país específicamente la cepa Delta es un desafío en el que es importante mantener a un porcentaje importante de población vacunada para que (la cepa) no prospere. Pero nadie está libre de eso.
2. Sí, es posible y eso depende esencialmente del surgimiento (de nuevas variantes) o que haya una prevalencia de Delta, y eso podría ser un riesgo. Estamos entrando en una etapa que, en general, se ha planteado como mejor, como buena, porque estamos empezando a tener más calor y se puede tener más ventilación. Pero no estamos libres.
3. Seguimos pensando en la inmunidad de rebaño, pero lo que queda claro es que, cuando hay un cambio de cepa, esto no impide que otras personas se infecten. Entonces, sigue existiendo el riesgo de infectar a personas que hayan dejado pasar mucho tiempo desde la última vacuna o que tengan inmunodepresión. De manera que el volver a la normalidad como pensábamos antes del inicio de la pandemia no está planteado por ahora. La normalidad es la que tenemos ahora.
1. No estamos aún cerca del fin de la pandemia mirándolo desde una óptica internacional. Son muchos los países que no entran aún en el estatus de “pandemia contrololada”, así como otros con un proceso de vacunación extremadamente lento. Dentro de meses, si se corrigieran las asimetrías en la vacunación, y cuando los países logren un mayor control de la transmisión, se transitará un camino hacia la “endemicidad” de SARS-CoV-2
2. Ahora es improbable dado los altos niveles de inmunización con esquema primario completado y el inicio de las dosis de refuerzo. A esto se suma una pandemia controlada localmente desde hace meses en forma sostenida, y con bajos índices de transmisión comunitaria.
3. Se discute ampliamente si el mundo podrá alcanzar realmente la inmunidad de rebaño. De momento es una posibilidad muy lejana ya que en gran parte del mismo la inmunización es errática o ineficiente, lo que permitirá la presencia sostenida de brotes en mayor o menor escala que retroalimentan el evento pandémico. Lo que en un momento se denominó ”nueva normalidad” es lo que estamos comenzando a transitar: situación epidemiológica bien controlada con capacidad de testear y rastrear, y altas tasas de inmunización.
"Cuando los países logren un mayor control de la transmisión, se transitará un camino hacia la “endemicidad” de SARS-CoV-2".
1. A nivel mundial, me parece que va a depender del ritmo de vacunación. Sin saber cuándo se va a terminar de vacunar, es difícil determinar cuándo terminará... Y los países sin vacunar actúan como reservorios y lugares donde se pueden seguir generando variantes.
2. Creo que es poco probable que se genere una segunda ola. Después del 25 de agosto de este año parece haber habido un aumento de casos que en esta última semana parece haberse vuelto a controlar, en un contexto donde es altamente probable que la variante Delta esté circulando comunitariamente y en un gran porcentaje. Los números en Uruguay, tanto en casos como personas en CTI y fallecidos son alentadores.
3. Con la subida de cantidad de gente vacunada y cómo se viene comportando el virus, parecería que estamos llegando a la contención. Si bien no es inmunidad de rebaño, porque no bloqueás que no le llegue a la gente que no se puede vacunar aún como los niños por ejemplo, lo que sí está pasando es que probablemente los que contagian a otros estando vacunados, lo hagan con una carga viral mucho más baja, por lo tanto más “tolerable”.
1. Yo soy optimista dado que en las últimas semanas la vacunación ha hecho que el país tenga la pandemia controlada. Y va a haber tercera dosis a mayores de 60 años y personal sanitario, que se da justo cuando empieza a caer la inmunidad. Estamos en una situación privilegiada y yo soy muy optimista. No diría que está la batalla ganada, pero sí soy optimista y creo que con la tercera dosis vamos a andar muy bien.
2. Una segunda ola va a tener menos impacto porque tenemos una población vacunada casi en un 80%. Israel, por ejemplo, tuvo un 60% muy rápido y quedaron en ese numero (cuando se expandió la variante Delta). Nosotros estamos en un 80% y en una posición mejor.
3. El número de la inmunidad de rebaño era teórico. Sí está claro que, cuando llegamos al 60% de vacunados, sumado a que ya un 10% de la población había tenido el virus, fue cuando los casos bajaron y en tres semanas cambió la realidad. La incidencia de infecciones empezó a caer en picada. Entonces, se cumplió con ese marco teórico. El objetivo ahora es estar por encima del 70%, que fue cuando vimos la gran diferencia.
1. Parece que estamos cerca de terminar con la parte álgida de la pandemia. Tenemos pruebas fehacientes de que, al menos, se terminó con los pacientes graves. Tenemos pocos pacientes en CTI; sobre todo poquísimos ingresos. Lentamente se está transformando en lo que ya sabíamos que iba a pasar, que iba a quedar como un virus endémico. Algún caso en CTI puntual va a haber, pero no lo que vivimos hasta hace poco.
2. Me parece que no va a haber. Ya hay variantes más contagiosas, más agresivas. Había dudas con respecto a la vacunación pero sin lugar a dudas la vacuna es efectiva, sigue siendo, por lo menos para prevenir casos graves.
3. En la medida que otros países se logren las autorizaciones para vacunar a menores, vamos a alcanzar la inmunidad colectiva. El desafío para el 2022 es cómo volvemos a la normalidad. Qué de la nueva normalidad va a quedar, qué no va a quedar... En la medida que pase el tiempo, vamos a volver a una normalidad muy parecida a la anterior porque ya hemos tenido pandemias y después volvían los abrazos, los besos, las reuniones, volvíamos a compartir el mate. Capaz que no lo compartimos durante 5 años, pero quizá dentro de 10 sí. Creo que el desafío para los próximos años es cómo nos reinsertamos de nuevo en la vida social, en la vida de todos los días.
"El desafío para el 2022 es cómo volvemos a la normalidad. Qué de la nueva normalidad va a quedar, qué no va a quedar".
1. Vamos a una etapa que va a ser endémica en la mayoría de los países. Pero esto no significa que vaya a ser virus respiratorio más. En Uruguay estamos viendo que, a pesar de la falta de medidas de distanciamiento, no se ha movido la aguja. Qué tan rápido lleguemos a ese nivel de endemismo va a depender de la vacunación; por lo tanto, creo que estamos muy cerca de que el COVID se convierta en endémico.
2. Es la pregunta del millón. Con las herramientas que tenemos hoy, la información que tenemos de vacunación y la cantidad de casos Delta reportados, no parece algo probable en el corto plazo. Pero si llega a haber segunda ola, seguramente va a ser asociada a la Delta y va a ser consecuencia de una baja en general de la inmunidad poblacional.
3. La variante Delta aumentó la transmisibilidad y bajó la efectividad de las vacunas para reducir contagios, con lo cual hoy parece inalcanzable una inmunidad de rebaño para erradicar el virus. Eso no va a ocurrir, como no ha ocurrido con el sarampión a pesar del 95% de cobertura. Esto es lo mismo: nunca vamos a ver inmunidad de rebaño con COVID, sí podemos apostar a una inmunidad de rebaño en cuanto a los casos graves y en cuanto a hospitalizaciones. Ahí sí vamos camino a eso.
1. La endemia es un estado estacionario de casos que tiene una comparación histórica. Cuando volvemos al nivel histórico de casos en goteo, es decir, a un nivel bajo de casos que queda inmerso en otras patologías, entonces hablamos de que llegamos a un estado endémico. Pero ese nivel histórico no existe para COVID. Lo que podemos hacer es compararlo con otras patologías similares, otras infecciones respiratorias virales. Ahí uno empieza a pensar que estamos entrando en un estado endémico porque otras causas de infección respiratoria son más frecuentes que el COVID.
2. Absolutamente no. La Delta no va a ser problema para Uruguay. Tenemos muchas diferencias respecto a otros países: una es el porcentaje de vacunados, las nuevas olas se dieron en países más grandes con subgrupos de población o áreas geográficas con un porcentaje de vacunados bajo.
3. La “nueva normalidad” es la vieja pero con lecciones aprendidas. Se le puede llamar “nueva”, pero hay varios argumentos para pensar que el virus no va a llegar a cero. No va a ser erradicado como la viruela. Va a circular con casos esporádicos; hay que acordarse de que la vacunación nunca va a llegar al 100%, en parte por decisión de la población. Tenemos que pensar en la convivencia con el virus a largo plazo.
"La 'nueva normalidad' es la vieja pero con lecciones aprendidas".
1. Hace semanas que estamos con una relativa cantidad baja de casos. Parece que esa tendencia se está consolidando, y de ser así, esto sería lo que se denomina una endemia. Hay muchas: el rinovirus que da el resfrío común, la gripe; son endemias que tienen picos epidémicos estacionales. Parecería que fuéramos evolucionando hacia eso. Que el COVID se transforme en una endemia depende de varios factores: importa mucho cómo ese virus se comporta, porque si sigue mutando, aparecerán nuevas variantes muy transmisibles, y donde las vacunas no sean eficaces van a aparecer nuevos picos epidémicos.
2. Con la inmunidad que tenemos parece poco probable que se pueda producir una segunda ola. Pero puede ocurrir que viniera una variante con capacidad de escaparse a la inmunidad generada por las vacunas que tenemos ahora, y eso provocar una segunda ola. Es impredecible.
3. Para lograr inmunidad de rebaño tendríamos que tener una vacuna 100% efectiva en la transmisión y eso no es así. Hay personas vacunadas que adquieren la infección y que podrían transmitirla. Esa idea de cortar la transmisión teniendo muchos vacunados parece un poco más alejada. En la medida que haya más proporción de vacunados no va a haber enfermedad grave, que es el principal objetivo.