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Los llamados laborales para los jóvenes: cuáles son las carreras universitarias más solicitadas y mejor pagadas

Tras aprobar dos años, estudiantes de carreras como ingeniería y ciencias económicas acceden a sueldos cercanos a los 40.000 pesos por mes y negocian condiciones, como la flexibilidad horaria y home office

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Facultad de Economía
Cartelera de Facultad de Economía. Foto: Juan Manuel Ramos.

En un mundo digital donde parecería que todas las búsquedas se limitan a internet, en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República (Udelar) se continúa con una práctica analógica: la vieja y querida cartelera de ofertas laborales. Las empresas siguen pegando hojas con propuestas formales para que los futuros ingenieros tengan su primera experiencia. Ponen los distintos detalles que son excluyentes para el puesto, pero en todas las ofertas se lee la misma frase al final: “Sueldo a convenir”.

Al ingresar al enorme edificio que resalta en Parque Rodó, solo hay que subir medio piso para chocar de frente con una cartelera amarilla que ocupa toda la pared del descanso que tiene la primera escalera de la facultad.

¿Qué piden las empresas? Por lo general segundo año aprobado, pero después los detalles son muchos según cada puesto y tienen que ver con las materias que debe de tener aprobadas el estudiante. Las ofertas tienen mail como forma de contacto, que a veces identifica a la empresa y otras veces no, al que se pide enviar CV y escolaridad al día.

Las historias sobre los sueldos y las condiciones de trabajo son muchas, depende de si la inserción se da en una empresa grande o en una más pequeña. Pero un estudiante de ingeniería con 20 o 21 años, puede llegar a un sueldo cercano a los 40.000 pesos nominales, en un régimen de trabajo de medio tiempo, según un relevamiento realizado por El País. Más si pensamos en los que están en los rubros de ingeniería en sistemas.

Pero esta no es la única que sigue con esta práctica de las carteleras, en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Udelar pasa lo mismo. Aunque el espacio de ofertas no está tan organizado y prolijo, todavía en pleno 2023 sobreviven dos carteleras que piden por puestos como auxiliar administrativo contable, técnico en gestión o simplemente administrador. Acá los requisitos más solicitados son dominio de Excel, manejo de inglés avanzado y segundo año aprobado de alguna de las carreras de la facultad.

Los estudiantes de estas dos facultades tienen los sueldos más altos y son parte de los puestos más demandados en el mercado laboral uruguayo, según las fuentes consultadas para este informe. Los factores son muchos, pero los especialistas coinciden en afirmar que el tener un nivel avanzado de inglés sigue siendo clave para acceder a un puesto con un nivel de ingreso bueno.

Según datos de la consultora Advice, relevados del período de enero a junio de 2023, dentro de un total de 110.000 ofertas de trabajo, las más solicitadas fueron la de contador, seguida por la de arquitecto y luego el nuevo clásico: ingeniero en sistemas. La consultora registró 95 carreras universitarias entre las ofertas, y luego de las tres nombradas en orden de más demanda por parte de las empresas viene: psicólogo, médico, ingeniero eléctrico, ingeniero civil, licenciado en enfermería, abogado y odontólogo.

La experiencia.

Este top diez es una foto de Advice tomando solamente el primer semestre de este año, pero según Federico Muttoni, director y socio de la empresa, las tendencias no han cambiado mucho pensando en el comportamiento del año anterior. Si Muttoni le tuviera que dar un consejo a los estudiantes dice que “hay que empezar a trabajar cuando estás en segundo o tercero, no parece importante, pero la experiencia es un factor determinante en el actual mercado laboral”, aunque aclara que todo está siempre cambiando.

Federico Muttoni
Federico Muttoni.
Leonardo Maine/Archivo El Pais

¿Hay carreras en las que hay alta demanda y poca oferta, y por eso mejores sueldos? “En términos generales tengo que decir que sí”. Muttoni explica que desde hace años todas las carreras de ingeniería, pero principalmente la de sistema, están teniendo mucha demanda. “Puede ser una búsqueda de los jóvenes, pero en realidad las empresas los van a buscar”. Esto hace que tengan otras garantías a la hora de negociar las condiciones de trabajo, y en muchos casos los propios estudiantes pueden exigir horario flexible o trabajo remoto.

Pero hay otras situaciones. Muttoni pone enseguida sobre la mesa el ejemplo de los psicólogos: “Hay mucha demanda de este puesto, pero a la vez hay mucha oferta. Son muchos los que se reciben por año”. Y acá entra a jugar la oferta y la demanda. “Qué es lo que pide el mercado y cuánto hay en el mercado disponible”, dice Muttoni.

Los sueldos de los psicólogos no son altos al egresar, y depende mucho del rubro en el que se especialicen. Si bien el título universitario es habilitante para poder hacer clínica, diferentes psicólogos cuentan a El País que no es normal que luego de los cuatro años de carrera se comience a trabajar con pacientes, esto se da después de especializaciones y experiencias en otros trabajos de abordaje más psicosocial. El director de Advice vuelve a hacer hincapié en la experiencia: “En promedio podemos decir que las empresas piden dos años”. Afirma que esto tiene que ver también con las habilidades blandas y con la productividad.

Se supone que quien ya pasó por una experiencia laboral tiene desarrolladas algunas competencias que para el mercado son imprescindibles. Hablamos de la capacidad de resolver problemas rápido y también de poder trabajar en equipo. Sobre la productividad, Muttoni cuenta que muchas empresas no quieren tomar jóvenes sin experiencia porque saben que los primeros meses van a tener un proceso de aprendizaje, y muchos de estos llamados se hacen cuando se está en una zafra o pico de trabajo.

“Hay un caso paradigmático”, dice, para contar lo que pasó con Jóvenes a Programar, una capacitación que surgió desde Ceibal. “Era un proyecto que formaba a jóvenes en un área con mucha demanda, pero terminaban y muy pocos podían ingresar al mercado, porque no tenían la experiencia”, pone como ejemplo el director de Advice. Con los estudiantes universitarios pasa lo mismo, ¿por qué? “Las empresas no están siempre dispuestas a invertir en esa inducción o no tienen los tiempos para hacer la inducción”, dice.

Estas situaciones terminan generando que un recién recibido, que no trabaja en el proceso de realización de la carrera, acceda a un trabajo para el cual muchas veces está sobrecalificado. Muttoni dice que chocan dos paradigmas, uno que dice “está recibido entonces está preparado para hacer cualquier cosa” y el otro, con el que él está más afín, “hay que pensar por fuera de la caja, y ver qué es lo que pasa en el mercado porque del dicho al hecho hay una brecha grande”.

-¿Es muy dinámico el mercado y quizás lo que hoy es un puesto con mucha demanda en unos años no lo es?

-Sí, tal cual. Pero de todas maneras hay carreras que se mantienen. Una de ellas es la de contador, es ahora de las más solicitadas -responde Muttoni-. Si alguien no sabe qué estudiar, contador es una gran opción porque es muy demandado, toda la vida fue y sigue siendo. Toda la formación en ciencias económicas es muy buena en Uruguay, y son valorados en muchas áreas, que tienen que ver con el liderazgo y la articulación, y no solamente con la parte contable.

La contadora.

Con 20 años Valentina se lanzó al mundo laboral. Es estudiante en la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la Udelar, trabaja nueve horas por día y gana unos 950 dólares al mes, más las horas extras, que en los meses de zafra siempre se dan.

Facultad de Economia pasillos.bmp
Pasillos de Facultad de Economía.
Foto: Juan Manuel Ramos.

Rumbear hacia el campo laboral no fue una decisión que tomó basándose en una necesidad de tener un ingreso, sino que fue un consejo que le dieron sus profesores. “Los propios docentes siempre nos dicen que es importante que tengamos experiencia”, responde la joven que se vino a la capital a estudiar, pero que nació en Melo.

No sabe muy bien cómo va a seguir estudiando. “Estoy en el tercer año de contador público y hago la licenciatura en administración también, cursando el sexto semestre de ambos”, cuenta. Y claro al principio fue un desafío, pero de a poco se fue organizando. Porque era aprender en la facultad y también en el trabajo: “Eso cansa”, reconoce. “El trabajo me ha brindado la oportunidad de poner en práctica los conocimientos teóricos adquiridos en la facultad. A veces es sorprendente ver cuán diferente es el mundo real del que nos pintan en el aula”, afirma Valentina, quien desde pequeña tenía claro que lo suyo eran los números.

Con un horario laboral de nueve horas, asume el papel de analista financiera, una especie de asistente contable con un poco de responsabilidades administrativas. Por la red social LinkedIn encontró su trabajo actual en una multinacional del rubro inmobiliario. Y si bien se reconoce tranquila ahí, dice que es muy difícil saber lo que realmente le gusta.

En su caso fue clave el nivel de inglés, porque lo usa para trabajar. “Tengo hasta First”, revela con orgullo. Pero el balance entre el trabajo y la universidad a menudo es un acto de malabarismo, admite. Igual que ella, la gran mayoría de sus compañeros trabaja y estudia.

Ingeniero en Sistemas.

Matías empezó a trabajar con 22 años y ahora es casi ingeniero en sistemas. Tiene todas las materias aprobadas y la tesis casi lista. En este momento tiene 24 años, está ganando unos 60.000 pesos líquidos, pero hace solo dos años entró ganando 30.000. Sí, en dos años se le duplicó el sueldo, y no se le sumaron tareas ni nuevas responsabilidades, solo su productividad mejoró.

Él trabaja en una empresa mediana, de cerca de 100 empleados, en el rubro de la programación. Siempre tuvo claro que iba a ir por la ingeniería. “Mi hermana mayor es ingeniera, entonces ya conocía un poco”, cuenta el joven, quien al igual que Valentina tiene un buen manejo de inglés.

De las zonas francas instaladas en el país, Zonamerica es la que emplea a mayor cantidad de personas, con una participación del 48%. Foto: Zonamerica
Mirada exterior de Zonamérica. Foto: Zonamérica.

En las empresas multinacionales del área de ingeniería en sistemas se llega a pagar por recomendar a un trabajador. Muttoni, el director de Advice, cuenta a El País que “se puede comenzar con 100 o hasta 500 dólares, por referenciar, y por supuesto que la persona tiene que pasar el período de prueba y tener una buena productividad”. Pero Matías no consiguió su primer trabajo porque lo recomendaron, sino porque él mismo se puso a buscar en LinkedIn. “Entré a buscar y mandar currículum por todos lados, y enseguida conseguí”, cuenta el estudiante, quien también ya es docente grado uno de la Udelar.

Él terminó el liceo en un colegio privado y dice que las diferencias que hay en el primer año de ingeniería son grandes. “Tuve el privilegio de aprobar todo el primer año, porque yo venía con muy buena base”, dice, “pero esto no le pasaba a compañeros del interior y de liceos públicos”. Aunque, claro, esa fue su experiencia y nada permite asegurar que una formación previa en un colegio privado garantice un mejor futuro universitario.

Rossana Grosso, directora de la Consultora PwC Uruguay, explica que lo que está ocurriendo con los estudiantes de las distintas carreras universitarias acompaña a lo que sucede con el mercado del trabajo.

Rossana Grosso. Foto: PwC Uruguay
Rossana Grosso. Foto: PwC Uruguay.

Todas las posiciones que tienen que ver con el mundo de la tecnología, con la analítica de datos, con el desarrollo de sistemas, están siendo más requeridos, y por eso los salarios son mayores, según explica Grosso. Pero hay un aspecto importante: “No solo en empresas de tecnología se requieren estos perfiles, sino que en empresas de todo tipo, pero que están inmersas en lo que es la transformación digital, lo necesitan”.

¿Qué ocurre? Los estudiantes con un perfil de Facultad de Ingeniería, sobre todo las orientaciones vinculadas a tecnologías de la información y a sistemas, al igual que los estudiantes de Ciencias Económicas, empiezan a tener materias en facultad orientadas a trabajos que tienen que ver con utilización de herramientas digitales. Grosso dice que el cambio en la educación universitaria se está dando, pero que no acompaña la velocidad con la que se dan los cambios en el mercado del trabajo.

Es esencial.

Balance entre el trabajo y la vida personal

Los jóvenes no buscan pasar toda su vida en una misma empresa, hoy ya no es común que estén más de cinco años quietos, lo habitual es que se den cambios. Pero no solo en lo laboral, sino en los objetivos y metas personales. Viajes por distintas partes del mundo, o estudiar en otro país por un par de años, es moneda corriente entre los universitarios. Rossana Grosso, directora de PwC, dice que hay un comportamiento que cada vez es más frecuente en el mercado: “Hoy la importancia del equilibrio entre trabajo y vida personal es fundamental, como también el tener un entorno laboral adecuado”.

Además de apuntar a buenos salarios, las empresas están prestando cada vez más atención a factores “más humanos” que influyen en el bienestar de sus “colaboradores”. Por eso el teletrabajo y los horarios flexibles se han vuelto elementos claves. La idea es “retener y atraer talento”, dice Grosso. De hecho, es claro que la pandemia de covid-19 aceleró la adopción de estas prácticas por parte de las empresas, permitiendo a los empleados priorizar sus responsabilidades personales sin sacrificar la eficiencia en el trabajo.

La directora de PwC es también docente en la Universidad ORT y dice que es necesario que los jóvenes tengan una dimensión real del perfil de su carrera. “Nosotros por ejemplo llevamos a egresados para que cuenten su experiencia, pero lo importante es que el estudiante sepa que el mercado es muy diverso”.

Según los datos de PwC a julio de 2023, las carreras de ingeniería y computación tienen las medianas de sueldo más altas (unos 148.000 pesos nominales), seguidas por finanzas y recursos humanos (ver gráfica). Estas medianas contemplan desde los cargos altos a lo bajos.

Lo social.

LO SOCIAL. La Facultad de Psicología de la Udelar no tiene una cartelera física con ofertas laborales. Sí cartelería con información de cursos y datos sobre resultados de exámenes. “Todo lo que es trabajo lo ”, contesta una estudiante en la fotocopiadora.

“Podés ir hasta el final del pasillo y fijate bien, pero creo que no hay nada de eso ahora”, dice el responsable de vigilancia. Y sí, tenía razón, un par de ofertas de educador se perdían en una cartelera con todo tipo de información. Desde clases de yoga a venta de hamburguesas veganas, pasando por oferta de servicios de corrección de estilo de tesis.

La diferencia en los sueldos entre carreras de ciencias humanas y las anteriores que venimos contando en este informe son grandes. La directora de PwC habla de al menos 30%, si se toman en cuenta las ofertas laborales a las que se puede acceder siendo estudiante.

Facultad de Derecho es el servicio que tiene más cantidad de docentes que superan los 70 años. Foto: F. Ponzetto
Fachada de Facultad de Derecho. Foto: Fernando Ponzetto.

Volvemos a las carteleras. Las situaciones son similares en Facultad de Ciencias Sociales, Facultad de Comunicación y Derecho. Las ofertas laborales no están a la vista. “Todo está en la web, esto cambió hace 15 años más o menos”, cuenta el jefe de vigilancia de Facultad de Derecho y Sede Central de la Udelar, que está sobre la Avenida 18 de Julio. “Lo que pasaba era que se daba un desorden completo, cualquiera entraba y pegaba algo”, no solo ofertas laborales, explica, sino que alquiler de habitaciones o clases de apoyo para salvar exámenes.

Estas facultades cuentan con distintos convenios, para que los estudiantes hagan sus primeras experiencias laborales. Depende de cada caso, pero hay prácticas preprofesionales, y pasantías remuneradas. En estas bolsas de trabajo hay ofertas variadas, entre las más comunes están las que se hacen con la Intendencia de Montevideo.

Algunos de los expertos dicen que a los jóvenes les falta información a la hora de elegir qué estudiar. El director de Advice propone la realización de un test de orientación vocacional, como una herramienta más: “Que al menos le de un panorama”, aunque claro, no todos pueden acceder a pagar este servicio.

Los estudiantes consultados para este informe son solo una foto de lo que puede ser cada experiencia, y mientras algunos entienden que una salida laboral con un sueldo alto es importante, muchos otros no ven en ese punto la prioridad.

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Pasillos de Facultad. Foto: Juan Manuel Ramos.

“M’hijo el doctor, paso ahora a ser el licenciado, el universitario”, dice el director de Advice. Y mientras en las aulas de Ingeniería se forman los que por el momento están teniendo más oferta, el área de la salud mental y de cuidados comienza a vislumbrarse con más demanda. “Pienso que cada vez vamos a vivir más, y que van a surgir otras necesidades, es todo muy dinámico, desde hace unos años hablamos del crecimiento en la demanda de ingenieros de sistemas”, dice Muttoni.

-¿Pero no hay garantía de que siga siendo lo demandado por el mercado?

-No, claro que no. Solamente puedo opinar sobre los datos que tenemos hoy.

Orientación vocacional.

“El mundo de la educación y el del trabajo se dan la espalda”

Un mundo de posibilidades se abre a los 16 años, cuando aún la personalidad se está definiendo y no hay nada claro. Los sueños de “¿qué quiero ser cuando sea grande?” necesitan una respuesta que los adolescentes uruguayos tienen que tomar de forma rápida y con muy pocas herramientas disponibles.

Estudiantes en clases en Facultad de Economía .
Estudiantes en clases en Facultad de Economía . Foto: Juan Manuel Ramos.

El economista Felipe Migues, que trabajó para el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), dice que es fundamental entender que “el mercado de trabajo demanda un conjunto de habilidades y por eso muchas veces terminás haciendo algo que no es necesariamente aquello para lo que te formaste”. Migues explica que se dan reconversiones, “pero la formación universitaria sigue siendo importante para el trabajo que la persona realiza.

Para poner un ejemplo habla de los sociólogos y dice que “no terminan haciendo la réplica exacta de aquello que estudiaron pero trabajan en otros roles”. Con el paso de los años empezó a surgir la necesidad de que las personas con formación en Ciencias Humanas ocupen cargos de importancia: “La evidencia en países de Europa muestra que las habilidades más demandadas son las blandas y son las más pagas también”. ¿Pero por qué se da esto? “Porque lo técnico cambia permanentemente y se puede aprender rápido”.

El economista es muy crítico sobre el vínculo entre educación y trabajo en Uruguay: “El mercado de trabajo no valora especialmente finalizar bachillerato en términos de acceder al empleo. Y la educación mira con mucha desconfianza a las empresas”. En conclusión, para Migues “el mundo de la educación y el del empleo trabajan de espalda”.

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