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El Centenario por dentro: cada mes gastan 100 mil dólares en mantenerlo, ¿cómo se financia?

Hoy el Estadio Centenario se autofinancia. Se trabaja en un plan maestro de cara a la candidatura de 2030, sobre la cual Lacalle Pou dice que es optimista. Los gastos de este ícono del fútbol mundial, el proyecto y las iniciativas de reformas.

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Estadio Centenario.
Una vista del Estadio Centenario.
Foto: Leonardo Mainé.

Son algo así como las catacumbas del Estadio Centenario. Debajo de la Tribuna Ámsterdam existe un lugar que oficia de depósito donde se guardan estáticas de distintas marcas, banners y herramientas para el cuidado de la cancha. “Campeón Supercopa” o “Campeón Uruguayo” son algunos carteles guardados en un lugar al que no accede el público, es subterráneo y una vía interna para llegar a la histórica cancha. No muy lejos se encuentra un espacio que fue lugar de concentración para hospedar clubes del interior del país y donde en 2022 se abrió un centro de contingencia para personas en situación de calle como resultado de la coordinación entre la Intendencia de Montevideo (IMM) y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) en el marco del Plan Invierno.

Acá estamos en un sitio declarado Monumento Histórico del Fútbol Mundial por la FIFA en 1983, que el gobierno de Luis Lacalle Pou declaró en 2020 Monumento Histórico Nacional y que el pasado 18 de julio cumplió 93 años. Y que puede volver a tener protagonismo internacional si es designado como sede para el Mundial 2030 junto a Argentina, Chile y Paraguay. Para ello es vital una inversión para aumentar su capacidad y modernizarlo, basado en un plan maestro que debe llevar adelante la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), el gobierno nacional y la IMM.

El tema es de interés particular de Lacalle Pou, quien hace unos días dijo en una entrevista en la radio Sport 890que su nivel de optimismo es “mayor que el de hace un tiempo” porque “hay una intención seria de Uruguay de no dejar pasar esta oportunidad”. Pero también admitió: “Si el Mundial lo organiza el que más plata tiene, no tenemos chance. Acá hay una carga emotiva y anímica que son los 100 años de la primera Copa del Mundo, que apela a la esencia del fútbol”.

Cerrar el gobierno con la confirmación de la sede conjunta para 2030 —cuya idea nació durante el segundo gobierno de Tabaré Vázquez— es un objetivo de Lacalle Pou.

Para antes de soñar con un impensado mundial en Uruguay, primero hay que mirar cómo son las cuentas del Estadio Centenario, gerenciado por la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO). Ricardo Lombardo, presidente ejecutivo de CAFO, dice a El País que cuando Nacional y Peñarol empezaron a jugar en sus respectivos estadios, el Centenario “prácticamente se quedó sin ingresos”, por lo que hubo años en los que “no se pudo hacer mantenimiento”, un riesgo para un lugar añoso. Fueron tiempos complejos y de replantearse todo.

A Lombardo le tocó asumir el desafío de revertir esa situación, pero un mes después de tomar el cargo (en febrero de 2020) se desencadenó la pandemia. “Los recursos fueron todavía peores, tuvimos que hacer una economía de guerra. Después de eso empezaron a haber partidos y la selección uruguaya volvió a jugar acá”, cuenta.

Ricardo Lombardo, presidente de CAFO
Ricardo Lombardo, presidente de CAFO.
Foto: Leonardo Mainé.

Hoy el estadio se autofinancia, no requiere fondos externos y cuenta con una “situación financiera saludable”, según Lombardo, pese a que hace muchos años recibe menos partidos de los dos equipos más taquilleros del país. “Estamos en equilibrio financiero. Hasta hace tres años el Estadio necesitaba de un subsidio de la AUF para funcionar. Ya no: es parte del esfuerzo de administración que hacemos. Pero para hacer obras o nuevas inversiones sí necesitamos recursos extras”, dice Lombardo.

Veamos los números. Hoy CAFO cuenta con un presupuesto general que en promedio es de unos 100.000 dólares, cifra que se duplicó en comparación con febrero de 2020. Ese es el dinero que necesita para funcionar y logra cubrir con diferentes ingresos que explicaremos más adelante.

Solo por el mantenimiento del campo de juego gastan unos 20.000 dólares al mes. En total el 50% de los gastos son en personal, 20% en el campo de juego, el 16% se paga a UTE por la iluminación y el resto es limpieza y mantenimiento del edificio.

“En base a una estimación sobre la actividad, la cantidad de entradas vendidas y la publicidad y concesiones, podría decirse que los ingresos de CAFO eran cuatro o cinco veces mayores en la época en la que los grandes utilizaban el estadio todos los fines de semana”, dice Lombardo en su despacho en el estadio.

En esos tiempos CAFO llegó a tener unos 80 empleados. Hoy son solo 28 entre administrativos, personal de mantenimiento y limpieza. “A veces se contrata a alguna persona para reforzar el cuidado del campo de juego o cuando hay que hacer algunas tareas intensas de mano de obra, que requieren más personal. En algunas oportunidades, cuando tenemos eventos muy cercanos, contratamos externamente limpieza porque no hay personal suficiente para hacerlo”, señala Lombardo sobre eventos masivos, como pueden ser clásicos, finales de campeonato o recitales internacionales.

MUNDIAL 2030

Maldonado quiere ser anfitrión

La Intendencia de Maldonado se postuló, a través de una carta firmada por el intendente Enrique Antía y el director general de Deportes José Martín Hualde, como sede candidata para recibir el Mundial 2030. El documento enviado esta semana a la FIFA sostiene que el territorio cumple con las condiciones de infraestructura. Entre otros puntos, se destaca a Punta del Este como uno de los lugares “más considerados” por los turistas y a Maldonado dentro de los balnearios “más reconocidos” a nivel mundial.

Las ganancias del Estadio.

En 2022 se jugaron 53 partidos en el Centenario. Sí: el fútbol sigue siendo el mayor sustento económico del icónico estadio montevideano, pese a que también se realizan eventos empresariales, ferias gastronómicas y unos cuantos conciertos musicales.

Hoy CAFO cobra un 6% de la recaudación de cada partido, con un mínimo de 60.000 unidades indexadas, lo que equivale a poco menos de 350.000 pesos. “Aunque no venga nadie al partido, igual estamos cobrando eso. Es la fuente verdadera de ingresos”, dice Lombardo, “lo otro es todo un complemento que nos permite, por ejemplo, encarar gastos importantes de la cancha u otras cosas que hacemos de mantenimiento”.

Además de los partidos de la selección, este año Montevideo City Torque fijó localía en el Centenario para el Campeonato Uruguayo, mientras que Liverpool, Boston River y Danubio hicieron lo mismo para las copas Libertadores y Sudamericana.

La final de la Supercopa y del Uruguayo también se juegan en este escenario y se espera que, al igual que en 2022, se albergue varios partidos de la Copa Uruguay sobre fines de año.

Recital de los Rolling Stones en el Centenario.
Recital de los Rolling Stones en el Centenario.
Foto: Nicolás Pereyra.

En los últimos años también ha habido grandes shows musicales en el Estadio. Sucede que la empresa AM Producciones tiene un contrato de arrendamiento vigente con CAFO por el Centenario desde el 1º de marzo de 2020 para espectáculos musicales de cualquier naturaleza, y por el cual pagan unos 250.000 dólares anuales (20.833 por mes), informó la productora en un comunicado en febrero de 2022, en medio de un conflicto con la Asociación General de Autores del Uruguay (Agadu) por el pago de los derechos de autor y con CAFO por la fecha de un concierto de la Vela Puerca. El contrato rige hasta 2024 inclusive y luego se resolverá si hay una licitación, pero eso lo evaluará CAFO ya sin Lombardo como presidente. Él dejará el cargo el próximo 31 de diciembre (ver recuadro más abajo).

El acuerdo con AM se dio cuando el administrador del estadio estaba en busca de recursos: se paga esa cifra anual más allá de la cantidad de espectáculos que realizan. Los 250.000 dólares pasaron a ser parte del presupuesto anual.

Otros ingresos de CAFO son los alquileres del Centenario para avisos publicitarios o rodajes cinematográficos. Parte de la serie El Presidente: Juego de la Corrupción, de Amazon Prime, se filmó en el Centenario. El propio despacho de Lombardo fue utilizado para esa serie para recrear la oficina de João Havelange cuando era presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol.

Además, a fines de 2021 el Centenario recibió una inyección de recursos importante, de siete millones de dólares, cuando Conmebol realizó las finales de las copas Libertadores y Sudamericana en Montevideo. Se cambió el sistema de luces, los baños y los palcos VIP. Los vestuarios también se refaccionaron y las tribunas fueron pintadas de celeste y azul. El campo de juego se levantó, se cambiaron los drenajes y el sistema de riego. Los arcos se cambiaron según el reglamento que establece FIFA y Conmebol.

Este año la final de la Sudamericana volverá a disputarse en Montevideo: será el 28 de octubre en el Centenario.

El trofeo de la Copa Libertadores. Foto: AFP
La Copa Libertadores.
[va/ii; va/ii]; va/ii/AFP

¿Cómo están hoy los números, entonces? Luego de una situación delicada durante la pandemia, cuando se había enviado a trabajadores al seguro de paro, el Centenario empezó a generar recursos y autofinanciarse. “No sobra el dinero, pero se financia, estamos funcionando bien. Lo que ocurre es que el estadio es una obra añosa y requiere mantenimiento. En el campo de juego tenemos un gasto muy importante. Hace 15 o 20 años era un lodazal”, asegura Lombardo, cuya prioridad es “que el estadio luzca siempre bien” y dice que el cuidado es “centímetro a centímetro”. Hay ingenieros agrónomos que trabajan en forma diaria y además se hacen tratamientos, como por ejemplo perforaciones “para que drene bien” y evitar encharcamientos.

Dice Lombardo: “No es un pastito cualquiera, porque el balón tiene que rodar perfectamente y la imagen también tiene que ser muy buena, ese es un gasto importante. Nos gustaría poder hacer más obras, pero eso requiere inyección de otro dinero. Toda la parte eléctrica, la parte sanitaria, que era muy vieja, se ha ido renovando. Prácticamente se hicieron nuevos todos los baños, se trabaja en mantenimiento de los palcos y su limpieza. Todo eso es personal, es tiempo, es plata”.

Mundial 2030: ¿una utopía?

¿Qué exige la FIFA para que un estadio sea habilitado para un mundial? ¿El Estadio Centenario debe remodelarse o hay que demolerlo? ¿Cuánto debería aumentar en capacidad y cómo se podría financiar? Estas son algunas de las tantas interrogantes que surgen con respecto al futuro del estadio diseñado por el arquitecto Juan Antonio Scasso en 1930.

Para Lombardo, “hay que resolver el tema de los taludes y las zonas de las plateas Olímpica y América, donde no se ve bien”. Una idea es bajar el campo de juego, sacar los taludes y hacer que las tribunas lleguen al nivel de la cancha. “Para hacer eso, hay que pensarlo con un proyecto de ingeniería, arquitectónico, en base a un plan maestro que guíe todo”, comenta el contador Lombardo.

El Consejo de la FIFA aplazó en junio la puesta en marcha oficial de la presentación de candidaturas para la Copa Mundial de 2030, según informó el organismo en su sitio web. El Consejo se va a realizar en setiembre: en ese momento se oficializará el reglamento de las candidaturas. El presidente de la AUF, Ignacio Alonso, dice a El País que “no obstante eso” cuentan “con el conocimiento del reglamento de la candidatura de 2026” y que “está trabajando la estructura que sustenta la candidatura” de 2030.

“En Uruguay la aspiración es tener por lo menos tres estadios y el centro es el Centenario. Luego hay una cantidad de aspectos que están relacionados, no con la infraestructura, sino con el resto de las condiciones. Uruguay tiene una muy buena posición en eso. Hay una buena base para la presentación. No creo que nosotros estemos hoy en una situación lejana, por lo menos en los estadios y en las sedes que podemos presentar”, agrega Alonso.

Ignacio Alonso
Ignacio Alonso, presidente de la AUF.
Nicolas Pereyra/Archivo El Pais

Hoy el Centenario tiene capacidad para unos 60.000 espectadores, tendría que aumentar a 80.000 para que se juegue una final del mundo. Pero Alonso explica que hay otros requisitos “como el techamiento del estadio, la butaquización completa, el aggiornamiento de los espacios de vestuarios y distintos salones técnicos que forman parte de la tribuna principal y algún esquema de circulación interno que es necesario para que lleguen los buses, las delegaciones, los distintos actores importantes que forman parte del espectáculo”. Además, es necesario el acceso universal en todas las tribunas para personas con discapacidad.

“El estadio hoy no está tan lejos de poder llegar a eso”, aclara el presidente de la AUF pero enseguida agrega: “Naturalmente requiere una inversión, requiere un proyecto ejecutivo para poder evaluar”. El impacto sobre la zona “no sería importante dado que es un estadio que ya tiene un retiro de las áreas residenciales, permite sin ningún drama la disposición de los anillos perimetrales, todos los dispositivos que prepara FIFA en materia de seguridad y en materia logística, así que ahí no le vemos ninguna dificultad para que las obras se concreten bien”.

El negocio por dentro.

¿Y el financiamiento? Por un lado está la posibilidad de la inversión pública pero también la privada. Sobre la segunda Alonso señala que se podrían “aprovechar los distintos espacios que tiene el estadio para ampliarse con esa superficie techada y más nueva con un crecimiento en la calidad, y una modernización con un retorno a través de los alquileres y la instalación de distintos emprendimientos dentro del estadio, para que luego del Mundial haya una rentabilización de la inversión”. ¿De cuánto es esa inversión? Aún no se sabe: “Hay que cuantificarla”.

Entre las opciones que se han manejado está la idea de un restaurante o cervecería en la zona de palcos de la Tribuna América, realizar oficinas o un gimnasio en otras áreas. La América “es uno de los espacios por donde más tiene que crecer el estadio, porque es el espacio más pequeño hoy en cuanto a la cantidad de localidades y naturalmente ahí hay que hacer una intervención más grande, y en ese punto se puede ganar una cantidad de espacios que se puedan rentabilizar”.

“Hoy todo lo que uno vaya proyectando o pensando entra en el campo de las hipótesis porque todavía no hay un proyecto definitivo, y ese proyecto definitivo debe tener un análisis económico sobre cómo se va a repagar”, comenta el presidente de la AUF. “Es fundamental que lo tenga para que se viabilice la entrada de dinero. Es una condición importantísima. Yo creo que el estadio hoy tiene esos espacios, hay una demanda grande por alquilar”.

Alonso cree que “hay una suerte de conflicto o inercia ante la tradición que ha sido que el estadio liberara espacios prácticamente a costo cero o con costos muy simbólicos para el inquilino” y dice que esa también ha sido una explicación de los problemas económicos en el pasado. “Un estadio que ganaba mucho dinero haciendo 60 o 70 partidos por año no necesitaba explotar las otras áreas de manera profesional y hoy con el tiempo se han ido ganando espacios que le han permitido a la administración mejorar los ingresos por alquileres”.

El Estadio no se ha pensado históricamente como negocio. “Hay que pensar que el Centenario se tiene que mantener, tiene que tener una rentabilidad, y con esa rentabilidad sostener el mantenimiento, que es oneroso y que por muchos años estuvo rezagado. El Estadio tiene una nobleza brutal en la construcción, pero si fuera otra estructura más deteriorable seguramente hubiésemos tenido muchos problemas”, explica el presidente de la AUF sobre la situación actual del histórico recinto.

Estadio Centenario
Estadio Centenario y el Hospital de Clínicas detrás.
Foto: Leonardo Mainé.

El secretario nacional del Deporte, Sebastián Bauzá, dijo en entrevista con El País en junio que la inversión para el Mundial debe ser pública y privada. “Por supuesto que va a haber una inversión pública importante en los cuatro países, pero creo que esto no solo le va a interesar al Estado por lo que se pueda recaudar, por el turismo que se va a mover, sino que también las empresas van a ver oportunidades”, comentó en esa nota.

Y explicó que Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay están “haciendo un estudio con una consultora internacional para ver todo lo que se movería y mostrar qué tanto le serviría esto a los hoteleros, a las agencias de viaje, a los empresarios gastronómicos y hasta a las camionetas que transportan gente”.

En ese sentido, en diciembre de 2021 la AUF y la IMM firmaron un convenio que incluyó el compromiso de elaborar en conjunto el Plan Maestro Estadio Centenario 2030, que abarca un nuevo modelo de negocios para el estadio (cancha y estructura edilicia) acorde a la realidad actual y que deberá estar inserto en el desarrollo urbano futuro del Parque Batlle.

Además, el 14 de julio pasado la IMM aprobó una resolución por la cual se crea un grupo de trabajo para “valorar la situación actual” y dar asesoramiento en la “implementación de medidas que posibiliten la mejora de las instalaciones”, así como la seguridad de los espectáculos, según publicó el semanario Búsqueda.

Parque Batlle.
Parque Batlle.
Foto: Nicolás Pereyra.

La secretaria general de la IMM, Olga Otegui, dice a El País que pensando en 2030 se busca “visualizar al Estadio Centenario como un monumento histórico enmarcado en una zona de mucho verde, en la que hay espacios deportivos de distinta índole” como el Velódromo Municipal, la Pista Oficial de Atletismo, el Instituto Superior de Educación Física y las canchas de baby fútbol.

“Hay que pensar en el estadio de forma integrada y a largo plazo, sobre todo desde la parte urbanística, por ejemplo en los estacionamientos. La experiencia de las finales de Conmebol en 2021 fue muy buena, y la posibilidad de que se juegue la final del Mundial de 2030 en Montevideo, a 100 años del Mundial de 1930, le da prestigio a la ciudad y sobre todo al país”, dice Otegui, quien luego advierte: “Pero hay una serie de requisitos que exige la FIFA que deben cumplirse para que eso suceda”.

Otegui señala que otra área que “debe potenciarse y aggiornarse para tener más visibilidad a futuro” es el Museo del Fútbol, uno de los más visitados de la ciudad y una fuente de ingresos para CAFO. Allí hay capacidad “de inversión y retorno”, dicen desde la AUF. Hoy la entrada cuesta 150 pesos para uruguayos y 300 para extranjeros.

Con un mundial en la mira, ese paseo puede potenciarse, claro. Pero para que todo se concrete aún falta mucho.

PRESIDENTE DE CAFO

El fin de la era Lombardo

“Cuando uno viene acá a ocupar este cargo, se enamora del Estadio Centenario”, confiesa el contador Ricardo Lombardo, quien integró la directiva de Defensor Sporting, donde su padre Ricardo Fernando Lombardo fue presidente.

Lombardo dejará su cargo por edad (cumple 70 en octubre) y por temas de salud que le impiden mantener una actividad intensa. De hecho, usa bastón. “Arranco de mañana y ya tengo un mensaje: que se rompió un caño, que tal club quiere hacer un partido, que el otro no quiere... Todo el día en la máquina. Es mejor que de pronto venga alguien más joven que pueda lidiar con esto, que también requiere esfuerzo de subir y bajar escaleras. Me parece que es bueno ponerle punto final a estos casi cuatro años de gestión”, afirma.

Ricardo Lombardo, presidente de CAFO, en el Centenario
Ricardo Lombardo, presidente de CAFO, en el Centenario.
Foto: Leonardo Mainé.

El primer recuerdo de Lombardo sobre el Estadio es de cuando era niño: en 1957 Defensor le ganó 5 a 1 a Peñarol por el Campeonato Uruguayo. “Yo era muy chico, pero lo que me acuerdo es que mi padre gritaba y yo decía ‘¿por qué me grita?’. Yo no entendía por qué gritaba”.

Cuando sube las escaleras y ve la cancha, le recorre la nostalgia no solo de los partidos que vio ahí, sino por otros eventos. “Se jugó al básquetbol, había una cancha en la platea Olímpica cuando yo era chico. También hubo boxeo, ciclismo, el estadio es un emblema”, dice el exdirigente deportivo y político. También recuerda el regreso de Alfredo Zitarrosa y de Los Olimareños en el año 1984.

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