MINISTERIOS A CAMBIO DE LEALTAD PARLAMENTARIA
Ahora hay que negociar. Lacalle Pou obtuvo una victoria soñada y llamó a crear un gobierno multicolor. Talvi y Mieres están de acuerdo, pero prefieren no incorporar a Novick y Manini Ríos. ¿Qué condiciones pondrá cada uno en esta alianza? ¿Qué ofrecerá el Partido Nacional para obtener el apoyo?
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Luis Lacalle Pou dice que para que un gobierno de coalición funcione hay que pensarlo como si fuera una carpa. El próximo presidente y su partido serán la varilla que se coloque en el centro, y las demás fuerzas políticas son las que se encargarán de tironear la lona, cada uno para su lado, haciendo que la carpa se mantenga abierta y en pie. Por eso, señala el líder nacionalista, es importante que el Partido Independiente se una a ellos y a los colorados, pues la presencia de una fuerza de centro izquierda será vital para que -en caso de ganar- el próximo gobierno pueda representar a la mayor cantidad de uruguayos posible.
“Si un gobierno tiene tensiones naturales sobre una punta, sobre un lugar ideológico, sobre un lugar programático; pero no tiene tensiones desde la otra punta, el gobierno no se dedica a centrar, sino a tirar para nivelar la carpa. Yo le asigno una importancia vital al Partido Independiente en el próximo gobierno, porque los equilibrios ideológicos son necesarios”, dice Lacalle Pou a El País, desde su oficina en la sede de su sector político, Todos, a menos de una semana de imponerse por amplia mayoría como el candidato de los blancos. “Si tiran solo de un lado, o se cae la carpa o tenés que empezar a tirar vos. La particularidad de un gobierno de tres, cuatro o cinco partidos, hace que uno tenga más elementos para centrar”.
Tres, cuatro o cinco partidos, dice Lacalle Pou. Y este es el primer escollo que la oposición deberá sortear de cara a la formación de una coalición que le sirva para derrotar al Frente Amplio en el balotaje de noviembre. La noche del 30 de junio le salió redonda al líder de los blancos: les ganó a sus compañeros de partido por una ventaja aplastante, pudo imponer a Beatriz Argimón como su candidata a la vicepresidencia y desarticuló, así, cualquier conflicto interno que se pudiera generar por parte de filas sartoristas, que de haber logrado una buena votación seguro habrían reclamado un lugar en la fórmula.
Durante su discurso sobre el escenario ubicado frente a la Casa del Partido Nacional, Lacalle Pou dijo que el próximo gobierno tenía que ser “multicolor”, y llamó a construir puentes con el colorado Ernesto Talvi y el independiente Pablo Mieres; pero también con el líder del Partido de la Gente, Edgardo Novick, y el de Cabildo Abierto, el exjefe del Ejército Guido Manini Ríos. En este punto difieren Talvi y Mieres, que no ven con buenos ojos que Novick y mucho menos Manini, también estén sentados en esa mesa.
“En esa mesa tienen que estar sentados los partidos con trayectoria, que tengan participación parlamentaria, que tengan proyecto de país, programa de gobierno, propuestas y equipos consolidados. Y esos partidos son el Nacional, el Colorado y el Independiente”, advierte Talvi desde la sede de Ciudadanos, el sector que rompió en las últimas semanas con todos los pronósticos y logró imponer al economista ante el dos veces presidente Julio María Sanguinetti. Talvi teme la “pulverización del sistema en partidos pequeños y ocasionales”, y advierte que hay que mirar las lecciones que ha dado España, donde hay ocho partidos en el Parlamento y la posibilidad de lograr acuerdos se ha convertido en una misión cada vez más dificultosa.
El candidato de los colorados sostiene que su partido, los blancos y los independientes deberían firmar, antes de las elecciones de octubre, un acuerdo con líneas programáticas comunes, que sirvan para que la ciudadanía sepa que hay un pacto real entre las tres fuerzas políticas. Confía en que si esto sucede, lograrán generar una mayor confianza y juntos “por sí solos, llegar al 50% de los votos, para así no necesitar a otros partidos pequeños y ocasionales a la hora de lograr mayorías, pues esto puede dificultar luego la gobernabilidad”.
Mieres, en tanto, es más enfático en la imposibilidad de llevar adelante una coalición que esté integrada a su vez por el Partido Independiente y Cabildo Abierto. “Nosotros somos un partido de centroizquierda. La semana pasada Manini Ríos denostó nuevamente al Poder Judicial, lo llamó un fiscal por lo que dijo en el Tribunal de Honor y lo acusó de intencionalidad política”, señala Mieres desde su despacho en el edificio anexo al Palacio Legislativo. Para él, la inclusión o no de Manini en el gobierno multicolor es un punto “fundamental en el que se juegan las características del cambio”.
“Hay que armar una coalición, pero no cualquier coalición. Nosotros tenemos límites. Y en caso de que no se quieran respetar esos límites, seguiremos estando en donde siempre estuvimos; seguiremos siendo el mismo partido de centroizquierda defendiendo nuestras ideas”, continúa Mieres, que también advierte que para él un punto fundamental para arreglar con los otros partidos es no cesar la búsqueda de desaparecidos en la última dictadura militar. En el mismo sentido se pronuncia Talvi, que dice que “a la gente no se la puede tragar la tierra”.
Manini Ríos, que no quiso hacer declaraciones para esta nota, advirtió el jueves en el programa Así nos va, de radio Carve, que “algunas personas se arrogan el derecho de invitar a la mesa" de un posible gobierno de coalición, y aclaró que su partido no tiene interés en participar.
Lacalle Pou, que según marcan las encuestas será el líder de este nuevo gobierno en caso de que la oposición gane, advierte que armar una coalición “no se trata de que todos estén contentos, sino de formar un instrumento multicolor para el bien del país”. Y agrega: “No soy analista político ni politólogo, hay que ver lo que pretende Cabildo Abierto políticamente. Es algo que todavía desconozco. Cada partido tiene una visión partidaria. Si las visiones son opuestas, si son caminos totalmente paralelos, va a haber que elegir. Si hay puntos de contacto, ahí veremos qué se puede hacer. Capaz que hay niveles medios de participación, que no todos tienen un compromiso con el Poder Ejecutivo, pero sí acompañan en el Parlamento cuando se traten asuntos importantes como la ley de urgente consideración o la norma presupuestal. Yo no quiero amputarme a nadie todavía”.
En paralelo a la puja que se dio en las internas entre los partidos que tenían precandidatos, se dio un resultado sorprendente en aquellos que no contaban con pluralidad de competidores: Manini Ríos obtuvo 46.887 votos, Novick logró 6.663 y Mieres, apenas 2.015.
Sobre la participación de Novick también hay resistencias de Talvi y Mieres. El primero por considerar, justamente, que se trata de un partido pequeño del que todavía se desconoce qué representación parlamentaria va a tener. El segundo tiene discrepancias más del tipo ideológicas forjadas, entre otras cosas, por la participación del líder del Partido de la Gente el año pasado en los festejos por el triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil.
Novick, en tanto, advierte que sí está dispuesto a ser parte de un gobierno de coalición, siempre y cuando se tengan en cuenta algunas de sus propuestas, sobre todo en materia de seguridad, uno de los pilares de su campaña. “Para nosotros la seguridad es muy importante. Vamos a poner a disposición al equipo del alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani”, señala.
Generar compromisos
Hay tres ministerios que Lacalle Pou no negocia: Economía, Educación y Desarrollo Social. Los elegidos para cada una de estas carteras son, respectivamente, Azucena Arbeleche, Pablo Da Silveira y Pablo Bartol. Lo otro es todo discutible.
“Estoy dispuesto a escuchar a todos. Negociar ministerios ahora me parece inadecuado, hay que pensar en lo programático y después de octubre ponemos los nombres. En esto importa mucho el peso político que se tenga, porque el sostén parlamentario del próximo gobierno lo va a dar el peso político”, dice Lacalle Pou.
El candidato blanco sostiene que es importante que todos los partidos que participen de la coalición tengan peso en el Poder Ejecutivo, porque son ellos los que se van a hacer responsables de que en el Parlamento salgan las leyes que el gobierno quiera llevar adelante. “Si participás del Ejecutivo, participás del Ejecutivo. Te tenés que hacer responsable de las acciones y las consecuencias, te hacés responsable de los votos de tu partido en el Parlamento. Si no, no podés participar del Ejecutivo. No es un yo te doy, vos me das; es: vamos a sostener un gobierno juntos”, señala Lacalle Pou.
Aunque en el primer año la oposición, en caso de ganar, no contará con presupuesto propio, Lacalle Pou sostiene que de todos modos se pueden aprobar algunas medidas que son importantes para marcar el rumbo de cara a los próximos cinco años. En este sentido, pretende que los miembros de la coalición voten una ley de urgente consideración “que tendrá 300, 400 o 500 artículos, y que servirá para poner en marcha al país”.
Esta ley abarcaría todos esos cambios que no son presupuestales y el Partido Nacional considera “urgentes”. Entre ellos, sostiene el candidato, figuran la derogación de la obligatoriedad de la ley de inclusión financiera, aprobar la legítima defensa para los policías, la desmonopolización de la importación de combustible, la modificación de la ley de educación en lo que respecta a su gobierno -retirando de estos la representación docente- y la derogación del decreto de ocupaciones.
Talvi, por su parte, sostiene que sería deseable lograr algunos acuerdos entre Partido Nacional, Colorado e Independiente antes de la primera vuelta electoral en octubre. “Ya tuve conversaciones informales sobre esto con Lacalle Pou y Mieres, con quienes tengo una relación de confianza. Hemos hablado tranquilos, por lo bajo, sin convocar a cumbres; y creo que firmar un acuerdo previo es algo que perfectamente se puede lograr”.
El candidato colorado sostiene que este acuerdo debe incluir “cuatro o cinco líneas fundamentales”, entre ellas: una reorganización del Ministerio del Interior “para dar respuestas más rápidas a los problemas de inseguridad”, el impulso de una transformación educativa -lo que implica también una revisión de su gobernanza-, una transformación productiva y “tomar las medidas necesarias para revertir la ruptura social”. Para Talvi también es importante llegar a acuerdos en materia ambiental, pues sostiene que “con dos años más de cianobacterias se arruinará la industria turística del país”.
Lo que no se negocia
De la misma manera que Novick sostiene que el tema de la seguridad para él es vital de cara a la búsqueda de acuerdos para participar de un próximo gobierno de coalición, todos los demás candidatos tienen en sus programas pilares fundamentales. Talvi, por ejemplo, admite estar “obsesionado” con su plan de crear 136 liceos modelo para “sacar adelante a la mitad de los chiquilines que nacen y viven hoy en los cinturones de pobreza”.
Algo que une a todos los precandidatos es el proyecto de Eduy21, el colectivo independiente de expertos en educación de todos los partidos. Da Silveira, el ministro de Educación que quiere Lacalle, es parte de ese colectivo. Talvi dice que también quiere que participe del plan Fernando Filgueira, el exsubsecretario del MEC que se alejó del cargo por discrepancias con María Julia Muñoz. “Queremos que estén los más capaces”, dice.
Que el plan de Eduy21 se tenga en cuenta también es prioridad para Mieres, que incluso en la campaña hacia las internas se reunió con cada uno de los precandidatos para invitarlos a conocer el proyecto y apoyarlo. Desde el Frente Amplio, Mario Bergara fue el único que dijo estar de acuerdo con el plan propuesto por el colectivo de expertos.
Mieres también exige un pacto a nivel ético, que incluye entre otras cosas la eliminación de las tarjetas corporativas en los organismos del Estado, más presupuesto para la Junta de Transparencia y Ética Pública (Jutep), la eliminación de la mitad de los cargos de confianza -según un estudio del Partido Independiente son unos 3.000 y se podrían bajar a la mitad- y que las observaciones del Tribunal de Cuentas a partir de ciertos montos tengan efecto suspensivo, de modo que no se pueda reiterar el gasto.
Si uno revisa los programas de Lacalle Pou, Talvi y Mieres, verá que hay más similitudes que discrepancias. El candidato blanco ha dicho más de una vez que es tiempo de “dejar de jugar a las siete diferencias” para empezar a buscar los parecidos. De todos modos, lo cierto es que la incidencia de cada uno dependerá de la cantidad de votos que consiga en octubre.
“El programa que pesa es el que ganó. No quiere decir que haya que adherirse al programa del que vaya primero y punto, pero la columna vertebral es del que sea elegido por la población, porque si no se violentaría la opinión de la gente”, sostiene Lacalle Pou.
La caída del PI y el error de crear La Alternativa
“La Alternativa fue una buena idea, pero nos equivocamos. Lo hicimos sin lograr antes los niveles de acuerdo necesarios. Esto pudo haber afectado la imagen del partido”, reconoce el senador Pablo Mieres, luego de haber logrado solo 2.015 votos en las internas. La Alternativa fue la alianza que Mieres forjó con Navegantes (la agrupación de Esteban Valenti que quedó por el camino), Unir (del excolorado Fernando Amado, que aún no resolvió qué hará en octubre) y Avanza País (de José Franzini Batlle, que se sumó al PI). La alianza se rompió luego de que quien había sido elegida como candidata a la vicepresidencia, Selva Andreoli, dijera en Canal 12 que en un balotaje no votaría por los partidos tradicionales.
“El próximo gobierno va a ser un parlamentarismo 3.0. Porque el mundo moderno requiere de velocidad, y el gobierno que viene va a tener urgencias. Queremos una mayoría parlamentaria que se pueda formar con otros partidos, y para eso lo que vamos a hacer es generar un correlato multicolor dentro del Poder Ejecutivo. El peso de cada uno en la coalición se verá, según la cantidad de votos que saquen. En el medio le agrego lo más importante que tiene el gobierno que viene, que es un proyecto de ley de urgente consideración. ¿Por qué? Porque hay urgencias. El gobierno que viene está un año sin presupuesto propio; no podemos perder un día, mucho menos un año. El proyecto de ley de urgente consideración -que es una competencia, una potestad del Poder Ejecutivo, y tiene plazos perentorios de votación- va a ser un texto legal de 300, 400 o 500 artículos, con el que vamos a poner el país a andar”.
“Quiero una coalición con partidos que tengan trayectoria, que tengan participación parlamentaria, que tengan proyecto de país, programa de gobierno, propuesta de gobierno, y equipo. Esos partidos son el Nacional, el Colorado y el Independiente. Esos partidos tienen esa característica. Hay otros partidos más chicos que son, por ahora, ocasionales, porque no se han probado en las urnas: Cabildo Abierto tuvo una muy buena votación interna, pero en octubre se van a ver los pingos, y se va a ver si tienen representación y representatividad; lo mismo el Partido de la Gente, que tiene algún diputado pero fue por traspaso, no fue porque las urnas lo quisieran. Creo que con el triunfo de Ciudadanos, y con esta renovación casi total y completa de cuadros políticos, técnicos y profesionales, el Partido Colorado va a ser visto, después de 14 años fuera del gobierno, como una buena herramienta de transformación. Vamos por un lugar en el balotaje”.
Las ideas que todos comparten:
Cambios en el BPS: Tanto Lacalle Pou como Talvi coinciden en que es necesario generar modificaciones en el sistema jubilatorio, que cada año incrementa más su déficit. El plan de ambos es que cuanto más trabaje una persona, más sea el monto que este reciba a la hora de retirarse. El líder colorado tiene un proyecto por el cual el sistema pasaría a ser parecido al de las AFAP, en el sentido de que la persona cobraría en virtud de todo el dinero que haya aportado repartido entre los años que se supone le quedan de vida, teniendo en cuenta las expectativas que marcan las estadísticas. El proyecto también incluye una parte solidaria, que establece mínimos para los que no lleguen a una cifra “que les permita vivir dignamente”, señala Talvi. Lacalle Pou tiene un matiz con el colorado, en el sentido de que advierte que el nuevo plan debería empezar a funcionar para los nuevos trabajadores; Talvi advierte que “una persona de 40 años” ya podría plegarse al nuevo sistema, pero no una de 59, a la que le queda un año para jubilarse.
Cambios en la educación: Tanto blancos, como colorados e independientes miran con buenos ojos los planes del colectivo de expertos Eduy21, como base para instaurar los cambios necesarios en la enseñanza. En tanto, Lacalle Pou y Talvi advierten que sería necesario sacar a los sindicatos de la gobernanza educativa. Lacalle Pou dice que “se terminaron las corporaciones”, y advierte que en la ley de urgente consideración que espera votar en los primeros meses de 2020 en caso de llegar al gobierno, se incluirá el cese de la representación docente en ANEP y sus desconcentrados. Mieres dice que para él “no es prioridad eliminar la representación docente”.
Sin impuestos: Blancos, colorados e independientes coinciden en que no se pueden aumentar impuestos a los ciudadanos, y que las finanzas deben equilibrarse a través del ahorro. Talvi propone no tomar más empleados públicos en los próximos cinco años.