Juan Izquierdo

Un hecho trágico colocó al futbolista Juan Izquierdo como uno de los personajes del año. Su muerte paralizó en 2024 al mundo del fútbol, en Uruguay y fuera de fronteras. Y muchos no lo olvidan. Para ellos, esta será una Navidad difícil.

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Ya no se puede patear más para adelante. Es hora de ponerse a escribir. Es hora de reflexionar. “Juan, tenés presente que esta semana es la entrega de la nota de Izquierdo, ¿verdad?”, pregunta con atino —y cierta preocupación— Sebastián Cabrera, editor de Qué Pasa. Pasaron 114 días del fallecimiento de Juan Manuel Izquierdo, de aquel martes 27 de agosto, y hay algo en este fin de año que va a ser completamente diferente para decenas de familias. Llegará la Nochebuena y Lucero no podrá compartirla con su padre, como lo hizo en sus primeros dos años de vida; Felipe —ya no tan bebé y con ganas de empezar a balbucear sus primeras palabras— no verá con ojos enamorados al papá, ese al que vio solamente dos veces desde que nació; y a Selena le faltará su sostén. “No te amo con el corazón porque el corazón se detiene. Te amo con el alma porque el alma es eterna”, tiene en su estado de WhatsApp la pareja de Juan junto a sus iniciales y un corazón. Sandra y Nelson, los padres del futbolista, seguro levantarán una copa y recordarán el gusto que tenía su hijo por los tambores, lo loco que estaba desde chico por la pelota, y ese rol que tenía en la familia. De unión, de alegría. De articulador.

Tampoco será una Navidad completa en la casa de Martín Lasarte, ese que tuvo que demostrar su virtud de líder en São Paulo, pararse frente al plantel de Nacional y dar la noticia de la muerte cerebral de Juan, de lo que ya era irreversible pese a las oraciones del mundo entero por un milagro que ya no iba a llegar. Y algunos desafían el don de gente y la dignidad de Martín por haber aceptado ahora la propuesta del tricolor para seguir en el cargo tras los dichos públicos de Flavio Perchman. Si supieran por dónde pasa la dignidad de una persona... En el hogar de Diego Polenta también faltará algo, pero lo que seguro no estará ausente será esa llamada a Selena, como lo hace todas las semanas; ni la invitación al campo para que puedan compartir un momento juntos, como ya lo han hecho hace algún tiempo atrás. No será lo mismo en la casa de Fernando Brusco, Sebastián Eguren, Gonzalo Sorondo o Sebastián Taborda. Tampoco en la de Mateo Antoni, que desde Liverpool se hizo compinche de su compañero de defensa, y que en Nacional compartían habitación en las concentraciones. Leandro Lozano recordará ese momento que no se puede borrar de su cabeza, cuando fue el primero en darse cuenta de la situación en la cancha, así como el doctor Álvaro Arsuaga tendrá muy presente esa charla que tuvo con los padres el día que pisaron Brasil para acompañar a Juan. Para despedir a Juan.

Juan Izquierdo
Juan Izquierdo.
Foto: Estefanía Leal.

“Yo no te voto, pero voy a estar eternamente agradecido por todo lo que hiciste por Nacional, y en especial por cómo manejaste el tema de Juan Izquierdo”. Ese comentario que un hincha de Nacional le hizo cara a cara a Alejandro Balbi en la puerta del Gran Parque Central, el día de las elecciones del Bolso, hizo que a esa persona acostumbrada a dar declaraciones, con un cálido sentido de humor que pocos conocen y con cara de piedra —quizás innata de su profesión—, se le escaparan unas lágrimas y llegara con los ojos llorosos a una entrevista radial. El ahora expresidente de Nacional pasó su cumpleaños en la ciudad paulista, lejos de sus seres queridos, rodeado de llanto, dolor y angustia. Seguramente ese fanático tricolor nunca se imaginó lo que generaría en el dirigente, pero factiblemente sirvió para aliviar tanta emoción que supo contener.

Tenía 27 años. Jugó en Cerro, Peñarol, Wanderers, San Luis de México, Nacional y Liverpool. Se lesionó más de una vez. Pero se levantó y luchó. Aceptó las críticas cuando no rindió y se enojó cuando las creyó injustas. Fue campeón uruguayo y se prometió a sí mismo volver al tricolor para demostrarles a todos que Juan Izquierdo sí podía rendir en un grande. “Mamá, estoy convocado y viajo a Brasil. Estén atentos que quizás puedo entrar unos minutos”, le había dicho antes del viaje a Sandra, una ama de casa muy trabajadora a la que se le iluminan los ojos cada vez que habla de Juan Manuel. Ni ella ni Nelson pensaron nunca en el desenlace fatal después de que vieron desvanecerse a su hijo en medio de la cancha del Morumbí.

—Nelson, ¿qué hacés? —preguntó Sandra, sentada en el sillón frente a la pantalla, cuando todavía el partido entre São Paulo y Nacional no había terminado.

—Nos vamos ya a donde digas. Yo ya me cambié y estoy pronto —respondió con determinación el papá de Juan, al mismo tiempo que se ponía una campera, cuando percibió que el tema no pintaba bien. Había algo que le decía que tenía que estar preparado.

—Pero no sabemos nada. ¿Qué hacemos? —retrucó ella, incrédula entre lo que estaba viendo y las primeras noticias que empezaban a llegar desde Brasil.

—Yo estoy pronto. Vamos con nuestro hijo.

“Este año fue de replanteos, de sacudones, de dolor, de angustias, de cuestionarnos realmente quiénes somos, qué queremos en adelante y con quiénes queremos llegar, pero, sobre todo, fue el año en el que valoramos y comprendimos que solos no se puede llegar, no solo a una meta, sino a transitar un camino de dolor de una manera al menos un poco más saludable”. Las palabras corresponden a Damián Benchoam, el psicólogo que cargó en su espalda la reconstrucción del plantel de la forma más amable posible, y quien estuvo desde un primer momento acompañando a la familia de Juan. “Ellos saben lo que es cargar con el dolor y afrontarlo, (el grupo) sabe lo que es la unión en los momentos difíciles, sabe lo que es levantar al otro y saben que siendo ellos ayudan al otro, aunque nos cueste salud”, agrega con palabras que llegan al corazón como flechas.

Bandera con la cara de Juan Izquierdo en un partido de Nacional.
Bandera con la cara de Juan Izquierdo en un partido de Nacional.
Foto: Estefanía Leal.
Juan Izquierdo
Juan Izquierdo.
Foto: Estefanía Leal.

Fue el año en el que valoramos y comprendimos que solos no se puede llegar, no solo a una meta, sino a transitar un camino de dolor de una manera al menos un poco más saludable

Todos quienes estuvieron cerca a Juan Izquierdo, quienes lo conocieron y compartieron algo con él, lo recordarán en estos días especiales. No estará físicamente, pero levantarán la mirada y lo verán en una estrella. Hay que saber descubrirla. No en vano la última publicación en redes sociales de Juan fue “pa’ delante” y el último reposteo fue “así o nada” junto a una foto suya gritando un gol contra Racing, con una fuerza envidiable y unas ganas que hablan a las claras de cómo vivió sus 27 años. No es casualidad. Como tampoco lo es que una de sus fotos oficiales más icónicas en Nacional —sacada por Diego “Barba” Martínez en la previa al clásico del Apertura— haya sido la de él, arriba del bus, admirando detenidamente a los hinchas que fueron a saludar y arengar al plantel. Unos meses después, esas mismas personas lo fueron a despedir con respeto a la sede, en uno de los días más tristes del país en este año. No es casualidad, como tampoco lo fue el globo blanco que atravesó el Gran Parque Central cuando el silencio se apoderó de la Quinta de la Paraguaya la tarde en la que, casualmente, Nacional enfrentaba a Liverpool.

Juan Izquierdo
Juan Izquierdo.
Foto: Diego Martínez para Nacional.

Un hecho trágico te pone hoy como uno de los personajes del año, pero no te olvides, Juan, que acá abajo hay muchos que no te olvidan.

PERFILES

Los personajes de 2024

El País eligió 13 personajes de 2024 y publica un perfil por día. El insumo principal para la selección fue la votación de 36 periodistas de la redacción. El orden de publicación a partir del miércoles 11 de diciembre no implica mayor o menor relevancia de los elegidos.

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