PERFIL
El jerarca de Salud Pública se hizo su lugar en el Poder Ejecutivo siendo un desconocido y ahora busca crecer internacionalmente, ¿cuánto lo perjudicará el nuevo decreto de la venta de tabaco?
El despacho principal del Ministerio de Salud Pública (MSP) tiene un gran pizarrón. Allí escribieron cientos de proyectos, ideas, esquemas o mapas los distintos ministros que fueron inquilinos de la oficina. A Daniel Salinas no le gusta que le borren el pizarrón. No le gusta que se lo toquen.
Pero la historia que lo llevó hasta este despacho, en el tercer piso del emblemático edificio ubicado en 18 de Julio y Juan Rodríguez, en realidad se arrastra más de cuatro décadas hacia atrás. Resulta que a una chica llamada Graciela, quien luego se convertiría en esposa del actual ministro, se le ocurrió hacer de celestina y presentar a dos conocidos para que salieran a divertirse. Ella era Irene Moreira y élGuido Manini Ríos. Quizá sin esa cita Salinas no hubiera recibido en 2019 una llamada del líder de Cabildo Abierto, que atendió en su escritorio de la mutualista Casmu y en la que accedió a integrar una lista al Senado. Quizá sin esa cita tampoco hubiese recibido la propuesta de formar un equipo para encabezar el MSP. Quizá hoy no sería el integrante del gobierno con mayor aprobación tanto entre votantes del oficialismo como de la oposición. Y quizá no habría quejas sobre quienes borran el pizarrón.
Salinas se reconoce como un obsesivo del orden. Fue profesor de piano y solfeo, aunque también se desempeñó como filatelista, algo que considera “típico” de las personas “demasiado” ordenadas. El piano lo aprendió porque sus padres le dieron a elegir entre eso o la guitarra y lo mismo con los idiomas. Eligió el francés sobre el inglés y por esa decisión es que hoy, siendo candidato a dirigir la Organización Panamericana de la Salud (OPS), debe reforzar su dominio del inglés y volvió a tomar clases. Pero de este desafío, y de sus chances de dar un salto político internacional, lo cual se definirá en una semana, hablaremos más adelante.
Hijo de docentes de San José, la obsesión con su pizarrón apareció durante los primeros meses como ministro, cuando se preocupó especialmente porque allí estuviesen anotados todos los logros de su cartera. Cuentan quienes participaron de reuniones en el despacho que al idear un nuevo proyecto y, naturalmente querer escribir algo más en su pizarrón para explicar mejor, cualquiera que osara a acercarse al borrador generaba cierta inquietud en el ministro.
Le tocó bailar con la más fea. Nada más ni nada menos que una pandemia mundial a pocos días de asumir. Dicen que esas obsesiones con la música, luego con los sellos y finalmente con la neurología, lo ayudaron a emerger como uno de los líderes de una crisis sanitaria impredecible.
El azar de la llegada.
En diciembre de 2019, cuando se definió el gabinete, el presidente Luis Lacalle Pou le preguntó a Manini Ríos si tenía un nombre para Salud Pública. En su cabeza aparecieron dos personas: Blauco Rodríguez y Daniel Salinas. Rodríguez había participado de la militancia cabildante y tenía buenas credenciales dentro del mundo médico, incluso unos meses más tarde se convertiría en el presidente del Colegio Médico del Uruguay. Salinas se había desempeñado como neurólogo en el Hospital Militar durante varios años y luego ocupó el cargo de gerente de Recursos Materiales en el Casmu. No era conocido ni demasiado destacado entre sus pares. A Manini le pesó más la confianza, provocada por el vínculo entre sus esposas y los años compartidos en el Hospital Militar, por eso terminó pidiéndole a Salinas que armara un equipo de trabajo para estar al frente del MSP.
Más allá de la percepción personal del excomandante en jefe del Ejército, el ministro designado era un desconocido total cuando Manini propuso su nombre. Eso tuvo que ver con la designación de José Luis Satdjian como el número dos en la cartera de salud: un hombre perteneciente al núcleo duro de la lista 404 y de extrema confianza de Lacalle. Durante la asunción de las autoridades de la cartera el 2 de marzo de 2020 el nuevo ministro se abrazó con su subsecretario con cierta torpeza y algún exceso de confianza, dejando entrever el nerviosismo que los dos escondían. Uno por ser conocedor de los asuntos de la salud, pero no del ambiente político. Y el otro por lo contrario.
La cúpula del MSP terminó siendo una de las más sólidas del gobierno y Salinas el ministro con la mejor nota, aunque los primeros tiempos fueron difíciles. El 13 de marzo Lacalle anunció el comienzo de laemergencia sanitaria por covid-19. Los ministros participaron de la conferencia, pero solo uno no estuvo de pie y se sentó delante del resto junto al presidente. Ese día un periodista hizo una pregunta sobre cómo debían comportarse las personas en contacto con casos positivos al virus y todo el gabinete inmediatamente fijó los ojos en el hombre de traje gris y corbata negra, que debía dar respuestas urgentes a preguntas desconocidas. Como queriendo mirar los apuntes por una última vez antes del examen, Salinas contestó con las manos apretadas entre sí y la voz temblorosa.
“Entre los pesos pesados que hay en el Poder Ejecutivo él siempre se sintió como un sapo de otro pozo”, dice a El País una fuente cercana al ministro. Esa preocupación obsesiva por su pizarrón tiene que ver con aquel Salinas de los primeros meses. El que se estaba haciendo su lugar entre los más experientes.
Con la meticulosidad que lo caracteriza y un humor particularmente irónico que fue asomando de a poco, aquel joven integrante del Coro Municipal de San José en la Misa Criolla avanzó a pasos agigantados en su actividad política.
También hubo sombras. En noviembre de 2020el presidente Lacalle determinó el cese del cargo de Franco Alaggia, coordinador de Relaciones Internacionales y Cooperación del MSP, luego de que se conociera que este rechazó la posibilidad de que Uruguay comprara vacunas de Pfizer. Alaggia era un hombre recomendado por Salinas y, en un momento en el que la pandemia avanzaba, la negativa al laboratorio fue blanco de críticas hacia el flamante ministro.
Para él, todo lo que pasó en el último tiempo sigue siendo una enorme obra del azar: desde la llamada de Manini para integrar en una lista de Cabildo Abierto hasta la llegada al MSP y la posterior “simpatía” que generó entre los uruguayos en un momento de incertidumbre un hombre que nunca se había destacado por ser particularmente gracioso. Ese mismo “azar” es el que ahora puede llevarlo a ocupar un cargo en el organismo de la salud más importante del continente.
Lo que genera su ida.
Manini Ríos, el senador y líder de Cabildo Abierto, resume a El País el panorama que viene: “No tener a Salinas en la campaña electoral es un hándicap que va a tener el partido, pero esto es una moneda de dos caras porque también nos alegra y nos llena de satisfacción que Uruguay logre contar con alguien con su perfil en la OPS. Pero claro que perdemos a alguien de significación para los próximos tiempos políticos que se avecinan en el país”.
Para un partido nuevo, tener entre sus filas al ministro con la mayor popularidad es un “activo importante”, un concepto que se repite al hablar con los principales dirigentes y parece ser orquestado. Manini piensa en ese “hándicap” electoral como algo a tener en cuenta a la hora de dar vía libre a Salinas hacia el organismo internacional con sede en Washington.A pesar de que el líder de Cabildo Abierto dice que es “muy apresurado” hablar de fórmulas para 2024, admite que es “imposible no pensar” en el actual ministro como un compañero suyo si se queda en el país.
A la interna, hay legisladores del partido que tienen en común a Salinas como figura política predilecta e incluso lo visualizan como un posible líder para crear una agrupación. Allí se ubican los diputados Sebastián Cal, Álvaro Perrone y Silvana Pérez Bonavita. “Si no se le llega a darse lo de la OPS, aunque personalmente estoy convencido de que se le va a dar, habrá que conversar con él para ver si está dispuesto a enfrentarse a instancias electorales”, dice Perrone al respecto.
Sin embargo, en Cabildo hay otros que no congenian tanto con el ministro de Salud. La diputada Elsa Capillera, por ejemplo, fue escéptica desde un principio respecto a la campaña de inoculación ymanifestó públicamente que ni ella ni su hijo se vacunaron contra el covid-19.
Además, tanto Capillera como el diputado Rodrigo Albernaz apoyaron el fallo del juez Alejandro Recareyque canceló momentáneamente la vacunación pediátrica. “Si no hay nada que esconder, que demuestren”, afirmó la diputada.
Más allá de las posturas internas y del rol que tiene en el partido, casi a modo de ritual, Salinas se sienta en la silla pegada a la de Manini en todas las reuniones de mesa política de Cabildo Abierto, que ocurren una vez al mes. En este sentido, hay consenso sobre su posicionamiento como el número dos “natural” del partido por encima de la ministra de Vivienda y esposa de Manini Ríos, Irene Moreira. “Hoy es el mejor candidato a la vicepresidencia que tenemos y si hacemos una encuesta interna es claro que Irene no se queda con el número dos”, dice el diputado Eduardo Lust. “Además, a mí me parece que un matrimonio nunca debería componer una fórmula porque no vamos a replicar a Perón con Evita ni a Néstor Kirchner con Cristina”.
Pero Daniel Salinas aún no se manifestó a favor de volcarse a la vida política ni de integrar una fórmula presidencial en 2024. Está lejos de eso. En realidad, ha hecho todo lo contrario. Su deseo es dirigir la Organización Panamericana de la Salud para el período 2023-2028.
Las chances y los flancos.
Cada Estado que integra la OPS votará a uno de los seis candidatos que actualmente compiten por un lugar al frente del organismo en la Conferencia Sanitaria Panamericana que se llevará a cabo el próximo 26 de setiembre. Salinas es el nombre que postuló Uruguay en junio y los demás son candidatos por Panamá, Brasil, Haití, México y Colombia. Como toda elección de un organismo internacional, mucho de la instancia corre por cuenta de las negociaciones entre cancillerías, en donde los países suelen comprometerse a distintas cosas a cambio del voto hacia su candidato.
La suerte de Salinas es realmente la suerte de Uruguay, debido a que son los propios países los que se juegan su lugar en la institución y no tanto el candidato. En 2012 el gobierno de Mujica nominó a la ministra de Salud María Julia Muñoz para dirigir la OPS y en esas elecciones resultó electa la candidata de República Dominicana.
El candidato generalmente tiene intereses propios en pos de su curriculum, aunque es imposible desprenderlo de la coyuntura de su país y de los cargos que este ya tiene en organismos asociados como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un exfuncionario de la OPS que estuvo muchos años en el organismo, y que aún sigue vinculado a su realidad, explica a El País: “Si Uruguay no tuviera a Luis Almagro en la OEA quizá Salinas podría tener más chance, pero mucho se define por la representación en otros organismos. Por lo tanto, más allá de que se puede postular a un excelente candidato, puede no ser el momento del país”.
Los favoritos son los nombres que propusieron Brasil y México, a tal punto que dentro de la OPS se habla de una elección casi mano a mano. Sin embargo, la candidata haitiana Florence Duperval Guillaume también tiene chances debido a la votación en bloque que suelen realizar los países del Caribe.
Pero tanto el candidato brasileño como la mexicana tienen vínculos con el programa Mais Médicos, que estructuró la OPS y determinó el paso de unos 11.000 médicos cubanos a Brasil y que será investigado por la Justicia de Estados Unidos por acusaciones de tratarse de “trabajo esclavo”. “Si los dos grandes candidatos se caen por haber estado vinculados al programa, la gran chance es de la haitiana por razones geopolíticas. Pero si por alguna razón no es electa, podrían aparecer otros nombres como el Salinas”, explica la fuente.
Si Salinas logra ser director de la OPS, deberá abandonar su cargo en el MSP. En ese caso, no está claro quién lo sucederá, pero el nombre de la actual directora de Coordinaciones de la cartera, Karina Rando, es el que más se repite entre cabildantes. Rando no solo pertenece a la agrupación política, además es médica anestesista y cuenta con una diplomatura en gestión pública.
Según informó Búsqueda y confirmó El País, el ministro pidió licencia entre el 22 de agosto y el 6 de setiembre para visitar República Dominicana, Jamaica, Bahamas, Surinam, El Salvador y Costa Rica, en donde se reunió con autoridades de salud regionales para pedir el voto. Salinas pagó los costos del viaje de su propio bolsillo. Fue acompañado por Gabriela Gómez, directora de Relaciones Internacionales y Cooperación del MSP, quien sí viajó en calidad de misión oficial y se le destinó un total de 9.366,65 dólares. La justificación de los fondos, según la resolución aprobada por el prosecretario de Presidencia, Rodrigo Ferrés, tiene que ver con la participación en “las reuniones bilaterales y con bloques regionales, a los efectos de intercambiar sobre temas de interés del Uruguay y particularmente con lo relacionado a la candidatura país para el cargo de director de la OPS”.
Desde Presidencia, una alta fuente dice que, junto a la Cancillería, apoyan a Salinas en su carrera y que “este es un cargo para Uruguay”.
El rol del tabaco.
El interés de Salinas por el cargo es evidente e incluso se maneja que aspira a otros cargos en el organismo, si pierde la elección de director. Pero los tiempos de la política local parecen no favorecerlo en su carrera y los cambios decididos por el Poder Ejecutivo, quehabilitaron la venta de cajillas blandas y la colocación de distintivos en los cigarrillos, parecerían perjudicarlo como candidato. Según supo El País, dentro de la propia OPS quienes integran los organismos de lucha contra el tabaco se cuestionan por estas horas por qué el ministro uruguayo “apoya a las tabacaleras” y les llamó a la atención “que Uruguay retroceda” en materia de normativa antitabaco.
Salinas respaldó la decisión del gobierno entendiendo que no se trata de una marcha atrás, algo en lo que no estuvieron de acuerdo algunos asesores en materia de tabaquismo del propio MSP, al igual que la cátedra de Neumología de la Facultad de Medicina, quienes solicitaron a las autoridades anular el decreto “inmediatamente”.
Nuevas pautas acordadas por el MSP
Las autoridades del Ministerio de Salud Pública recibieron este viernes a integrantes de la Comisión asesora para el Control del Tabaco, después de que los especialistas se opusieron a la flexibilización que realizó el gobierno en la venta de cajillas blandas y la colocación de distintivos en los cigarrillos. Tras la reunión se conoció que se llegó a dos acuerdos: uno para licenciar lugares autorizados para la venta de tabaco y otro para realizar la trazabilidad y combate a productos de contrabando. “Si en un kiosco o supermercado se quiere vender tabaco, se debe pedir licencia. Si no, no puede. Y eso se va a fiscalizar”, dijo el sociólogo e integrante de la comisión, Diego Rodríguez.
Incluso la Coalición América Saludable (CLAS) cuestionó “con profunda preocupación” en un comunicado que el ministro de Salud Pública sea candidato a dirigir la OPS. “Las organizaciones miembros de CLAS vemos con preocupación que un cargo tan importante en la promoción de las políticas públicas y de la protección del derecho a la salud de toda la región pueda quedar en manos de un candidato que no ha velado por la protección de la salud pública en su propio país”, dice el comunicado de esta coalición que reúne “a más de 200 organizaciones no gubernamentales de América con el propósito de prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles en la región”, según informa su sitio de internet. El País contactó a Salinas, pero el ministro prefirió no hacer declaraciones al respecto. El ministro se llamó a silencio esta semana y no participó en actividades públicas.
No está claro cuánto perjudicará la flexibilización de la normativa a la candidatura del ministro para la OPS, pero lo evidente es que hoy el tabaco es uno de los temas principales en la agenda sanitaria de los organismos internacionales y uno de los que se mira con lupa en instancias como la que atravesará Salinas en pocos días. El tiempo dirá.
Lo que dicen las encuestas sobre Salinas
Desde que comenzó el gobierno de Luis Lacalle Pou, todas las mediciones realizadas por encuestadoras para evaluar la popularidad de los miembros del gabinete posicionan a Daniel Salinas a la cabeza.
La última encuesta divulgada este jueves por Equipos Consultores indica que el ministro de Salud Pública no solo es el ministro con la evaluación más positiva, sino que además está cuarto detrás del presidente Lacalle, del expresidente José Mujica y del intendente de Canelones, Yamandú Orsi, en cuanto al saldo neto de su simpatía como figura política.
Otra encuesta, realizada por Opción y divulgada en julio, dio a conocer que Salinas aparece entre los nombres de la “preferencia espontánea” a la hora de pensar en quién será el futuro presidente del país.
Consultado al respecto, el director de Opinión Pública Rafael Porzecanski afirmó: “A pesar de que las preferencias entre los votantes de la oposición y la coalición suelen estar enfrentadas en temáticas como seguridad o economía, vemos que la figura de Salinas es comparativamente de consenso en lo que son líderes de gobierno de la actual gestión”.
De todas maneras, Porzecanski enfatizó en que se trata de casos “contados” los que mencionaron a Salinas y que, por ejemplo, el líder de Cabildo Abierto tuvo cinco veces más menciones en la misma medición. “Desde el punto de vista electoral Salinas no ha dado ninguna señal de tener intenciones presidenciales y aún es una incógnita, a pesar de que está muy claro que Cabildo Abierto parece converger hacia una candidatura de Guido Manini Ríos. De todas maneras, sí podría ser eventualmente una figura interesante para Cabildo con un perfil técnico, de consenso, que ha tenido buena llegada comunicativa con varios sectores de la población, entonces puede ser un complemento”, explica Porzecanski.
Con respecto a cuánto podría beneficiar a Cabildo Abierto que el actual ministro de Salud decida volcarse a la vida política, el politólogo dijo que “hoy él es un activo político interesante” y “sin duda mejoraría sus chances de intención de voto”, pero concluyó: “Cuánto las mejora es algo imposible de saber porque depende de las estrategias de los demás partidos y cómo llegan todos a 2024”.