Unos 18 veteranos de guerra se suicidan por día. Miles que combatieron en las guerras aún vigentes ya lo han hecho. Es más, los soldados estadounidenses que se quitaron la vida ya superan a los 6.460 que murieron en combate en Irak y Afganistán. Once años de guerra en dos frentes se ha cobrado un gran precio para los militares estadounidenses. Unos 2,3 millones de estadounidenses han combatido en Irak o Afganistán y 800.000 de ellos fueron desplegados varias veces.
Basado en datos del Sistema de Reportes de Muertes Violentas, Mark Kaplan de la Portland State University, concluye que los veteranos varones tienen el doble de posibilidades de suicidarse que los civiles varones, y que las veteranas mujeres triplican las chances de suicidarse que las civiles. Los veteranos, además, tienen 60% más de probabilidad de usar un arma de fuego en un intento de suicidio y las armas son la manera más efectiva de quitarse la vida.
¿Y por qué están matándose los jóvenes veteranos? Aunque no hay una única razón para el suicidio, el Departamento de Asuntos de Veteranos y los militares no dudan en culpar directamente a los costos sociológicos y psicológicos de matar durante el combate.
Nadie entre los veteranos usará la palabra "epidemia" pero no puede negarse que la tasa de suicidios entre los veteranos de las actuales guerras llaman la atención y preocupan. Antes, se consideraba que el entrenamiento riguroso y la intensa disciplina del servicio militar eran una defensa contra el suicidio.
Incluso Peter Gutiérrez de los veteranos de Denver, codirector del Consorcio de Investigación del Suicidio Militar, concede ese hecho. "El estrés de los múltiples despliegues y la cantidad de tiempo que las tropas tienen para restablecerse entre cada despliegue es un factor importante", dice Gutiérrez. "No está necesariamente aumentando el riesgo de suicidio pero ciertamente está teniendo un impacto. Capaz que la influencia del entrenamiento ya no es suficiente. Pero no tenemos los datos que lo respalden".
Los investigadores y los profesionales no están dispuestos a conectar abiertamente el trauma de combate con tendencias suicidas. Pero ¿por qué? No hay evidencia para apoyar ese vínculo. Sin embargo, cuando se le enseña a un niño cómo matar y se lo envía a luchar un par de veces, va a volver a casa cambiado, con dependencia a las armas y tendencia a ver a la violencia como una manera perfectamente aceptable de resolver un problema.
Lo que sí sabemos es que algo ha cambiado claramente. "Hasta los últimos 10 años, estar en el ejército, incluyendo el servicio en combate, parecía ser un factor protector contra el suicidio", dice Gutiérrez. "(Pero ahora) en determinado personal en servicio activo, las tasas de suicidio son en realidad más altas que en sus contrapartes civiles".
El doctor Jonathan Shay, quien ha escrito libros acerca de los soldados en guerra y su regreso a casa, fue el autor de la propuesta central del modelo de "cohesión de la unidad" en Vietnam. Reconoció el aislamiento y la desesperación en los veteranos que trataba y lo vinculó de manera directa a la forma en que habían sido desplegados. En Vietnam, las tropas nuevas entraban a las unidades de combate cuando los demás morían o volvían a casa. Esta falta de cohesión de la unidad dañaba la confianza y la confianza es uno de los principales factores de protección contra lesiones mentales provocadas por el combate. Debido a la tarea de Shay, la cohesión de la unidad es un factor importante en la organización de los protocolos estándar .
Pero hoy, dice Shay, los soldados se enfrentan a otros desafíos provocados por los múltiples despliegues. Cuando van a repetidas giras de combate, los soldados corren un riesgo mucho mayor de sufrir lo que Shay describe como un "daño moral". Un daño moral se produce cuando los conceptos de un soldado de la confianza y el bien y el mal no sobreviven al calor de la batalla. Esta ruptura puede resultar de la falla real o supuesta de un soldado bajo fuego o de la falla de un comandante para liderar correctamente. Como resultado de este daño moral, el soldado trae a casa los hábitos psicológicos que desarrolló para lidiar con el estrés intenso de combate. En otras palabras, vuelve a la vida civil hipervigilante y sin confiar en nadie, una manera difícil de vivir. (NEWSWEEK)
18
ex combatientes de las guerras de Irak y Afganistán se suicidan por día en Estados Unidos.
2,3
millones de estadounidenses particparon en las guerras de Irak y Afganistán al menos un período.
60%
es la probabilidad de que un arma de fuego sea usada en un suicidio, lo que aumenta la mortandad.