NUEVO DIRECTOR DE SECRETARÍA
El número tres de Desarrollo Social será el encargado de liderar dos procesos clave: la creación de una estructura administrativa para los funcionarios, y las auditorías sobre las irregularidades.
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Nicolás Martinelli tiene 38 años, es abogado, y trabaja con Luis Lacalle Pou desde que empezó en política. Asegura que tiene experiencia en que lo miren con desconfianza, como ahora en el Mides, por su pasaje como concejal en el municipio E, entre 2010 y 2015. Reconoce los desafíos que supone reordenar el Mides pero asegura que se llevó consigo “un equipo de leones” para hacerle frente.
El primer día que entró al ministerio, sintió que se metía con un “monstruo”. Vio la pila de expedientes atrasados y se sintió desbordado. Pero le duró “unas horas”. Se dijo: “Tranquilo, yo no voy a firmar ningún expediente, primero lo va a revisar la gente de mi confianza. Lo que quedó para atrás no es responsabilidad nuestra. Lo vamos a solucionar, pero calma”.
En los días que lleva al frente de la Dirección General de Secretaría, empezó a descubrir que los expedientes podían pasar meses trancados porque nadie tiene la responsabilidad explícita de hacerle un seguimiento. Vio que hay solo un abogado capacitado para redactar los pliegos de una licitación. Vio, también, que cada departamento tiene su propio equipo de finanzas, de abogados y hasta de comunicación, y definió que todo se centralice en uno. Martinelli ya encargó un software que avise cuando se está por vencer el plazo de un convenio, para evitar que caiga sin aviso y que después haya que recurrir a mecanismos teóricamente excepcionales, que en el Mides se habían vuelto corrientes.
“Quizás en algunas cosas hay que hacer alguna reestructura grande de algún tema. Hoy me parece que el gran nudo que hay acá, es que esto funcionaba a lo que venga, sin orden, sin protocolo”, dice.
“Hubo desorden, desidia y cambios permanentes. Acá arrancó Marina (Arismendi) con una impronta, vino (Daniel) Olesker con otra impronta y cambió cosas, volvió Marina, deshizo lo que hizo Olesker y volvió a poner su impronta. Me da la sensación de que la administración de Olesker fue más ordenada y es un poco lo que me ha transmitido la gente acá adentro. Tenía una estructura más chiquita y quizás un poco más eficiente, y más de estadística. En la época de él, la Dirección de Evaluación y Monitoreo era mucho más poderosa, se le daba mucha importancia. Ya en la época de Marina, la cosa cambió. Se les da importancia a otras cosas, la estructura creció mucho más, de gente, direcciones nacionales… Y obviamente se le escaparon los procesos. y ahí tenés los cuellos de botella y las observaciones del Tribunal de Cuentas”, relata. Y afirma: “Es una estructura que se desbordó. Al Frente el Mides se le fue de las manos”.
Martinelli colaboró con Martín Lema en el informe de solicitud de investigadora parlamentaria en marzo de 2019 y hoy, en su nueva función, les pone cara y nombre a todas las irregularidades que allí se mencionaban. Desde la cooperativa de limpieza que se creó para gestionar a un centro de atención a personas con discapacidad mental, o la asociación que quería ser una radio comunitaria y terminó gestionando un refugio, hasta las más de 400 observaciones que el Tribunal de Cuentas le hizo al Mides en el último período. Le perturba el desorden administrativo, los contratos temporales que se volvieron permanentes, los cargos que fueron creados con nombre y apellido (frenados en su momento por Uruguay Concursa, y luego regularizados por ley por la mayoría del Frente en el Parlamento), y por eso una de sus prioridades, si no la principal, será diseñar la carrera administrativa del ministerio.
Ante tantos frentes de batalla, dice: “Hoy son incendios que se irán apagando e iremos acomodando. Si no creyera eso, no tiene sentido que esté acá”.