Un pañuelo blanco y negro con la margarita que es símbolo de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y el reclamo de “verdad y justicia”. Idea Vilariño, en aquella foto icónica que le tomó Michel Sima en los años 50 en un patio en París. Una también joven Marosa di Giorgio. Bob Dylan y Patti Smith. Cortázar, Onetti y Santa María. Elena Quinteros y Luisa Cuesta. Villa Española. Mafalda. Una tira de Quino sobre un curso para aprender a “tener paciencia” en el Instituto Nacional de la Paciencia. Un dibujo de Maitena con dedicatoria (“para la Negra, un beso y la mejor onda…!”), algunas fotos familiares y la famosa frase de la activista afroamericana Angela Davies: “No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar”.

Todo eso está en el despacho de Alejandra Casablanca. Las paredes de su oficina hablan y dan una idea de quién es la persona que hace casi cuatro años dirige el canal de televisión de la Intendencia de Montevideo (IMM). O, al menos, muestran los íconos en los que ella se apoya, los referentes que sigue, las causas en las que cree y por las que milita.

Es un lunes sobre las 11 de la mañana y la periodista, de 55 años, recibe a El País en la oficina al fondo del primer piso del edificio de TV Ciudad en la calle Javier Barrios Amorín en el Centro de Montevideo.

Para entrar a su despacho primero hay que atravesar el departamento de prensa, donde a esta hora un grupo de seis o siete periodistas prepara la edición del mediodía de MVD Noticias. Es una de las tres ediciones diarias del informativo, programa insignia del canal en esta gestión, que ha apuntado a potenciar los periodísticos y revistas televisivas en vivo así como las transmisiones de conciertos y festivales musicales con alta calidad de imagen y sonido. Todas cosas que ya venían desde la administración anterior, cuando el canal municipal fue dándole cada vez más relevancia a la televisión en vivo y algo menos a documentales que habían sido marca registrada desde su nacimiento en 1996, que han tenido entre sus principales realizadores al prestigioso Aldo Garay, entre otros. Se sabe: la cuidada estética ha sido, desde los inicios, un sello de la pantalla de TV Ciudad.

Foto: Ignacio Sánchez.

A nivel público la gestión de Casablanca ha estado marcada por tensiones con los trabajadores, larápida salida de dos directores de informativos, supuestas presiones de la intendencia en la línea (algo que había denunciado tras su salida el director anterior, Federico Dalmaud, y que Casablanca niega) y críticas sobre un supuesto sesgo político en algunos programas, sobre todo La letra chica. Pero también por una consolidación de TV Ciudad como canal de aire (y no solo de cable e internet), un rating que habitualmente es superior al de canal 5 aunque está lejos de los privados (suele ser el cuarto canal más visto; en junio, por ejemplo, marcó un promedio de 0,56 puntos contra 0,1 de canal 5 según Ibope; y en el prime time -de 19 a 23- 1,45 contra 0,1) y una reciente marca histórica en la televisión uruguaya con más de 50 puntos de rating en partidos de la Copa América. El pico máximo fue Uruguay-Colombia con 52,2 puntos: “Fue lo más visto de la televisión abierta de los últimos 15 años”, dirá ella en una larga charla donde defenderá su gestión.

El despacho no es solo de Casablanca. Lo comparte con el coordinador general Christian Quijano, con el director de contenidos y programación Leonardo Pérez y con Pablo Arriola, director de innovación y desarrollo de contenidos. Ellos son parte de la dirección junto al director de operaciones Omar Borges, el director de producción Quique Macías, el director del área técnica Pablo Anzuela y la directora de administración Majo Rosas.

—Yo saqué la pared —dice Casablanca, se levanta y muestra una marca en el piso que evidencia que hace un tiempo la oficina era cerrada y ahora está integrada al espacio de sus colegas de la dirección.

Quijano es un antiguo empleado del canal: trabaja hace ya 25 años en TV Ciudad. Arriola, exdirector de la productora OZ Media y con larga experiencia en los canales privados, es algo así como la cabeza creativa atrás de las transmisiones y de muchos programas en vivo. “Un tipo adaptado a la televisión moderna y popular”, según lo presenta una persona vinculada a TV Ciudad. Otro dice: “Es el que sabe de televisión; ejecuta y no está para el lío político”.

Pérez, quien fue periodista de Subrayado y asesor del exvicepresidente Raúl Sendic, es de confianza de Casablanca y trabajó con ella en los orígenes de La letra chica. En redes ha cultivado un perfil polémico y de opinión. Uno de sus últimos posteos es un retuit de la cuenta @AlfTuitea con el video de Valeria Ripoll en un problema con una vecina, que se viralizó y terminó en la justicia.

Foto: Leonardo Mainé.

Casablanca oficia de guía por el edificio. Baja las escaleras, pasa por un estrecho pasillo y entra al único estudio (sin contar el que desde hace algunos meses utilizan para las transmisiones de streaming, en la explanada de la intendencia), dominado por una gran pantalla y donde ahora desarman la escenografía de Ciudad Viva, el magazine que cada mañana conducen Fito Galli, Florencia Infante y Tania Tabárez y produce Maximiliano Pérez, quien trabajó en la productora televisiva La Guitarrita y es miembro de la murga Asaltantes con Patente. Es un programa descontracturado e informal, lo cual no impide que exista un espacio para la opinión política, llamado “la descarga”.

Casablanca, “la Negra” para todos, se cruza con Fito, saluda con un beso a los funcionarios que pasan y pide que enciendan las luces del estudio para que el fotógrafo pueda retratarla. Pero aclara varias veces que “odia” sacarse fotos y que evita dar entrevistas. Esta es una de las pocas excepciones —cinco en concreto, recuerda— desde diciembre de 2020.

Dice que creció en redacciones donde la tertulia seguía en los bares hasta bien tarde y que piensa que la mejor definición sobre ella la dio Darwin Desbocatti cuando dijo que “la Negra Casablanca es un fax del siglo XX”. Melena ondulada, lentes a lo John Lennon y rostro serio, Casablanca trabaja desde hace 34 años en los medios, incluyendo una cobertura de la guerra en Irak con salidas en radio Sarandí. Fue directora de informativos de las radios públicas en el período pasado y en junio de 2020 entró a TV Ciudad como productora periodística de La letra chica, el programa que habían creado Dalmaud y “el Profe” Ricardo Piñeyrúa. Esa fue la puerta de entrada al actual cargo, ya que en diciembre de ese año renunció Dalmaud a la dirección del canal, donde estaba desde la administración de Daniel Martínez.

Casi medio año después, en una entrevista en El Observador, Dalmaud diría que en el corto tiempo que trabajó en la administración de Carolina Cosse recibía directivas desde la intendencia “que venían como órdenes” y que él es “un técnico, no un político”.

Lo cierto es que Casablanca se ganó la confianza política de Cosse tras el éxito inicial de La Letra chica y quedó como directora, por lo cual hoy cobra un sueldo líquido de 122.978 pesos. “La Negra es una tipa de carácter pero deja hacer bastante”, cuenta alguien relacionado al canal. Otro dice que es “muy temperamental”. Ese carácter frontal la llevó, ya veremos, a tener encontronazos con periodistas.

Foto: Darwin Borrelli.

—A mí me llamaron Carolina Cosse y Ana de Rogatis —cuenta Casablanca.

—¿Y te ofrecieron el cargo de una?

—Sí. Pero, a pesar de la fama, yo no creo mucho en la cuestión de la verticalidad. Si te gusta, yo soy el punching ball, porque soy el único cargo político. Acá trabajamos en un equipo de dirección. La importancia de la gestión está en saber armar y encabezar un equipo.

Casablanca dice que le agradece a Cosse “la oportunidad, la confianza y la libertad” con la que la “dejó trabajar”.

—Es bueno poder decirlo cuando ya no está como intendenta ni como candidata a la Presidencia.

—¿Cuál ha sido el sello de esta gestión?

—Hacer un canal generalista, dedicado a la ciudad, la cultura, la ciencia, el deporte, los niños; es el único canal con franja infantil. Los medios tenemos que aggiornarnos. Ahora hay que pensar los proyectos en cinco pantallas diferentes.

—¿Cuál es el presupuesto del canal?

—Es público, como el de canal 5. Hay que buscar, ¿no? Rendimos cuenta hace poco en la junta.

—Lo busco, ¿pero te acordás de memoria los números?

—Sí, pero no es mi tarea dar números cuando son públicos. Sí te puedo decir que el presupuesto es el mismo, más IPC, desde que asumí en 2020.

Se refiere al presupuesto anual en funcionamiento e inversiones que, según dicen fuentes de la IMM a El País, varió de unos 95 millones de pesos en 2020 a cerca de 121 millones en 2023.

Pero, según los números presentados por la IMM ante la junta departamental, el presupuesto total del canal en 2023 fue de algo más de 7,6 millones de dólares, unos 305 millones de pesos. De ese importe, más de la mitad —unos 184 millones— corresponde a sueldos, unos 104 millones a gastos de funcionamiento y unos 16 millones a compra de equipos de informática y vehículos. Casi no hay gastos de compra de lo que se conoce como “latas” porque casi todos los programas extranjeros llegan por intercambio internacional con otros canales de la región.

Foto: Leonardo Mainé.

En cuanto a los sueldos, en la partida remitida a la junta se incluyen los de empleados que están en pase en comisión en otras dependencias de la IMM o del propio Estado.

¿Es mucho o poco esos siete millones de dólares? Depende cómo se mire. Para tener una idea, el presupuesto anual de canal 5 y las radios públicas es de 12,5 millones de dólares pero es difícil estimar los gastos que implican solo al canal estatal. Según fuentes del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (Secan), de todos modos, los números exclusivos del 5 son superiores a los siete millones.

Y en el caso de los canales privados, con facturación mucho más alta, el presupuesto es hasta tres veces mayor.

—¿Cuáles son los ingresos en publicidad del canal?

—Es público, lo pueden buscar. Te puedo decir que desde 2020 a 2023 multiplicamos por 10 los ingresos por venta publicitaria o de servicios a canales o eventos. Eso nos permite un presupuesto extra.

Este año ha habido transmisiones especiales como la de la fiesta de los 300 años de Montevideo en enero (“nos animamos a emitir seis escenarios de música al mismo tiempo”) y hace poco la Copa América, donde el canal emitió los partidos de Uruguay además del inaugural, las semifinales y la final.

Casablanca tampoco quiere dar números de cuánto le costó comprar los derechos, en este caso por razones de confidencialidad del contrato. Pero, según supo El País con fuentes del sector, la compra rondó los 40.000 dólares y TV Ciudad tuvo ingresos por publicidad antes y después de los partidos.

—No fue una ganancia para el canal.

—¿Cómo no?

—En cuanto a rating claro que sí. Económicamente digo...

—Los medios públicos no estamos para ganar dinero. Estamos para invertir. Ojalá podamos ser autosustentables para evitar que otros nos quieran cerrar.

Hay otras cifras que sí quiere dar Casablanca, como que la comunidad digital de TV Ciudad creció 127% entre 2020 y 2024 y solo en YouTube tienen 184.000 seguidores y 25 millones de visualizaciones. Un solo corte del programa Relatos tuvo 602.000 visualizaciones.

La oposición en Montevideo considera que el presupuesto de TV Ciudad es “absolutamente excesivo”. Esa es la postura de la mayoría de los ediles, como el nacionalista Rafael Seijas, quien —mientras repasa los números en su computadora— dice a El País: “Con tanta cosa para hacer, ¿es necesario que gastemos más de siete millones de dólares por año en TV Ciudad? Los 5.000 contenedores nuevos que compraron, que cubren la mitad de Montevideo, salieron menos de cuatro millones de dólares”.

—Pero, con ese criterio, no existiría el Teatro Solís.

—La intendencia invierte un montón de plata en cultura. Yo no te voy a discutir el Solís. Pero sí el gasto en TV Ciudad, es una herramienta que está mal usada porque hacen política partidaria. Hacen programas con la camiseta puesta.

Es un hecho que, como nunca en TV Ciudad, en estos cuatro años hubo varias polémicas públicas sobre el encare del canal (incluso una denuncia de Cainfo, como se detalla aparte) y problemas internos de relacionamiento.

El primer hecho público involucró a la comunicadora Denisse Legrand, quien en julio de 2021 denunció por violencia a Casablanca ante la Unidad de Género de la IMM tras cuatro meses como conductora de La letra chica. En setiembre la intendencia dio por concluidas las investigaciones y archivó la denuncia.

Hay un antecedente que no fue tan público. El 25 de marzo de ese mismo año la entonces productora periodística Andrea Tosquellas envió una carta a los dos sindicatos del canal, donde denunciaba un hecho “grave” en el que estuvo implicada la directora. En la carta, a la que accedió El País, Tosquellas denunció que recibió una “amenaza de suspensión” por lo que ella consideraba un “malentendido” al incumplir la orden de emitir la totalidad de las conferencias de prensa de Cosse. A cargo del informativo, ese día Tosquellas levantó la transmisión cuando empezaron las preguntas de los periodistas. “No me motivan fines políticos ni ganas de desobedecer órdenes (…) Lo grave no fue solo la amenaza sino también la violencia y prepotencia con la que se dirigió (…) No es la primera vez que se dirige de esta manera con modos que no deberían venir de quien ocupa un cargo de jerarquía”.

Tres años después de aquel incidente y recién recibida como psicóloga, Tosquellas pasó en comisión a dirigir el nuevo servicio de salud mental para jóvenes de la IMM, según supo El País.

Lo del periodista Eduardo Preve fue distinto. Tras trabajar como asesor de prensa de Fiscalía y antes en la dirección de Subrayado, en marzo de 2022 asumió la dirección del informativo pero se fue a fin de año tras chocar con empleados por diferencias en las velocidades de trabajo entre otros problemas. Tuvo roces con periodistas y técnicos. Pero, según supo El País, Preve considera que las presiones de las autoridades fueron las “normales”, similares a las que hay en canales privados.

El periodista Lucas Silvaduró menos en el cargo. Asumió a principios de 2023 y renunció a mediados de año por razones donde se mezclan decisiones personales (estaba preparando el libro sobre Alejandro Astesiano) sumado a que no se sintió cómodo en el cargo y no se puso de acuerdo con Casablanca en criterios editoriales vinculados a aspectos como la cobertura de los temas de la intendencia.

Ahora no hay más director de informativo: Luca Veloz y Macarena Vico, dos periodistas que eran delegados sindicales, quedaron como coordinadores. Veloz es pareja de la dirigente del PVP Virginia Cardozo e integra esa lista.

Foto: Ignacio Sánchez

Tras esos “chisporroteos” y tras elaborar un protocolo de cobertura de la campaña electoral (ver recuadro más abajo), hoy el clima mejoró en la interna, según dicen diferentes fuentes.

Volvemos al despacho de Casablanca, donde la directora responde sobre las críticas respecto a la línea del canal.

—La Letra Chica tiene un sesgo político, no necesariamente partidario. Cualquiera que lo mire, sabe que existe.

—De las 3.000 horas de emisión anuales del canal, estaría bueno que calcules cuántas tiene La Letra Chica —responde—. Cuántas horas tienen un sesgo político partidario... Es inentendible.

—Los programas con un sesgo quizás sean limitados en comparación al total. Pero en La Letra Chica, o algún otro programa, hay una mirada de izquierda.

—Yo no me meto a quién invitan o dejan de invitar. Álvaro Delgado no quiso ir al canal.

Foto: Leonardo Mainé.

—Las críticas no van tanto a los invitados sino a las miradas de los temas.

—Las miradas de los temas tienen que ver con una definición de un medio público. No somos la televisión comercial. Tenemos que tener en cuenta a temas como las minorías, otras realidades. Y no los grandes titulares del escandalete de turno.

—Pero es un canal hecho con recursos municipales, o sea de todos los montevideanos. ¿Defendés que se haga un producto con una mirada tan clara como La Letra Chica?

—Yo defiendo a todos los programas. Lo que pido es que evalúen la programación. Hay gente que sigue sosteniendo que TV Ciudad es un canal político partidario. Y un reciente estudio que hicimos con la Facultad de Comunicación muestra que en las internas hubo un desequilibrio favorable a la coalición de gobierno. De sesgos está cargado el mundo. No hay que dejarse llevar por los sesgos.

—¿Y por qué te parece que tenés fama de que presionás o marcás la cancha políticamente en los programas?

—No creo en sesgos ni en fama. No tengo la menor idea.

CAMPAÑA ELECTORAL

Monitoreo: el espacio para el gobierno y para el Frente Amplio

En julio del año pasado y tras la renuncia del periodista Lucas Silva, el Centro de Archivo y Acceso a la Información Pública (Cainfo) expresó su “preocupación ante las denuncias realizadas por los trabajadores de TV Ciudad” sobre “presiones para favorecer a la intendenta Carolina Cosse”.

Tras ese comunicado, la dirección de TV Ciudad le pidió un monitoreo a la empresa Kantar Ibope en varios programas. El resultado, al que accedió El País, indica por ejemplo que entre el 15 y el 30 de junio hubo 11.689 segundos para el gobierno y 4567 segundos para la IMM.

Foto: Leonardo Mainé.

Este año la dirección y los sindicatos del canal diseñaron y firmaron un “marco conceptual” con criterios para la cobertura de la campaña, a partir del cual se definió un monitoreo de la Facultad de Información y Comunicación sobre “la diversidad de fuentes y el equilibrio de los programas periodísticos en el período abril-noviembre de 2024”.

También se seleccionó una muestra de programas. El primer reporte, tras las internas, indica que entre abril y junio fueron entrevistados 96 políticos oficialistas en esos programas, 91 de la oposición, 74 académicos o expertos, 58 de la sociedad civil organizada, 39 de los sindicatos, 25 actores de la educación, 19 del gobierno nacional, 15 de los entes, 14 actores de la salud, 9 del sistema judicial, 7 de intendencias, 5 deportistas y 4 de la cultura.