Las ceibalitas se ponen los pantalones largos

La segunda fase del Plan Ceibal plantea nuevos desafíos a la administración pública

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Fabián Muro

L misma "ceibalita" pero recargada -es decir, con una capacidad de memoria ampliada- el primer año. Y una nueva máquina, con mayores prestaciones, para el segundo. Hasta ahí, lo que se sabe con certeza acerca de la fase II del Plan Ceibal, que comenzará en el segundo semestre lectivo de este año para los liceales.

El desafío de dotar a todos los alumnos de Secundaria con una laptop -de acuerdo a las autoridades se maneja una cifra de computadoras cercana a las 100.000 unidades- parecería ser uno de los más sencillos de resolver.

Es que el Plan Ceibal para liceales exigirá, más allá de lo estrictamente tecnológico, una readecuación de las condiciones edicilias de los centros estudiantiles. De acuerdo a lo que explica Alex Mazzei, directora del Consejo de Educación Secundaria, los bancos con los que disponen los liceos públicos -280 en todo el país- no son lo suficientemente grandes como para que las computadoras quepan.

A esa dificultad física se le suma que hay que dotar a los locales de conectividad e infraestructura tecnológica para que las computadoras puedan funcionar y ser recargadas, una vez que se agoten las tres horas que se calcula que durará la batería incorporada. "En cada aula, por ejemplo, tiene que haber enchufes de 12 voltios, que todavía no hay. Eso requiere instalaciones eléctricas nuevas, y hay que colocar servidores también. Esas son algunas de las modificaciones edilicias que deben realizarse", agrega Mazzei.

Otros obstáculos a superar son el sistema de seguridad de las laptops, la capacitación docente y la posibilidad de que éstos también tengan su propia computadora.

Ante este panorama, cabe preguntarse si aquellas partes de la administración pública que se encargarán de articular y llevar a cabo las metas trazadas serán capaces de concretar tal tarea a tiempo, considerando el obstáculo de la burocracia nacional. "Es un gran desafío, claro. Pero esta administración ha inaugurado 23 liceos, lo que no quiere decir que se trate de edificios nuevos en cada uno de esos casos. ¿Pero usted duda de que podamos? Lo invito a que venga el lunes 8 a Canelones, que vamos a estar inaugurando un nuevo liceo. Venga, véalo por su cuenta", responde Mazzei.

Con todo, ya se han tomado algunas medidas para facilitar el despliegue del Plan Ceibal en la educación secundaria. Una de las más importantes es el plan piloto llevado a cabo en todo el departamento de Treinta y Tres, que evalúa la adaptación de las laptops a la dinámica educativa liceal. Durante esa experiencia se probó, entre otras cosas, la incorporación del sistema operativo Windows, de la empresa Microsoft, que compartía con el sistema operativo Linux el mismo espacio físico en las XO.

Al parecer, esa parte del proyecto piloto -la existencia de una plataforma con software "comercial"- será descartada. De acuerdo a Miguel Mariatti, del Latu -organismo encargado de dirigir la implementación del Plan Ceibal-, las computadoras que se entregarán a los liceales muy probablemente sigan operando bajo el paraguas Linux.

El mismo funcionario explica que la seguridad será uno de los ejes principales también en esta etapa. Para evitar que se roben las computadoras, las nuevas unidades deberán contar un software que inhabilite a la máquina en caso de hurto.

El Latu y los fabricantes aún no se han puesto de acuerdo en aquello que siempre genera problemas: los costos. Mientras que siete de las ocho empresas ofertantes aprobaron los requisitos técnicos, en el tema de cuánto costará comprar y mantener las computadoras no ha habido acuerdo. El costo, más el sistema de seguridad de las computadora, son hasta ahora los escollos que impiden la compra de las aproximadamente 100.000 unidades por parte del Latu.

Otro detalle no menor para los padres de los estudiantes es el acceso de los alumnos a contenidos controversiales, como pornografía o sitios web que incitan a la violencia. Las autoridades prometen que habrá filtros que impedirán el acceso a lugares así, similares a los que se pusieron para Primaria.

Además, la incorporación de las computadoras a las clases subvertirá el orden clásico del profesor en una punta del aula y los alumnos del otro lado del escritorio del docente. En este esquema, el profesor estará detrás de los liceales, con posibilidad de ver las pantallas, de acuerdo a lo que expone Mazzei.

A eso se le suma que el educador tendrá acceso, desde su propia computadora, a las tareas que realizan los estudiantes en sus dispositivos.

El costo total de esta fase del Ceibal no fue informado por Mazzei ni por Mariatti (otros involucrados en el programa que fueron consultados tampoco lo hicieron), pero la directora de Secundaria menciona que una semana de jornadas de capacitación para directores, inspectores y encargados de informática de los liceos insumió aproximadamente 40.000 dólares.

La capacitación docente es algo que Mariatti destaca como uno de los más importantes desafíos del Plan Ceibal II. "Nunca es suficiente. Hay que capacitar, capacitar, capacitar...", repite.

Se calcula que la etapa que abarcó la educación Primaria -en la cual se entregaron aproximadamente 380.000 computadoras- insumió 120 millones de dólares. Una cifra menor de computadoras para alumnos de Secundaria debería costar menos dinero, pero los desafíos adicionales expuestos podrían encarecer la apuesta. Los más optimistas, empero, prefieren ponerse del lado que piensa en términos de inversión y no de gastos.

¿Libertad de opción?

Aunque las computadoras seguirán por el momento funcionando con el sistema operativo Linux, Mariatti afirma que en un futuro no muy lejano será posible hacer funcionar a las laptops de los estudiantes con sistemas operativos distintos.

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