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Elecciones internas: directores de las encuestadoras hablan de sus números y dicen en qué pueden equivocarse

¿A cuál candidato sobrestimaron y a cuál subestimaron en las internas de 2019? ¿Qué problemas pueden repetirse ahora, de cara al domingo 30? Hablan los directores de Equipos, Cifra, Factum y Opción.

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Call center de la consultora Cifra.
Call center de la consultora Cifra.
Foto: Leonardo Mainé.

Las encuestas son un insumo clave para dar certezas sobre qué puede pasar el día de la elección. Sus datos sirven a los políticos y a los periodistas para no llegar a ciegas a esa fecha y a la vez son consumidos con voracidad en los medios de comunicación y redes sociales.

Las últimas elecciones internas, las de 2019, se llevaron a cabo un domingo 30 de junio. Igual que esta vez. En los días previos había muchas certezas y algunas pocas dudas, según lo que decían las principales encuestas de opinión pública. Más o menos como ahora. Se sabía que en el Frente Amplio Daniel Martínez casi que duplicaría a Carolina Cosse, quien quedaría en segundo lugar y sacaría suficiente distancia a Óscar Andrade, el tercero en discordia. También que Luis Lacalle Pou ganaría su elección en el Partido Nacional pero con una ventaja no tan grande sobre Juan Sartori, la novedad de esa elección, y que Jorge Larrañaga quedaría en un cómodo tercer sitio. Por último, se daba por hecho que la interna colorada sería muy pareja, que Ernesto Talvi venía en ascenso pero que el expresidente Julio María Sanguinetti aún tenía chances firmes de vencer.

Todo eso lo sabíamos porque lo decían las encuestas.

Pero no.

Algunas de esas cosas sucedieron y otras no tanto porque, como dirán en este artículo los referentes de las consultoras, las encuestas son una foto del pasado. Y en particular en la elección interna, que no es obligatoria, tienen más posibilidades de fallar en su pronóstico (es verdad: los directores de las empresas no hablan de pronóstico pero la gente los toma así) que en las nacionales o en el balotaje. Eso, entre otras razones, porque muchos de los que dicen que irán a votar al final no saldrán de su casa. Y porque los cambios de voto de último momento dentro de un mismo partido o dentro de un mismo bloque son más habituales que en octubre o noviembre.

En las internas de 2019 Talvi ganó la interna colorada pero no por poco: le sacó 21 puntos de ventaja a Sanguinetti.

De las cinco encuestas publicadas en los días previos a las elecciones y tomadas en cuenta para este informe, hubo una que dio por arriba al expresidente: en su último sondeo Factum indicó que tenía el 47% de intención de voto frente al 41% de Talvi. Las demás ponían por arriba a Talvi en esa última encuesta pero casi todas dentro del margen de error; la diferencia era ajustada, decían. Equipos, por ejemplo, indicó que quien luego sería canciller tenía 48% y el expresidente 45%. Radar fue la que dio más diferencia: 52% a 40%. Al final la victoria fue por 53,7% frente a 32,81% mientras que José Amorín quedó tercero con 13,25% aunque tres encuestadoras le daban solo entre 6 y 7%. La estructura de la Lista 15 y sus aliados locales le dieron un impulso que los sondeos no registraron.

En el Partido Nacional Lacalle Pou ganó por una distancia que ninguna empresa manejaba: sacó 33 puntos a Sartori (53,71% frente a 20,68%), cuando a priori le daban entre 10 y 14 puntos de distancia.

El entonces precandidato blanco obtuvo entre 11 y 3 puntos más de lo que decían los sondeos, según el caso. Y Sartori fue notoriamente sobrestimado: logró entre 12 y 9 puntos menos de lo anunciado. Larrañaga salió tercero como indicaban toda las empresas pero la distancia con Sartori fue de apenas tres puntos. Algunas encuestas le llegaron a dar entre 13 y 14 puntos abajo al líder de Alianza Nacional.

De las tres, la interna frenteamplista fue la única en la que el resultado final se pareció a la foto de prácticamente todas las encuestas, tanto en el orden como en la diferencia entre los precandidatos. Martínez venció con distancia similar a la anunciada (quedó casi 17 puntos arriba, cuando le daban entre 21 y 13 puntos de diferencia, según la encuesta) mientras Cosse efectivamente quedó segunda pero separada por apenas dos puntos y medio de Andrade, quien fue subestimado por la mayoría de las consultas.

¿Pero qué dicen hoy en Equipos, Cifra, Opción y Factum sobre la elección más difícil de anunciar, la tradicional piedra en el zapato del ciclo electoral? ¿Cómo explican las diferencias en el pasado y qué panorama se vislumbra esta vez? Veamos los argumentos de sus cuatro directores, uno a uno.

Ignacio Zuasnabar: "Una exigencia desmedida"

El sociólogo Ignacio Zuasnabar recibe a El País en una especie de altillo en la casona de Equipos Consultores en el Parque Rodó. Son días tensos: por estas horas termina su último sondeo antes de las elecciones internas, que luego difundiría en canal 10 el viernes de noche. La empresa ya no tiene un call center al estilo tradicional sino que los que llaman trabajan cada uno desde su hogar, en forma remota.

Zuasnabar, director de Opinión Pública, trabaja desde 1992 en Equipos (“empiezo a parecerme al Macaya Márquez cuando digo que esta es mi séptima elección”, bromea) pero esta vez se sacó un peso de encima porque no estará en la noche del domingo 30 en canal 10 anunciando a las 20.30 los posibles ganadores. Mejor dicho, estará en la pantalla pero no tendrá la información debido a que el canal, igual que los demás privados, decidió no contratar el servicio de proyección de escrutinio, ese que permite anticiparse a los resultados que brindará la Corte Electoral (ver recuadro más abajo).

—Las encuestas no son herramientas de pronóstico, sino que son fotos del pasado —dice Zuasnabar, sobre la complejidad de las internas—. Está claro que hay cierta expectativa social de que las encuestas tengan cierta capacidad predictiva pero en rigor no la tienen. Entonces, una foto del pasado puede permanecer estable, es decir puede ser una buena foto del futuro. Pero no tenemos forma de saber si será así. Y hay contextos, como es el caso de esta elección interna, donde hay más elementos para pensar que la foto del pasado sea menos sólida.

—¿Por qué?

—Uno es el nivel de participación en una elección no obligatoria. Mucha gente no tiene claro si irá a votar. En las encuestas la gente siempre sobredeclara su intención de participar. Entonces, si uno recoge la preferencia o inclinación primaria del conjunto del público cercano a un partido pero después el público que va a votar es distinto al que no va, eso puede generar diferencias en los resultados. A esto se suma la Copa América, aunque no juega Uruguay ese domingo, además arrancan las vacaciones de julio y es pleno invierno. Son factores de distorsión. Pero, con vacaciones o sin vacaciones, con o sin Copa, la mayoría de la gente no vota en las internas.

Ignacio Zuasnabar
Ignacio Zuasnabar, director de Equipos Consultores.
Foto: Francisco Flores.

La participación más baja fue en 2014 con 37%, seguida de cerca por la última de 2019 con 40%. La más alta fue la primera con este sistema, la de 1999, cuando llegó a votar casi el 54%. Esta vez la elección interna del Frente luce más atractiva porque está disputada, a diferencia de la del Partido Nacional, pero en ese caso incide el factor local, donde la dirigencia en el interior se juega mucho: el 30 de junio se definen las convenciones departamentales que elegirán los candidatos a intendente de 2025.

—¿Esta puede ser la elección con menor votación de la historia?

—Será poco convocante, no sabemos si menos que las anteriores. Pero los actores políticos en territorio, que tienen un pulso directo y cotidiano, nos dan un consenso casi total de que efectivamente hay un menor nivel de involucramiento global que en 2019. La única excepción es el Frente Amplio porque vino de una interna poco convocante y tiene un objetivo explícito de superar esa votación. En su caso, es posible que voten más.

—¿En tus encuestas cuánta gente dice que irá a votar el 30?

—Más de la mitad.

—Ya sabés que todos esos no van a ir.

—Seguro que no. Y hay otro elemento: los liderazgos partidarios claros le dan estabilidad al voto pero este es un proceso en el cual en todos los partidos con interna hay renovación completa. No están los grandes líderes con adhesiones de largo plazo. Y un último elemento es una mayor frialdad del público.

Zuasnabar recuerda la interna de 2019 entre Talvi y Sanguinetti y la de 2014 entre Lacalle Pou y Larrañaga como dos de las más difíciles de afrontar y en ambos casos varias encuestadoras tuvieron problemas. Sobre esta última, dice:

—Había una tendencia de crecimiento de Lacalle Pou muy fuerte y la última foto ya daba empate, pero la tendencia le era favorable. Una encuesta tiene un problema cuando no mide una tendencia de crecimiento. Cuando gana un candidato que nunca nadie imaginó que podía ganar. Pero no cuando gana uno que viene creciendo.

En 2014 todas las encuestas, salvo Opción, dieron al exintendente sanducero arriba en las preferencias en la última medición, tal como señala un informe que publicó La Diaria hace unos días.

—¿Y qué pasó con Sartori en 2019? Las encuestas lo sobrestimaron. Equipos dio 32% al final y terminó con 20%.

—Hay que tener en cuenta la tasa de conversión: en qué medida los candidatos pueden traducir la intención de voto a votos efectivos. Los candidatos necesitan imagen de marca y un canal de distribución, para ponerlo en términos de mercado. Las encuestas te miden la imagen de marca pero no lo segundo.

Zuasnabar considera “natural” que haya desfasajes entre lo anunciado y el resultado y dice que el desempeño del sistema de encuestas de 2019 fue “muy bueno” en su conjunto, anticipando los ganadores en la mayoría de las encuestas y señalando los casos de incertidumbre:

—Uno no puede pedirles sintonía fina. Ahí hay una exigencia desmedida. Sobre todo en las internas, las encuestas miden climas de opinión.

Mariana Pomiés: "Un dolor de cabeza"

A unos pocos minutos de la casona de Equipos, la sede de Cifra funciona en un amplio apartamento pocitense. Desde la puerta se escuchan voces de gente hablando en voz alta: a eso de las dos de la tarde trabaja el call center en la última encuesta antes del 30 de junio. Cifra, como Factum, mantiene a los empleados en las oficinas haciendo las llamadas telefónicas al viejo estilo, explica la socióloga Mariana Pomiés, directora de la empresa y quien tuvo el desafío de reemplazar hace ya ocho años al mítico Luis Eduardo “El Sordo” González en canal 12.

Call center de la consultora Cifra.
Call center de la consultora Cifra.
Foto: Leonardo Mainé.

—Ustedes saben que no todos irán a votar el 30, aunque lo digan. ¿Cómo lo asumen?

—Como un dolor de cabeza.

—Porque se juegan el prestigio.

—Nosotros tratamos de explicar al electorado lo que significa una encuesta en una elección voluntaria. Mostramos una foto del ayer, con los defectos de un lente impreciso porque depende de que la gente efectivamente termine yendo a votar. Y nosotros tenemos que afinar lo más posible el lápiz, mirando un montón de preguntas o situaciones pasadas que nos ayuden a intentar comprender por dónde puede caminar el electorado.

Mariana Pomies
Mariana Pomies, directora de Cifra.
Foto: Juan Manuel Ramos.

La primera elección de Pomiés fue la de 1994, aún con la ley de lemas vigente. Ella también recuerda la última interna colorada y la de 2014 en el Partido Nacional como las más complicadas en estos 25 años con el actual sistema electoral:

—En 2014 el preferido era Larrañaga, Lacalle empezó de atrás. Él decía que iba a ganar, estaba “El Sordo” y le dijimos “todavía te falta”. Nosotros recién en la última encuesta lo vimos arriba.

—Fue compleja esa elección.

—Sí pero a veces vos decís “gana fulano” y gana ese fulano pero te penalizan porque la diferencia con el segundo era mucho más alta o mucho más baja. Acá lo importante es quién gana. ¡En una elección voluntaria es tan difícil embocarle a la distancia entre el primero y el segundo!

—¿Es embocarle casi?

—A ver: te castigan y dijimos quién ganaba. Si no hubieran estado las encuestas, la gente no sabía quién iba a ganar. ¿Cómo lo medís? ¿Por la publicidad? Si fuera por eso hasta (Andrés) Ojeda puede ser presidente.

—También te pueden decir que saber ese dato, quién va a ganar, puede incidir en la elección. Si yo soy blanco y sé que Álvaro Delgado gana por amplia diferencia, capaz no voy o voto a Laura Raffo para que no quede tan abajo...

—Sí, o participo en otra interna. Voto al colorado tal que me parece que va a tirar bien de la coalición. No todas las participaciones en internas ajenas son malas. Las encuestas inciden, cuánto y para qué lado no sabemos. A algunos les gusta votar a ganador, otros al que va abajo.

Rafael Porzecanski: "No son palabra sagrada"

Igual que sus colegas, Rafael Porzecanski, director de Opinión Pública de Opción Consultores, explica que no se le puede pedir una “precisión quirúrgica a las encuestadoras”:

—Primero, porque las encuestas más efectivas para saber quién irá y quién no son muy al final. No me quiero poner anecdótico, pero conozco montones de personas que todavía están viendo si el fin de semana de las elecciones se van para afuera de vacaciones o no.

—Y el resultado de algunas internas puede cambiar si votan muchos o pocos.

—En esta elección en particular hay diferencias en las magnitudes de preferencias en el Frente y en el Partido Colorado. En el primer caso, con una interna más chica se emparejaría la disputa entre Yamandú Orsi y Carolina Cosse. Interna más grande, favorece a Orsi. En los colorados, una interna más chica pondría la elección más pareja y una interna más grande favorece a Ojeda. Ahí se vuelve crítico intentar estimar la concurrencia. ¿Qué pasa hoy? El porcentaje de electores que dice que está interesado en votar en la interna del Frente Amplio está muy por encima de lo que la misma fuerza política estimaría como una muy buena concurrencia. Por eso, nosotros en la última encuesta hicimos dos estimaciones.

Rafael Porzecanski
Rafael Porzecanski, director de Opinion Pública de Opción Consultores.
Foto: Estefania Leal.

Al repasar los números de la última encuesta de 2019, Porzecanski admite que las decisiones de las consultoras sobre “cómo estimar la concurrencia” no son iguales. Hay diferencias.

—Hasta el día de hoy seguimos divididas sobre las estrategias de medición, es normal. Pero en general las encuestas de 2019 no fallaron en el orden de los precandidatos ni a grandes trazos en las distancias entre ellos.

—Salvo en el Partido Colorado, claramente.

—Ahí faltó más precisión porque el tamaño de muestra no lo habilitó. Pero las encuestadoras y el periodismo hicimos un trabajo de comunicación responsable mostrando las limitaciones que había. Y lo seguimos haciendo. No podemos tomar las encuestas como palabra sagrada.

INCÓGNITA

La gran duda es qué pasará en la interna colorada

Todo indica que la principal interrogante está en la interna colorada, donde Andrés Ojeda es favorito pero, por el tamaño de la muestra y la enorme fragmentación, las consultoras no se animan a dar nada por seguro.

“Ojeda está creciendo, es el outsider, una figura que invierte mucho en comunicación y eso tendrá su impacto pero no solo necesita que lo conozcan sino que esa gente efectivice su preferencia en el voto”, dice Mariana Pomiés de Cifra. “Él reniega de las estructuras pero tendrá que mover a la gente”.

Eduardo Bottinelli de Factum va en la misma línea. “En el Partido Colorado la vez pasada votaron 180.000 personas y no se espera que se repita ese número. Cuanta menos gente vote, la estructura pesa más. Lo que hoy se enfrenta es el voto de opinión, que Ojeda dice va a ganar, con los votos de estructura, que según él es algo viejo que no rinde”.

Eduardo Bottinelli: "Mirar toda la película"

Otra vieja casona en el Parque Rodó. Una máquina de escribir y un teléfono de aquellos de disco en la entrada de la consultora Factum. El sociólogo Eduardo Bottinelli —director de la empresa junto a Óscar, su padre— saluda e invita a pasar a una sala de techos altos. Después cuenta que el problema del sistema uruguayo, para las encuestadoras, es que hay una sola elección voluntaria en todo el ciclo electoral, cuando en general los países o tienen un sistema de voto obligatorio o tienen un sistema de voto voluntario. El híbrido uruguayo es una rara avis.

Eduardo Bottinelli.
Eduardo Bottinelli.
Foto: Francisco Flores/El País

—Lo que cualquier método científico hace es generar modelos a partir de la acumulación. Pero en las elecciones voluntarias nuestra acumulación es muy poca. Hasta ahora llevamos solo cinco instancias desde 1999. Y todas tuvieron hitos distintos que favorecían o no la participación.

—En la primera votó mucha gente.

—Sí, mucho más que las siguientes: 54%. El análisis en aquel momento fue que había sido muy baja la participación. En 2004 vino la debacle colorada pero hubo una interna fuerte en el Partido Nacional. El Frente tenía competencia baja pero venía con el crecimiento y la esperanza de ganar el gobierno. En 2009 el Frente tuvo la competencia más fuerte con Mujica-Astori-Carámbula, logrando más de 440.00 votos. No hubo una continuidad que se pueda decir “cuando pasa tal cosa, tal es el efecto”. En la última interna colorada, el nivel de participación fue mucho más grande porque apareció algo nuevo: Talvi llevó gente a votar que en general no participaba de las internas.

—Ahí ustedes subestimaron su voto, incluso dieron a Sanguinetti por arriba.

—Talvi venía en un ascenso marcado, pasó de 32% a 41% de una encuesta a otra. Sanguinetti había marcado cerca de 60% y fue cayendo hasta 47%. Lo que no sabíamos, y lo dijimos antes, era cómo terminaría la cosa. Pero el margen de error estaba arriba del 8% en la interna colorada. Talvi siguió ese proceso de ascenso. Hay que mirar la película, no solo la última foto estática.

LA TELE

Histórico: no habrá proyecciones en los canales privados

Por primera vez en décadas ninguno de los canales privados de televisión dará proyecciones de escrutinio, como es tradición en las elecciones luego de las 20.30 del día electoral. Hay algunos antecedentes, como las últimas elecciones departamentales, cuando solo Cifra en canal 12 hizo el trabajo de boca de urna y proyecciones. Pero esta vez no lo hará ninguno: 4, 10, 12 ni VTV.

Las empresa del sector observan la situación con cierta preocupación, según supo El País, porque además las internas suelen ser un buen ensayo de cara a las elecciones nacionales y el balotaje.

Armar el operativo para una jornada electoral cuesta unos 35.000 dólares entre la boca de urna y proyecciones, según supo El País con fuentes empresariales. Cada una de las consultoras mueve a unas 300 personas en todo el país en una jornada así.

“En canal 10 no vamos a hacer proyección de escrutinio, algunos colegas lo harán o habrá que esperar a que cuente la Corte Electoral”, dice Ignacio Zuasnabar de Equipos. “Es un producto que por lo general contratan los medios”.

Por ahora solo está confirmado que habrá una proyección de la Usina de Percepción Ciudadana, que difunde sus resultados en TV Ciudad y La Diaria, además de los trabajos que puedan hacer los propios partidos políticos.

Para Mariana Pomiés, de Cifra, lo que hacían las empresas de investigación en los canales “era una inversión en información en tiempo real, un servicio que daban a la opinión pública, de anticipar un resultado de forma profesional”. Pero anuncia: “Seguimos trabajando, si Dios quiere lo vamos a hacer en octubre y noviembre. Porque la función de la Corte no es decir rápido quién ganó, sino decir en forma precisa quién ganó. Que le lleve el tiempo que le lleve. Está bien que se tomen su tiempo”.

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