Con el presidente Tabaré Vázquez y la entonces ministra de Industria Carolina Cosse en primera fila, el 12 de noviembre de 2018 se inauguró el Antel Arena. Desde aquel entonces (e incluso desde antes) la obra ha estado envuelta en polémicas políticas que derivaron en una investigación en Fiscalía por denuncias de presuntas irregularidades durante la construcción. Pasaron cinco años y en el medio hubo una pandemia, donde el recinto funcionó como el vacunatorio más grande del país. Lo cierto es que el complejo multipropósito creó una grieta y es tema recurrente en las discusiones entre los partidos, tanto para elogios como críticas. El Antel Arena despierta amores y odios.
A cinco años de aquella inauguración, ¿cuánto recauda al año y cuáles son sus gastos de mantenimiento? ¿Es rentable o puede serlo en algún momento? ¿Cuántos empleados trabajan allí? ¿Qué ventajas trajo para la realización de espectáculos artísticos y para los partidos de básquetbol?

Según datos que obtuvo El País a través de un pedido de acceso a la información pública, desde su apertura todos los años el Antel Arena ha tenido pérdidas, aunque estas han ido menguando. Veamos: 2019 fue el año más negativo (1180.390.939 pesos de saldo negativo), seguido por 2020 (315.678.279 pesos), 2021 (195.030.777 pesos) y 2022 (108.998.672 pesos).
Es importante tener en cuenta que desde el 13 de marzo de 2020 y hasta noviembre de ese año, no hubo espectáculos en el lugar. Luego se volvieron a suspender en mayo de 2021 y se reactivaron en julio de ese mismo año.
En 2021 y 2022 el Antel Arena funcionó como vacunatorio y allí se aplicaron más de 1.200.000 dosis y trabajaron unos 400 trabajadores de los equipos sanitarios.

Para 2023 las expectativas de las actuales autoridades son “intentar que cierre sin pérdidas, lo que no ha sido sencillo porque depende mucho de los ingresos que genere el Antel Arena”, dice a El País una fuente de la empresa. Y agrega que, según el acuerdo de gerenciamiento actual, Antel se hace cargo de “todo lo que haga falta pagar en el Antel Arena”. Por eso, en esta gestión “se hace un trabajo de control y acompañamiento muy importante para asegurarse que haya un uso eficiente y eficaz de los dineros” con el objetivo de lograr que el complejo no dé pérdidas, dicen desde la empresa.
La información de ingresos y egresos anuales operativos surge de los balances de Antel realizados por la Gerencia de la División Económico Financiera de la empresa estatal.
Para calcular el saldo neto se debe restar la diferencia entre egresos e ingresos. En 2019 los ingresos fueron de 175.451.990 pesos y los egresos de 1.355.842.929 pesos; en 2020 hubo ingresos de 74.654.518 pesos y egresos de 390.322.797 pesos; en 2021 ingresos de 39.377.643 pesos y egresos de 234.408.420 pesos; y en 2022 ingresos de 151.149.034 pesos y egresos de 260.147.706 pesos.
Dentro de los ingresos operativos se incluye el alquiler del complejo, alquiler de equipamiento, comisiones por recaudación de entradas para diferentes eventos, premium seating, las suites, publicidad y esponsoreo e ingresos por servicios de staff.
Dentro de los egresos, gastos de operación, energía eléctrica, tributos municipales, gastos de personal, pérdida por deudores incobrables, Impuesto al Patrimonio, depreciaciones y desvalorización por bienes de uso, entre otros.
Un dato que aparece muy alto en los primeros años es este último de la “desvalorización de los bienes de uso”. Los bienes de uso son aquellos que se compran y que están relacionados con el uso (no son durables), por lo que se deben reponer. Desde Antel indican a El País que ese dato ha ido bajando porque la administración actual “está encima de todos los gastos para control y mejora de eficiencia”.
Los estados financieros de Antel señalan que la categoría Propiedad, Planta y Equipo “y otros activos no corrientes de vida útil definida se someten a pruebas por deterioro de valor cada vez que ocurren hechos o cambios en las circunstancias que indiquen que su valor en libros pueda no ser recuperable”. En este sentido, detallan que el valor recuperable de los activos refiere “al mayor entre el monto neto que se obtendría de su venta o su valor en uso”.
Para determinar el valor en uso del activo se consideran distintas variables: inversión realizada y a realizarse, financiamiento asociado a su construcción, ingresos y costos proyectados, derechos de uso del complejo multifuncional, derecho de utilización del nombre y tasa de descuento.
Más datos.
El Antel Arena gasta por mes 4.087.271 pesos en mantenimiento, según los datos de la última rendición de julio de 2023, incluidos en la respuesta al pedido de acceso realizado por El País. Esos gastos corresponden a la suma de lo que se paga en limpieza, seguridad, luz y agua. Solo a UTE se le pagó 1.665.327 pesos en julio. La seguridad y la limpieza se hacen diariamente, pero también por evento.
¿Cuántos shows se realizan por año? En los dos meses de 2018 en los que funcionó hubo 18 eventos y en 2019 —aún sin pandemia— se realizaron 115 eventos, incluyendo espectáculos, actividades corporativas y deportivas. En 2020 y 2021 se usó bastante menos el estadio por la emergencia sanitaria, en el primer año hubo 33 eventos y en el segundo 61. Pero el lugar se utilizó para la vacunación contra el covid-19: 168 días en 2021 y 59 en 2022.
Ese año el complejo fue utilizado 92 veces para espectáculos musicales, corporativos o deportivos. En lo que va del 2023, con datos hasta setiembre, el lugar albergó 71 eventos de distinta índole.
En el Antel Arena trabajan 25 personas que son contratadas y en forma indirecta la cantidad de empleados contratados es variable, según el evento.

Las actuales autoridades creen que la inversión en el Antel Arena “no es rentable” porque “el complejo terminó costando tres veces lo anunciado y no es de Antel, hay que devolverlo a la Intendencia de Montevideo en 25 años”. Esto dice a El País una fuente de la empresa. Su actual presidente Gabriel Gurméndez, quien renunciará la próxima semana al ente para ser precandidato a presidente por el Partido Colorado y no aceptó dar declaraciones para este informe, dijo en 2021 durante una interpelación en el Parlamento por la construcción del edificio: “Si uno gasta tres veces lo anunciado, y el tiempo que tiene el bien es limitado, se hace imposible el retorno de la inversión”.
La posición de las actuales autoridades es que gerenciar un complejo de este tipo no es una tarea de la empresa pública y que la construcción “no estaba en los cometidos de Antel, como ya lo establecieron observaciones del Tribunal de Cuentas y un informe de la Junta de Transparencia y Ética Pública”.
Pero el complejo ya está hecho.
La denuncia y la respuesta.
El 8 de noviembre de 2021 Antel presentó en la Fiscalía de Delitos Económicos una denuncia penal por la construcción. En agosto pasado, el exvicepresidente del ente Robert Bouvier declaró que costó 120 millones de dólares, según datos de una auditoría interna del complejo. Esta causa comenzó siendo investigada por el fiscal Enrique Rodríguez y en febrero pasado cambió: se le asignó a Alejandro Machado.
¿Y qué opina Cosse?
—La auditoría menciona que se gastaron unos 120 millones de dólares, bastante más de lo previsto.
—Es un invento esa cifra que están diciendo —responde la intendenta— es un invento mayúsculo porque hasta contabiliza los salarios de los funcionarios del empleo.
Ella es algo así como la madre del proyecto. Lo impulsó desde la época en la que fue presidenta de Antel, de 2010 a 2015. Recordemos que el incendio del Cilindro Municipal llevó a la posterior demolición el 12 de mayo de 2014, que costó unos 700.000 dólares. Y la construcción estuvo trancada incluso por diferencias internas en los gobiernos del Frente Amplio hasta que Vázquez dio luz verde en su segundo gobierno.

En diálogo con El País, Cosse niega el costo total de la obra manejado por esta administración. “Nosotros anunciamos una obra civil, lanzamos un concurso de ideas, y ahí explicamos que esa construcción tenía previsto 40 millones de dólares que después terminó en 44. Siempre fue un proceso transparente y que, además, desde el punto de vista de los costos de los arenas en el mundo es muy competitivo”, dice la intendenta.
Cosse sostiene que en el expediente inicial del proyecto “esto está perfectamente explicado porque en general se calcula según varios factores, entre otros según la población de cada lugar”. Y agrega: “El monto que dan incluye otras cosas que en realidad no están contempladas. Parte del directorio de Antel ha generado una operación política de muy bajo nivel”.
Según Cosse, antes había “una visión de futuro” y de estrategia que “hoy no estaría pasando” bajo la conducción de Gurméndez.
—En 2020, el ministro de Industria Omar Paganini dijo en una entrevista en el programa radial Todo Pasa de Océano FM que “el negocio del Antel Arena, según su propio plan de negocios, produce en el orden de un millón de dólares por año y costó 100 millones, o sea que vamos a tener 100 años para pagar el Antel Arena”.
—Es un disparate. Es como si vos me dijeras que vas a pagar el Estadio Centenario o que el Palacio Salvo lo vas a considerar como una inversión en ladrillos, ¿no? Es lo mismo, tratar de aplicar una lógica de recuperación de la inversión en función de los ladrillos como si fuera solo una obra civil.
Para la intendenta de Montevideo, el retorno mayor del lugar “está en lo que se llama naming rights” con el fin de afianzar la marca. “Antel es una empresa que logró, con una estrategia clara, avanzar muy fuerte sobre su competencia, no perder facturación y cambiar su modelo de negocios. Son tres cosas que son muy difíciles de conseguir en el mundo”, agrega Cosse.
La exjerarca de Antel sostiene que, cuando asumió en el ente, “la mitad de la facturación venía de la telefonía fija”. “Si no hubiéramos tenido una estrategia, ¿dónde estaría ahora Antel?”, pregunta. “Fue importante tener una estrategia que cambiara eso, que pasara a ser de datos y mantener esa facturación. Y le ganamos varios puntos a nuestra competencia”.
—En el propio Frente Amplio hay quienes cuestionaron la construcción del Antel Arena. Por ejemplo, el exministro de Economía y exvicepresidente Danilo Astori ha sido crítico. Una vez dijo en el programa Periodistas de canal 5 que “tuvo efectos negativos” en otras obras y puso como ejemplo la crisis del agua. Que hubiera sido mejor invertir el dinero en OSE y no en el Antel Arena.
—Antel hizo esta obra con fondos propios y además le entregó como corresponde al gobierno nacional, a rentas generales, cientos por no decir miles de millones de dólares —responde la intendenta—. También se entregaron al Estado, a través de la DGI, miles de millones de dólares con los cuales se podrían haber construido, no sé, 80 represas o haber construido cientos de obras. Así que hay que separar las cosas y nombrar las cosas como lo que son.
¿Cuánto sale alquilar el Antel Arena?
El precio de alquiler del Antel Arena para shows o eventos es un 8% sobre la recaudación neta, con un valor mínimo para espectáculos de 200.000 pesos más IVA y un máximo de 1.300.000 pesos más IVA. En eventos corporativos el mínimo es de 40.000 pesos más IVA, considerando un aforo máximo de 50 personas, y el valor máximo es de 700.000 pesos más IVA por eventos que involucren un público masivo de hasta 10.000 personas. Incluye portería, personal de baños, audio y luces en formato básico.
La visión de los productores musicales.
La intendenta dice que, desde que existe el Antel Arena, “hay más cultura, porque permite shows de primer nivel” y ha sido elogiado por artistas nacionales e internacionales.
La cultura ha sido una especie de caballito de batalla de Cosse. Pero lo cierto es que, además de shows musicales y culturales, se han realizado eventos empresariales, charlas, reuniones y eventos deportivos como las finales de la Liga Uruguaya de Básquetbol, o partidos de la selección de básquetbol.
El primer partido en el Antel Arena se disputó el 29 de noviembre de 2018, con victoria de Uruguay ante Puerto Rico por 64 a 62, por las eliminatorias a la Copa del Mundo FIBA China 2019. Para eventos deportivos puede albergar a unas 11.000 personas, que puede ser flexible y adaptarse a diferentes configuraciones de acuerdo a las características de cada partido.
¿Y qué pasa con la música? Para Danilo Astori Sueiro —productor, gestor cultural, empresario y director de La Trastienda y la productora Gaucho— el Antel Arena significa “un antes y un después en la línea de tiempo” en Uruguay. “La ciudad y el país tienen un venue versátil en donde se pueden llevar a cabo recitales que no podrían desarrollarse en otro lugar de la ciudad. Se extiende el concepto de cultura e integra el deporte y el entretenimiento en general”, opina Astori, hijo del líder de Asamblea Uruguay.
Astori Sueiro, quien ha organizado más de 30 recitales en este escenario, destaca la versatilidad del lugar: “Se adapta a diversos formatos de eventos, por ejemplo exposiciones, ferias y actividades empresariales privadas. Es uno de los lugares donde nuestro equipo está más cómodo a la hora de realizar un show”.
Y agrega: “Desde mi experiencia puedo decir, y a esta altura confirmar, que el Arena era absolutamente necesario para la expansión de la experiencia de la música en vivo en nuestro país. Su aforo y la posibilidad de configurar dicha capacidad según tal o cual show o artista lo hacen único”. Para el director de Gaucho, “decenas de shows, cerca de los cien diría ya, no se hubieran realizado en este país de no contar con este recinto”.
En ese sentido, cree que el Antel Arena “ha facilitado” la posibilidad de que se hagan shows de artistas internacionales en Uruguay. Astori pone como ejemplo “concreto y puntual” el show que la banda británica The Cure dará en el lugar el 27 de noviembre, en el marco del festival Primavera 0. “The Cure en Montevideo buscaba un show de arena, no estaba para un estadio. Eso será histórico lógicamente, y es gracias también al Antel Arena”, opina.
Astori dice que “cualquier país desarrollado necesita que el Estado invierta en cultura y esparcimiento” y que lo del Antel Arena debe ser comparado con el Auditorio Nacional del Sodre, el Teatro Solís o el Teatro de Verano.

Su colega Ruben Yizmeyián, empresario y propietario de Chévere Producciones, coincide bastante con Astori. Considera que el Antel Arena “es un venue inédito para nuestra capital, con una infraestructura acorde para la realización de eventos artísticos y deportivos, reúne características y condiciones muy buenas, excepcionales”.
El productor destaca que es “un lugar cerrado, que tiene una buena acústica, una infraestructura acorde con los requerimientos de hoy día de lo que es un venue adaptado a las solicitudes y exigencias, no solamente de nosotros los promotores, sino de los artistas que nos visitan, brindando un marco en el que en todo el año se pueden desarrollar eventos, ya que nuestro clima subtropical es muy variable”.
Para Yizmeyián, “nos hemos puesto mucho más a tiro por disponer de un Antel Arena, pero esto también ha potenciado que el Teatro de Verano se mejore, que el Estadio Centenario tenga una actividad más frecuente de visitas de grandes artistas, pero sobre todas las cosas también nos ha potenciado en el hecho de que el público le ha dicho sí”.
En el Antel Arena Yizmeyián produjo cinco shows del cantante argentino Luciano Pereyra, la presentación del cantante puertorriqueño de salsa Gilberto Santa Rosa y el festejo por los 85 años de la murga Araca la Cana. A la hora de trabajar en el lugar, destaca “la comodidad, transportación, estacionamiento amplio” y que hay “una mejora urbana considerable, rescatando una zona, rescatando un barrio”.
Sobre su construcción, Yizmeyián sostiene que hubo una buena visión. “Más allá de cualquier otra consideración, que hasta el día de hoy se discute en cuanto a inversión y demás, yo creo que Montevideo lo necesitaba y está ahí, lo disfrutamos todos, y nos brinda la posibilidad muy organizada y cómoda de realizar eventos”.
Otra discusión, claro, es si en un país como Uruguay —con las urgencias en temas tan distintos como educación, seguridad, salud y pobreza— se debía destinar (o no) todos esos millones de dólares a un estadio y lugar de espectáculos musicales. En este punto es donde empiezan las grandes diferencias.
Un proyecto muy discutido
La intendenta de Montevideo Carolina Cosse dice que el Antel Arena se desarrolló con una estrategia que apuntó a consolidar a la empresa bajo el paraguas de otros proyectos. “El principal era el proyecto de fibra al hogar, que había empezado en 2010 y venía logrando una adhesión muy importante en los hogares. Al mismo tiempo se desplegaba un acuerdo con Google para ser copropietarios de un sistema propio de submarino de banda ancha”, dice Cosse a El País.
Y sostiene que, cuando asumió en Antel, “la banda ancha internacional se la comprábamos a terceros con un monto muy grande: tener un sistema propio era importante”. En ese sentido, destaca en ese listado de proyectos al cable submarino que, a su entender, “permitía consolidar la autonomía de Uruguay” y, al mismo tiempo, la inauguración del data center “para anticiparnos a lo que hoy es la economía en la nube”.
Cosse reconoce que este paquete de proyectos pensaban “cerrarlo con un arena”. En octubre de 2010 se produjo el incendio del Cilindro Municipal -que luego fue derrumbado-, y observaron “una necesidad de Montevideo de un proyecto oportuno”.
Sin embargo, el proyecto fue cuestionado desde el propio Frente Amplio y el entonces vicepresidente Danilo Astori fue uno de los más críticos. El estadio se terminó construyendo en el segundo gobierno de Tabaré Vázquez y se inauguró en noviembre de 2018.