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De Cosse a Raffo, las estrategias de los que vienen de atrás: ¿tienen chances reales de ganar la interna?

En el FA, los impulsores de Cosse juegan sus fichas a una participación del electorado más cercano a la izquierda; los retadores colorados esperan que Ojeda sufra el "síndrome Sartori"; los blancos coinciden en que la suya es la interna más definida.

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Carolina Cosse, Laura Raffo, Robert Silva, Gabriel Gurméndez y Tabaré Viera.
Carolina Cosse, Laura Raffo, Robert Silva, Gabriel Gurméndez y Tabaré Viera.
Fotos: archivo El País.

Son los últimos días. Ya no queda demasiado tiempo, ¿pero queda el suficiente para algunas sorpresas? El próximo 30 de junio, el Frente Amplio, el Partido Nacional y el Partido Colorado definirán quién será su candidato a presidente. Y mientras que entre los blancos todo parece definido en favor de Álvaro Delgado, los frenteamplistas y los colorados, con sus matices, concurrirán a las urnas con final abierto.

¿Cómo se vive en cada uno de esos tres partidos la recta final? Y sobre todo, ¿cómo ven sus propias chances aquellos que vienen detrás en las encuestas?

Frente Amplio: la más polarizada

La del Frente Amplio puede definirse como la interna más polarizada, en la que Yamandú Orsi parte como el favorito y Carolina Cosse como la retadora. A pesar de la ventaja consistente que ha mantenido Orsi en todas las mediciones, en el equipo de la intendenta de Montevideo —actualmente de licencia en ese cargo— están lejos de dar la batalla por perdida.

Acto por el Dia de los Trabajadores
Yamandu Orsi y Carolina Cosse
Leonardo Maine/Archivo El Pais

Los argumentos que dan los cossistas para defender sus chances de ganar la interna parten de la premisa de que las encuestas —que de forma sostenida han mostrado ventajas para Orsi— trabajan en su gran mayoría sobre universos de votantes “más amplios” que el que efectivamente concurrirá a las urnas, y confían además en que el sprint final puede ser clave para inclinar la balanza.

Respecto a lo primero, las mediciones realizadas entre aquellos frenteamplistas que dicen que “seguro” irán a votar en las internas están contemplando un electorado que supera el 50% de los votantes de octubre, cuando la participación de los frenteamplistas en junio ha oscilado entre un mínimo de 23% (en 2019) y un máximo de 42% (en 2009).

Distintos estudios que se han realizado sugieren que cuando se reduce algo más el universo de votantes, la diferencia entre Orsi y Cosse puede llegar a acortarse. Esto no necesariamente por las estructuras militantes, sino sobre todo porque el exintendente de Canelones conecta mejor —u obtiene su principal diferencial— con votantes de vínculos más débiles con el Frente Amplio o de menor interés por la política. En un escenario en el que esos votantes confluyeran en mayor porcentaje, es esperable que Orsi aumente su ventaja. Pero en el caso de que ocurra lo contrario —un escenario probable si se toma en cuenta que las internas no son obligatorias y la campaña ha mostrado escaso entusiasmo—, las diferencias pueden ser más exiguas.

¿Qué tanto más exiguas? Nadie lo sabe con certeza, pero es la variable que mantiene la interna con resultado incierto. Mientras que en la campaña de Orsi señalan que la ventaja del exintendente de Canelones “resiste” incluso en los escenarios de menor participación, entre los impulsores de Cosse confían en que en esa mayor paridad es donde se abre el “puede pasar cualquier cosa”, incluyendo que su candidatura la que se imponga.

Más allá de las interpretaciones numéricas, la estrategia de Cosse en la recta final —a juzgar por sus salidas públicas en los últimos días y la opinión de los dirigentes consultados por El País— pasa por continuar con su discurso duro contra el gobierno, poner énfasis en las propuestas que ha presentado junto a su equipo, desplegar una comunicación política más “jugada”, estimular a los segmentos del electorado que le son más favorables, y mostrar las “limitaciones” del voto estratégico enarbolado por algunos impulsores de la candidatura de Orsi.

Esta semana, la precandidata frenteamplista salió a retrucar el último de una serie de datos que muestran que Orsi es visto, incluso por muchos simpatizantes de Cosse, como un candidato con mejores posibilidades de arrebatarle el gobierno al oficialismo.

Conferencia de Carolina Cosse por caso Yamandu Orsi
La precandidata Carolina Cosse en la sede de su campaña.
Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

“Los frenteamplistas van a decidir quién quieren que sea su candidata o candidato el 30 de junio. ¿Sabe qué me acuerdo? Durante las internas de 2009, cuando competía (Danilo) Astori con (José) Mujica, se decía mucho que con Astori era seguro ganar el gobierno y que con Mujica no. Se decía que Mujica esto, que Mujica lo otro. ¿Qué pasó? Los frenteamplistas elegimos a Mujica y ganamos el gobierno, y lo ganamos con mayoría parlamentaria”, dijo Cosse a Canal 4. “Si soy candidata del Frente Amplio, le voy a ganar a (Álvaro) Delgado, y le voy a ganar no por mí, le voy a ganar porque, como siempre, todas y todos los frenteamplistas vamos a estar detrás de un proyecto colectivo para transformar el Uruguay”, afirmó.

Las declaraciones de la precandidata esta semana marcaron una diferencia con las respuestas más cuidadas que había dado en ocasiones anteriores ante dichos como los del expresidente José Mujica o la exvicepresidenta Lucía Topolansky, quienes habían aludido públicamente a datos de encuestas que señalan a Orsi como un candidato mejor posicionado para ganarle a los blancos.

Lucía Topolansky y José Mujica
Lucía Topolansky y José Mujica.
Foto: Estefanía Leal.

En su intento por despejar esas especulaciones, Cosse no solo trajo a cuento la victoria de Mujica en 2009; también insinuó que ella misma lo sufrió en las elecciones de 2019, cuando perdió la interna con Daniel Martínez, con un posterior resultado negativo para el Frente Amplio. “En el 2019, en las internas, se decía que Cosse esto y lo otro, ¿cómo nos fue?”, planteó.

Si bien en el equipo de Cosse no ignoran los matices que presenta cada caso (en 2019, por ejemplo cualquier candidato frenteamplista, y ella también, hubiera comenzado la carrera hacia octubre en un piso muy bajo), parte de la estrategia en estas últimas semanas es mostrar las “limitaciones” del voto estratégico y, sobre todo, apuntar a movilizar el electorado que busque un “cambio claro” en el rumbo del gobierno.

A esto se suma la misión de apuntalar los electorados que le son más favorables e intentar sacar una diferencia relevante en Montevideo. Es allí donde Cosse dedicará gran parte de su energía en las semanas que quedan de campaña.

Partido Nacional: la más definida

La del Partido Nacional es, de las tres internas con competencia, la que parece más definida. Y más allá de las declaraciones de cassette respecto a que nada está dicho hasta el día de la elección, así lo asumen todos los protagonistas. Álvaro Delgado, exsecretario de Presidencia, lidera las preferencias entre los blancos para convertirse en candidato a presidente, dejando por detrás a la economista Laura Raffo, quien se había postulado como la principal desafiante, y al senador Jorge Gandini, quien lanzó su precandidatura sobre todo para consolidar un sector alternativo a los dominantes en la interna nacionalista.

Jorge Gandini, Álvaro Delgado y Laura Raffo, precandidatos blancos.
Jorge Gandini, Álvaro Delgado y Laura Raffo, precandidatos blancos.
Foto: Archivo El País

¿Cómo se para ante este escenario tanto Raffo como los sectores que la impulsan? Cuando se le pregunta cuál es el balance de su campaña y las perspectivas para estas últimas semanas, la respuesta de la economista no se aparta demasiado de la línea que ha mostrado a lo largo de todos estos meses: que la suya ha sido una campaña de propuestas y que estos últimos días insistirá en pedir la confianza a la gente.

“Tenemos vocación de llegar a la interna con toda la fuerza de poder ganar”, dijo la precandidata este viernes en un acto en Maldonado. “Debemos ser conscientes que un Partido Nacional unido llegará más lejos. Impulsaremos que el partido esté siempre al servicio de la gente, que continúe haciendo transformaciones y que se adapte a los tiempos modernos”, agregó.

Las especulaciones y los balances parecen quedar entonces para todos los demás. Y de esos sí que no faltan.

Entre los dirigentes que impulsan la candidatura de Raffo ha habido, siempre puertas adentro, distintas valoraciones sobre el desempeño de la economista y la pregunta de si su campaña estuvo a la altura de lo esperado. Allí no hay opiniones unánimes, según los distintos consultados por El País. Por un lado están los que destacan el haberse mantenido en un margen no despreciable de intención de voto a pesar de competir contra casi todo el aparato del partido. Están, por otro lado, los que le cuestionan haberse apartado de ciertas recetas tradicionales, haber apuntado, con éxito relativo, a una campaña “moderna”, o no haber terminado de “conectar” con el electorado.

En cualquier caso, ninguno asegura que otra estrategia hubiera funcionado.

Sebastián Andújar, diputado del Herrerismo por Canelones y uno de los principales —por no decir de los pocos— defensores en público de la candidatura de Raffo, considera que la economista ha liderado una campaña “valiente” y “admirable”, con mucha “garra”, y sin moverse un centímetro de su decisión de “enfocarse en las propuestas”.

“En estos días va a continuar por ese camino, sin quedarse en el molde y sin dejar de mostrar cuáles son sus ideas”, sostiene en diálogo con El País.

Andújar, quien cuestionó días atrás lo que entiende como un “desmerecimiento” por parte de sus compañeros de partido hacia Raffo, se detiene también en los ruidos que ha habido en torno a la fórmula presidencial, más concretamente a las especulaciones sobre el umbral de votos necesarios para que Raffo integre el binomio con Delgado. “Es una pena que este tema se haya instalado más que otros, como por ejemplo el debate de ideas y propuestas de cada candidato”, afirma el diputado, para quien la medida real a tomar en cuenta a la hora de armar la fórmula es “la que fortalezca y una más al partido”. “En todo el país los blancos dicen que tiene que ser Raffo-Delgado o Delgado-Raffo, en el orden que cada uno prefiera”, sintetiza Andújar.

Raffo, mientras tanto, eligió jugar a su manera con las inquietudes en torno a la fórmula y presentó la semana pasada la “fórmula Raffo” para “bajar el costo de vida de los uruguayos”.

Pero más allá de esos ruidos —al final del día, la mayoría de los dirigentes entiende que, salvo una muy mala votación, Raffo es la que cuenta con altas chances de ser la candidata a vicepresidenta— otro de los temas que sobrevuela los intercambios entre los sectores que respaldan la precandidatura de la economista es hasta qué punto el nivel de votación de junio va a decir algo sobre su posible rol como referente de un espacio dentro del partido.

Campaña politica por elecciones internas
Carteles de campaña política de Laura Raffo con la Lista 71.
Estefania Leal/Archivo El Pais

En paralelo, dentro del herrerismo —su principal apoyo sectorial— los focos están puestos en lograr la mayor demostración de fuerza posible en la comparación con los grandes sectores que respaldan a Delgado.

“Mi obsesión es que la 71 vuelva a ser la lista más votada en Montevideo. Es la mejor forma de ayudar a Laura en su objetivo de alcanzar la candidatura del Partido Nacional”, dice a El País el diputado herrerista Juan Martín Rodríguez. La última vez que el Herrerismo lo logró fue en 2009, cuando Luis Alberto Lacalle Herrera se impuso ante Jorge Larrañaga. El análisis que hacen los dirigentes es que las dos principales listas de Delgado (la 404 y la 40) pueden dividir sus votos, mientras que en el caso de Raffo, la 71 aparece con bastante más fuerza en la capital que otras agrupaciones, como Alianza Nacional. Aunque admiten que el objetivo no es nada sencillo, la intención de los herreristas es ubicarse lo más alto posible para mostrar la fuerza del sector a pesar de los embates que han enfrentado.

La otra cara

Gandini: "No sacamos la candidatura para ganarle a Delgado, sino al Frente Amplio"

El precandidato Jorge Gandini, tercero en las encuestas, presentó este jueves una batería de propuestas que incluye la concreción de un "pacto antinarco" a través de una nueva ley de urgente consideración (LUC) en el próximo gobierno.

Gandini plantea un ámbito de diálogo para llegar a octubre con un "acuerdo sobre una ley de urgente consideración" que contenga "el pacto antinarco y una nueva gestión de la privación de libertad".

Esta misma semana, en el marco de la presentación de las 24 listas departamentales montevideanas de su sector (Por la Patria), Gandini dijo que su campaña tiene por objetivo “ayudar” a que los blancos ganen las elecciones, y que eso no implica vencer al favorito de su fuerza política, Álvaro Delgado.

“Nos gustaría liderar las internas y conducir el próximo período de gobierno, pero no sacamos la candidatura para ganarle a Álvaro Delgado, sino para ganarle al Frente Amplio”, dijo el senador.

Partido Colorado: la más incierta

En el Partido Colorado todo es incertidumbre. Si las encuestadoras siempre son cautas a la hora de informar sus números, el combo de un universo pequeño y una oferta fragmentada las ha obligado a extremar sus recaudos. De todos modos, todos los estudios que se han difundido coinciden en colocar al abogado penalista Andrés Ojeda en el primer lugar de las preferencias de los votantes colorados.

Ese liderazgo de Ojeda, que se ha mantenido durante los últimos meses, generó que sus competidores concentraran energías en marcar sus diferencias con él (lo han acusado de falta de principios, de basarse más en la imagen que en propuestas programáticas), pero también ha llevado a muchos dirigentes a plantear sus reparos con lo que las encuestas pueden aportar en una interna como la colorada.

“El tema de las encuestas es muy relativo, con márgenes de error muy importantes”, dice a El País el diputado Felipe Schipani, coordinador político de la campaña de Robert Silva.

En particular, varios colorados que apoyan candidaturas distintas a la de Ojeda confían en que el penalista pueda estar siendo “sobreestimado” por las encuestadoras, captando un fenómeno de “opinión” que luego, dicen, quizá no se refleje en toda su dimensión en las urnas.

El argumento es que Ojeda pueda sufrir algo así como un “síndrome Sartori”, en referencia al empresario que en 2019 se candidateó en la interna nacionalista y cuyas adhesiones fueron sobreestimadas por todas las encuestadoras, más allá de que sí acertaron que obtendría el segundo lugar. En su último informe, la consultora Opción destaca que “estudios adicionales” plantean la “hipótesis” de que “el votante posible de Andrés Ojeda tiene un menor nivel de politización”, y por lo tanto puede ser menos proclive a votar en la interna.

Para saber si esa hipótesis se confirma o no, solo se puede esperar a las últimas horas del domingo 30 de junio.

Acto en homenaje a Jose Batlle y Ordoñez
Los precandidatos colorados juntos en un homenaje a Batlle y Ordóñez.
Foto: Estefanía Leal

Mientras tanto, los partidarios de Silva —quien aparecía en la línea de largada como el favorito—, dicen encarar con “confianza” la recta final de la campaña, afirmados en lo que, según Schipani, son dos fortalezas: por un lado, las propuestas; por otro, la estructura a lo largo y ancho de el país.

A comienzos de este mes, el expresidente del Codicen presentó un programa de 290 páginas con propuestas que configuran una agenda “humanista, republicana y transformadora”.

En cuanto al soporte territorial de estructuras partidarias, Schipani dice que el sector de Robert Silva es el que cuenta con “mayor fuerza” en Canelones (departamento del fallecido Adrián Peña y de su “pollo”, el diputado Walter Cervini), Colonia (con la diputada Nibia Reisch), parte del litoral, Tacuarembó (de donde es oriundo el precandidato, aunque compite allí con la familia Montaner, que apoya a Ojeda) y otras localidades de la zona este del país. En estas últimas semanas, Silva está realizando una última visita a cada departamento, con un libreto tradicional de las campañas: es recibido con una caravana y luego realiza un acto en el centro de la ciudad.

“Si hacemos un repaso por departamento, estamos confiados en nuestras fortalezas”, afirma Schipani.

Otro precandidato que ha hecho de su equipo y propuestas una parte importante de la campaña es el expresidente de Antel, Gabriel Gurméndez.

Respaldado por la histórica lista 15, dirigentes que provienen de Batllistas y algunos escindidos de Ciudadanos, Gurméndez es a quien las encuestas han sido ubicado en niveles de adhesión más disímiles (ver apunte).

Pero en su comando dicen que en las últimas semanas han percibido cierto “crecimiento” y también confían en verlo expresado en las urnas el próximo domingo 30 de junio. “Creo que ha ido de menos a más y ha crecido en las últimas semanas”, dice el diputado Conrado Rodríguez, uno de sus principales apoyos en Montevideo. La estrategia de Gurméndez pasa por mostrar un “equipo sólido” y “probado”, sin despreciar la estructura.

En ese último factor también aparece como desafiante el precandidato Tabaré Viera, de Batllistas. Aunque parte de su estructura ha sido diezmada por dirigentes que se fueron o con Ojeda o con Gurméndez, en su equipo señalan que no se puede despreciar el respaldo militante que tiene en departamentos del norte del país. Y hasta las encuestadoras dicen que probablemente lo estén subestimando.

Como sea, los colorados consideran que tendrán una interna con algo más de 100.000 votos, por lo que quien llegue a unos 40.000 se podrá abrochar la victoria y quedarse con la candidatura.

Los números

Lo que dicen las encuestas en las internas del FA, PN y PC

En el Frente Amplio, las cuatro principales consultoras de opinión pública (Cifra, Equipos, Factum y Opción) han mostrado a Yamandú Orsi liderando la interna, en un rango de entre 53% y 58%. Carolina Cosse obtiene entre el 32% y 38% de las adhesiones, según la encuesta. Andrés Lima, el tercero en discordia, recibe entre 5% y 8% de adhesiones, dependiendo de la encuesta.

La consultora Opción presentó también un escenario en el que se le consulta solo a los frenteamplistas que dicen que “seguro” votarán en la interna y además tienen algún grado de interés en política. En ese caso, Orsi obtiene 54% de intención de voto y Cosse 42%.

En el Partido Nacional, las encuestadoras han ubicado a Álvaro Delgado en un entorno de entre 56% y 72%. Laura Raffo, en tanto, obtiene entre 18% y 28%. Jorge Gandini, en tercer lugar, tiene entre 6% y 9% de intención de voto.

En el Partido Colorado los datos han sido más disímiles, y algunas consultoras han elegido no difundir los números debido al alto margen de error. De los informes que sí se hicieron públicos, Andrés Ojeda obtiene entre 37% y 49%. A Robert Silva las encuestas le han asignado entre 23% y 30%. Gabriel Gurméndez, por su parte, ha registrado pisos de 5% y techos de 20%, siempre entre aquellas encuestas que las consultoras decidieron difundir, y sin contemplar los márgenes de error. Tabaré Viera ha recibido entre 7% y 12% de intención de voto en esas mismas encuestas. Carolina Ache, por su parte, obtiene entre 1% y 4% de intención de voto en los diferentes sondeos de opinión pública.

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